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Juárez

‘No somos malos… somos migrantes’

Lamentan venezolanos actitud del Gobierno de EU al mantener el Título 42 y colocar contenedores como muro de contención

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

jueves, 29 diciembre 2022 | 09:02

Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Las cajas fueron colocadas el martes

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Ciudad Juárez.— “No somos malos, no estamos en guerra, no andamos con armas, no andamos con violencia; nosotros somos migrantes”, lamentó el venezolano Moisés Carrillo, de 31 años de edad, ante la permanencia del Título 42 en Estados Unidos, así como la militarización de la frontera con Ciudad Juárez y la colocación de contenedores como muro de contención. 

Mientras que diariamente cientos de nicaragüenses cruzan el río Bravo/Grande para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso en busca de asilo, miles de migrantes de países como Venezuela, México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Haití permanecen varados en esta frontera. 

Carrillo, quien salió de su país la última semana de agosto y llegó a Juárez el pasado 20 de diciembre, dijo que él era policía en Venezuela, por lo que no puede regresar. 

“Soy del sector del Gobierno de (Nicolás) Maduro y en realidad no puedo regresar a mi país, primero porque hay una selva que hay que atravesar que no quiero volver a atravesar, y segundo, porque también soy funcionario y sé que si regreso a mi país lo primero que iría es preso”, aseguró. 

‘Cada día se nos complica más la situación’

Él sabe que si cruza el río Bravo –llamado río Grande en Estados Unidos– será expulsado a México a través de otra frontera, por lo que busca lograr una excepción humanitaria al Título 42 a través de la organización estadounidense Las Américas; sin embargo, no cuenta con un teléfono a donde se puedan comunicar con él, ni con dinero para adquirir uno. 

“Cada día se nos complica más la situación acá en la frontera con respecto a los muros que nos ponen, los militares que nos ponen, los contenedores que nos están poniendo ahora… nosotros somos migrantes y no andamos con armas, no andamos con violencia, y prácticamente nos están tratando de aquel lado como que si fuéramos una amenaza y realmente no es así”, dijo quien quiere llegar al vecino país para trabajar y buscar un mejor futuro para su hija. 

Un padre de familia por sus hijos daría la vida y “si están en la casa y no tienen para darle un pan, por los hijos yo creo que saldrían”, comentó Carrillo, que se refugia actualmente en la iglesia cristiana Misión Guerreros de Jehová, en el cruce de la calle Dalias y el bulevar Bernardo Norzagaray. 

Tardó 8 meses en llegar

Joseph Díaz, de 24 años, trabajaba como oficial de construcción en Venezuela, pero desde hace cuatro semanas espera en Ciudad Juárez el fin de la política sanitaria llamada Título 42, implementada desde el 21 de marzo de 2020 por el entonces presidente Donald Trump, con el argumento de que los migrantes representan un grave riesgo para la propagación del Covid-19. 

“Yo pasé casi ocho países para poder llegar aquí y poder tener mi ‘sueño americano’, un ‘sueño americano’ que es poder ayudar a mi familia que está en Venezuela, poder surgir, poder salir adelante, ser alguien en la vida”, afirmó quien esperaba que el pasado 27 de diciembre se anunciara el fin de dicha política de expulsión. 

“Eso es racismo exactamente”, lamentó sobre la instalación de los contenedores y la militarización en la frontera, al pedir que creen un convenio entre México, Estados Unidos y Canadá para poder apoyar a los migrantes.

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