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Opinión

La culpa siempre es de la mujer

No veo culpar a todos aquellos hombres agresores que violentan a sus parejas, mujeres que depositaron en ellos su amor y confianza

Ma. Guadalupe Mancha Valenzuela
Abogada

sábado, 22 enero 2022 | 06:00

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Hace unos días comí con unos amigos y amigas, todos ellos profesionistas, sacaron al tema a una amiga de ellos que era golpeada por su esposo, mencionaron que en una ocasión vieron como la golpeó y la pudieron defender, también dijeron que todo esto era culpa de ella porque no lo dejaba y que al final se molestaron porque ellos la defendieron y ella seguía con su violentador.

Traté de explicarles lo que es la violencia familiar y cómo va más allá de lo que nosotros podemos entender, les mencioné que cuando la mujer está inmersa en el círculo de la violencia justifica todos los comportamientos de su pareja y se siente responsable de dichos comportamientos e intenta cambiar las conductas del maltratador. Además de que cuando observa que sus expectativas fracasan es cuando empieza a desarrollar sentimientos de culpa y vergüenza, aunado a que la víctima se siente mal por no poder romper con la relación y por las conductas que ella misma realiza como mentir, encubrir a su agresor y continuar en la relación. 

Leonor Walker en 1978 describió el carácter cíclico del fenómeno de la violencia e identificó tres fases o momentos: la fase 1 como la acumulación de tensión, la fase 2 donde se da el episodio agudo y desencadena en la agresión y la fase 3, la luna de miel o de la reconciliación, en la cual el agresor promete cambiar y pide perdón. Queda claro que cuando una mujer se encuentra dentro de este círculo de violencia es muy difícil que salga de él y más si no cuenta con una red de apoyo que la acompañe en el proceso.

Esta plática me hizo reflexionar en que no hemos avanzado nada con el tema de la violencia contra las mujeres, ya que seguimos juzgando deliberadamente, se culpa a la mujer por cómo se viste con frases como: “de seguro la violaron por como vestía”, “si se vistiera decentemente no la acosarían en la calle”; se culpa a la mujer por ser madre: “es una mala madre por dejar a sus hijos en la casa e irse a trabajar”, “es una madre luchona cuatro por cuatro que quiere gastarse la pensión”; culpamos a la mujer por como se expresa: “una señorita decente no dice groserías”, “te ves muy fea hablando así”; también culpamos a la mujer por el padre de sus hijos: “ella eligió muy mal al padre de sus hijos”, “es su culpa para qué tuvo hijos con él”.

Asimismo, culpamos a la mujer por su posición laboral: “de seguro se acostó con alguien para llegar a ese puesto”, “la jefa es la amante de tal”; se culpa a la mujer por sus emociones: “es una tóxica”, “es bipolar”; culpamos a la mujer por sus ciclos menstruales: “no le hagas caso anda hormonal”, “es una histérica de seguro anda en sus días”; y un sinfín de comentarios que se realizan siempre culpando a la mujer de todo lo que sucede alrededor.

Pero jamás escucho culpar a los violadores y acosadores, que creen que las mujeres son objetos que pueden obligar a satisfacer sus deseos; o de aquellos padres ausentes que se lamentan por dar 500 pesos al mes para los alimentos y vestidos de sus hijos, y que mucho menos se preocupan en verlos o en saber como están.

No veo culpar a todos aquellos hombres agresores que violentan a sus parejas, mujeres que depositaron en ellos su amor y confianza, y que las han traicionado al convertirlas en víctimas y en la burla de la sociedad por no poder defenderse o dejarlos. Lo que deberían hacer es cambiar la culpa por la vergüenza por no ser capaces de ver el tema desde la empatía y la comprensión.

La verdadera culpa es del sistema patriarcal perfectamente creado para sobajar a las mujeres, sin embargo, creo profundamente que pronto todo ese sistema colapsará y viviremos en una sociedad de igualdad, donde la mujer dejará de tener la culpa siempre.

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