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Opinión

El daño colateral de la crisis en seguridad

Es de vital importancia cuidar y mejorar la salud mental de aquellas personas encargadas de proteger el orden y la paz social y dejar de invisibilizar el tema

Ma. Guadalupe Mancha Valenzuela
Abogada

viernes, 06 agosto 2021 | 18:46

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En mis diez años de experiencia en el tema de seguridad y procuración de la justicia, he tenido la oportunidad de trabajar de la mano con policías federales, estatales y municipales, muchos de ellos muy buenos y comprometidos en su trabajo diario y otros no tanto como desearía, he conocido policías muy capacitados en derechos humanos y otros que no respetan su investidura como agentes protectores de la ley.

En el caminar de la seguridad pública y procuración de la justicia uno se topa de frente con la verdadera maldad humana, lo que nos debe llevar a los que trabajamos en este ámbito a buscar ayuda psicológica, para poder manejar la frustración e impotencia que ciertos casos dejan en nuestra mente y corazón. 

Hace un par de días conocimos el caso de una policía municipal que asesinó a una mujer y a un niño para luego suicidarse; el fin de semana nos dimos cuenta de que una policía municipal se suicidó sin ningún motivo aparente; la semana pasada nos enteramos de que un policía municipal privó de la vida a un adolescente por un partido de futbol y se dio a la fuga; hace un año nos informaron la noticia de un policía municipal que ultimó a una mujer embarazada y luego se suicidó. 

Cuatro historias que nos narraron los medios de comunicación, sin conocer los motivos reales que llevaron a estos policías, hombres y mujeres, a tomar estas decisiones.

En 2016 la sociedad civil certificó y anunció, que la policía de Juárez era la mejor del país, ya que cumplía con una serie de estándares que garantizaban una mejora en las herramientas para proteger y servir a los ciudadanos, los cuales ayudaban a prevenir y sancionar la violación de la ley y los derechos humanos, un instrumento útil para poner a la policía del lado de los ciudadanos y viceversa. 

Gracias a esta certificación y al estándar que exige que las y los policías cuenten con apoyo legal y psicológico gratuito, se creó la unidad de apoyo psicológico y legal para los policías, que actualmente cuenta con cuatro abogados y tres psicólogos, es decir, tres psicólogos son los encargados de atender la salud mental de más de dos mil policías. Y de lo legal ya mejor no hablamos, ya que es evidente que se carece de una buena defensa activa que busque proteger a los policías involucrados en algún delito o sanción administrativa.

En un estricto sentido, los policías deben de contar con una terapia psicológica de contención al mes la cual ayude a la o el policía a canalizar lo que vive a diario en el servicio policial. 

Claro está, que se debe de fortalecer dicha unidad con más psicólogos y abogados, preparados en el tema y sobre todo comprometidos con la solución de los problemas que enfrentan los policías.

El daño colateral de la crisis en seguridad es la salud mental de las y los policías, ya que a diario en una de las ciudades más violentas del mundo como es Juárez, nuestros policías se enfrentan a una exposición constante de estrés, ante delitos de alto impacto que pueden generar en ellos ansiedad, tristeza, angustia, coraje, impotencia, depresión y una deficiente toma de decisiones.

Es de vital importancia cuidar y mejorar la salud mental de aquellas personas encargadas de proteger el orden y la paz social y dejar de invisibilizar el tema, ya que el no brindarle la atención adecuada puede desencadenar en un desgaste significativo en el desempeño de las funciones de los policías, así como el mal manejo de sucesos en sus ámbitos familiares, personales y en su comunidad, como los ejemplos que di al principio de esta columna. Cuidemos a nuestros policías para que a su vez ellos puedan cuidar de nosotros. 

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