El número de personas que viven en las calles de El Paso ha aumentado en comparación al año pasado, según datos del Opportunity Center for the Homeless.
De acuerdo con John Martin, director del albergue, cada año, durante el mes de enero, el mencionado organismo de refugio para desamparados afincado en esta comunidad, realiza un conteo de individuos en esta situación.
“Tenemos recursos muy limitados, cada vez es más difícil tener fondos del Gobierno, y dependemos más de contribuciones privadas. Cuando hay más personas en las calles, el proceso para buscar solucionar la necesidad de alguien –por ejemplo, un problema médico que requiera atención– se vuelve más lento”, explicó Martin.
El centro que él dirige es el único en la ciudad que cuenta con refugio abierto las 24 horas del día y no niega la entrada a ninguna persona, sin importar su estado de sobriedad o situación social.
En promedio, en los últimos 5 años, se han contabilizado mil 343 individuos sin hogar.
De este total, cerca de un 12% ha sido localizado en las calles y otros lugares no construidos para ser habitados por humanos.
Sumado a esto, el Centro de Oportunidades opera el único refugio sin barreras para adultos solteros de hombres y mujeres dentro de la comunidad.
Si estos individuos son incluidos dentro de los totales hechos, esta figura vendría a estar cerca del 30% por encima del año pasado. Una vez que las opciones residenciales permanentes son eliminadas, esta figura se incrementa considerablemente.
En el 2013, la población de personas sin hogar era de mil 354; en el 2014, subió a mil 394; en 2015, bajó a mil 321; en 2016 llegó hasta mil 227 y, para el 2017, se elevó a mil 419 personas.
De acuerdo con datos de la Coalición Nacional para los Sin Hogar, la pobreza y la falta de vivienda están estrechamente ligadas. “La gente pobre es, frecuentemente, incapaz de pagar renta, comida, cuidado infantil, salud y educación”, asegura esta organización civil.
Crean un consorcio
Antes la difícil tarea de competir por la asignación de fondos para desarrollar programas sociales, el Centro San Vicente, el Opportunity Center for the Homeless, Aliviane-PATH y El Paso Center for Children, decidieron crear una coalición para maximizar recursos. Estas cuatro entidades contarán con el apoyo logístico de la Ciudad, el Distrito Administrativo del Centro (DMD) y el Departamento Municipal de Desarrollo Comunitario y Humano.
La iniciativa, que arrancó en septiembre pero que se oficializará hasta enero, llevará por nombre Consorcio de Ayuda en Pro de los Desamparados de El Paso (EPHOC), y espera conjurar la ayuda de 700 personas voluntarias que salgan a las calles paseñas para acercar o dar a conocer a los desamparados los servicios y ayudas que hay a su disposición en la ciudad.
Uno de los primeros pasos que ejecutarán estos voluntarios será la creación de una especie de mapa geodésico de homeless. Mediante el uso de una aplicación proporcionada por el DMD, los 700 voluntarios capturarán fotografías de las personas sin hogar con las que tengan contacto visual y luego mandarán la información a las diferentes organizaciones, dependiendo de si se trata de mujeres, niños, hombres o veteranos.
A su vez, estos organismos acudirán hasta donde se encuentren los desamparados para determinar el tipo de ayuda que requieran.
Antecedentes
No es la primera vez que se lleva a cabo una coalición entre agencias para minimizar o desaparecer el problema de los desamparados. Ya el 16 de diciembre 2003, el Condado de El Paso decidió que el personal de Desarrollo Comunitario colaboraría con la Coalición para los Sin Hogar para formar un grupo de trabajo que prometía terminar con la Falta de Vivienda Crónica (Chronically Homelessness) en un periodo de 10 años.
La idea original vino de la administración George W. Bush y la Ciudad de El Paso se sumó a ella el 6 de abril de 2004. Para esto, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) aportaría fondos federales para desarrollar e implementar programas que conjuntaban a líderes locales –civiles y comerciales–, representantes estatales y del Condado y otras organizaciones dedicadas a proveer servicios para los sin hogar.
Sin embargo, el número de desamparados ha seguido con sus alzas y bajas, sin desaparecer a la fecha.
El crimen del desamparo
En El Paso, por ahora, es contra las leyes acampar en espacios públicos particulares, vagabundear, holgazanear en lugares públicos particulares y mendigar en lugares públicos en toda la ciudad.
Pero no es la única afrenta que este sector social ha debido enfrentar en su paso por el municipio.
En septiembre de 2014, el Cabildo de El Paso aprobó de manera unánime una ordenanza que exige un permiso municipal para la apertura de refugios para desamparados y limita los lugares donde éstos se pueden localizar.
Ahora, la creación de refugios o expansiones de los ya existentes tendrán que ser aprobadas a criterio de oficiales municipales. De la misma manera, bajo la nueva ordenanza, no se permitirá la instalación y la operación de este tipo de albergues a mil pies de una escuela o de una guardería.
Según el Centro Nacional de Derecho sobre la Pobreza y la Falta de Hogar, las leyes municipales son contraproducentes porque multar a las personas sin hogar para, por ejemplo, mendigar o vagar, complica sus problemas económicos y legales, hace más difícil para ellos salir de las calles.
Además, según el informe, cuesta más por individuo hacer cumplir las leyes contra las personas sin hogar que ofrecer viviendas a los sin techo.