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Juárez
lunes, 26 diciembre 2022 | 12:26
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Más de 13 carteras de huevo, 12 kilos de frijol, 10 kilos de arroz, dos kilos de azúcar, cuatro garrafones de agua y café son parte de los alimentos utilizados para dar de desayunar a los más de 400 migrantes que se encuentran albergados actualmente en la Casa del Migrante de Ciudad Juárez.
María, una mujer michoacana desplazada por la violencia, de 50 años de edad, es actualmente la encargada de la cocina del albergue católico, en donde preparan en total más mil 200 platillos diariamente, para poder dar de desayunar, comer y cenar a quienes tuvieron que huir de sus lugares de origen, en busca de asilo político en Estados Unidos, por lo cual pidió el apoyo de la comunidad.
Las propias migrantes se organizan en dos turnos, para cocinar y lavar los trastes, el primer equipo está conformado por seis personas y comienza a las 5:00 de la mañana y termina a las 3:00 de la tarde, y se encarga de los dos primeros alimentos; mientras que el segundo turno, integrado por cuatro personas, se encarga de la cena o merienda y termina aproximadamente a las 7:30 de la tarde.
“Aquí nos dan para cocinar casi lo que haya, pero lo que más necesitamos es el Knorr Suiza, el Consomate, el azúcar, los ajos, frutas, verduras, porque frutas casi no nos llegan, nos llega muy poca para hacer el agua fresca”, dijo María, quien mientras se encuentra refugiada con su familia en espera de cruzar la frontera coordina el segundo grupo de migrantes que se encargan de la cocina.
La noche del miércoles, por ejemplo, la cena fue arroz con leche y pan que hornearon las mismas migrantes. Para el arroz con leche utilizaron cuatro kilos de arroz, tres kilos de azúcar y seis cajas de leche.
“Cuando hacemos agua fresca se hacen cuatro garrafones, igual cuando se hace el café en la mañana”, narró María, quien debido a que huye de la violencia pidió omitir sus apellidos.
La mañana de ayer el desayuno fue sopa de arroz, con huevos estrellados y frijoles, “necesitamos diez kilos de arroz, más 12 kilos de frijol, y 13 carteras de huevo, más los cuatro garrafones de agua para el café”, informó.
Cuando tienen tortillas, en cada comida se comen de 10 a 15 kilos, pero como ayer no tenían, hicieron sopes con sopa aguada, para lo que necesitó 14 kilos de harina de maíz marca Minsa que tenían, para hacer los sopes, y 34 paquetes de sopa, además de los cuatro garrafones de agua.
“Aquí la que guste venir a cocinar se acerca, ya es un equipo de planta, pero las demás se integran y hacen equipos también de cinco personas para lavar trastes. Y al terminar, hay jóvenes que se encargan de la limpieza al fin del día”, explicó.
Todos los días, a las 7:00 de la mañana, el desayuno se envía primero a los migrantes que son de nuevo ingreso y que permanecen dos semanas aislados. A las 7:40 ingresa a la cocina el primero de los tres grupos en los que están divididos los migrantes para comer.
La comida se sirve a la 1:00 de la tarde y la cena a las 6:00 de la tarde, con una diferencia de 20 minutos cada grupo.
Después de dos meses albergada en esta frontera, además de ayudar en la Casa del Migrante, para María colaborar en la cocina es una distracción, “soy muy nerviosa y así me distraigo. En mi familia somos diez, pero yo trabajé en una escuela en donde cocinaba para 150 personas más 15 maestros y ocho trabajadores, entonces sí cocinaba cantidades grandes”, dijo al pedir el apoyo de la comunidad para que done alimento, principalmente frutas, verduras, azúcar y pollo.
Si usted quiere apoyar a la Casa del Migrante puede acudir a sus instalaciones ubicadas en la calle Neptuno número 1855, en la colonia Satélite, de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, o comunicarse al teléfono 656-687-0676 para recibir mayor información.
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