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Juárez

‘Ojalá para Navidad nos dejaran entrar’

Después de meses de travesía y dormir a la intemperie con frío, venezolanos mantienen la esperanza de poder ingresar a EU

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

jueves, 22 diciembre 2022 | 13:07

Manuel Sáenz / El Diario de Juárez | Migrantes de distintas nacionalidades continuaron arribando al bordo del río Bravo para cruzar la frontera y formarse junto al muro fronterizo, en busca de asilo político en Estados Unidos Gabriel Cardona / El Diario de Juárez | Pies mojados tras cruzar el río Bravo Manuel Sáenz / El Diario de Juárez | Por la noche se reforzó la cerca de púas hasta llegar a la altura del ‘puente negro’

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Ciudad Juárez.— La permanencia temporal de la orden de salud pública obligará a miles de migrantes a permanecer durante Navidad en Ciudad Juárez, algunos dentro de albergues y otros a las puertas de Estados Unidos, con la esperanza de poder lograr su sueño. 

“Ahora para Navidad ojalá nos dejaran entrar, porque ayer la pasamos bien mal aquí en este frío”, dijo Roxana Mendoza, de 27 años, quien ha dormido dos noches a la intemperie junto a su hijo de 3 años, su sobrino de 8 y su cuñada.

Envueltos en cobijas, junto a una fogata, los sudamericanos durmieron sobre el bordo del río Bravo frente a la fila de cientos de extranjeros, principalmente de nacionalidad nicaragüense, que esperaban a ser recibidos por los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, junto al muro fronterizo frente a una de sus puertas, ubicada abajo del puente internacional Stanton-Lerdo.

“Somos venezolanos, venimos de Chile y ya tenemos cuatro meses en el trayecto, hasta ayer (martes) que llegamos acá. Vengo con mi hijo, mi pareja y mi cuñada y su niño, y pues la hemos visto muy ruda. Llegamos acá a ver qué decretan del artículo 42, porque supuestamente no están dejando entrar a los venezolanos, solamente a los nicaragüenses, a los otros pues, a los otros países, a los venezolanos no. Y estamos esperando a ver si nos dan la oportunidad, porque tantas cosas que hemos pasado, tantas dificultades, tantos riesgos, montarnos en ‘La bestia’ (tren), la selva, aguantar fríos”, narró Roxana. 

Dijo que su familia salió en 2019 de Venezuela, estuvieron un año en Ecuador por apoyo de HIAS, luego fueron a Chile, pero su hijo sufrió un accidente y necesita una operación, por lo que busca llegar a Estados Unidos. 

Otros migrantes que arribaron ayer a Ciudad Juárez permanecen sobre el bordo del río Bravo, debido a que son venezolanos y temen que si cruzan los expulsen por otra frontera.

Ludis Marchán, de 37 años, también pasará Navidad en esta frontera con sus tres hijos, su esposo y sus cuñados, debido a la permanencia de la Orden de Salud Pública de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) conocida como Título 42, la cual fue impuesta el 21 de marzo de 2020 por el entonces presidente, Donald Trump, con el argumento de que los migrantes representan un grave riesgo para la propagación del Covid-19. 

Aunque el Título 42 no aplica para todos las nacionalidades, desde el 12 de octubre pasado sí es aplicable para los venezolanos, por lo que cientos permanecen varados en esta frontera, con el miedo de que si se entregan a los agentes de la Patrulla Fronteriza serán expulsados por otra frontera. 

“Hemos pasado hambre, hemos pasado frío, de todo, y no es justo que yo me entregue y me devuelvan. Salí de mi país por una situación que no pude soportar y tengo que buscar el bienestar de mis hijos, y con la bendición de Dios, aquí llegamos ayer (martes) en el tren, pasando frío con mis hijos, a mi hija se le iban a congelar las manos del frío, todo por un futuro”, aseguró. 

Su primera noche en Juárez durmieron en un refugio en donde pudieron cenar, dormir y bañarse, pero no saben en dónde pasarán Navidad. 

“Sólo lo sabe Dios, que es el que nos guía”, dijo al pedirle para esta Navidad “que tanto trabajo se pague con una recompensa”, dijo la madre de tres menores de 13, 9 y 8 años. 

Yulissa Vargas, de 38 años, sus hijos de 4, 9 y 11 y su esposo ya tienen tres meses en Ciudad Juárez, y aunque pensaron que pasarían Navidad en Estados Unidos, la continuidad del Título 42 los mantiene en México, en donde ayer llegaron hasta el bordo del río Bravo para vender café a los migrantes que esperaban ser recibidos por los agentes de la Patrulla Fronteriza. 

“Nos entregamos dos veces y nos devolvieron y hemos estado aquí, un día nos quedamos en donde un pastor, otro día en otra iglesia y así, un día en cada punto, esperando el fin del Título 42, pero tenemos la confianza en Dios”, dijo quien llegó a la frontera sin saber que estaba cerrada para los migrantes. 

Después de meses de migrar, Yulissa le pidió al Gobierno de Joe Biden que les dé una oportunidad, por los niños, de recibir el año 2023 en Estados Unidos. 

“Aquí se sufre, Dios tiene que tocarle el corazón a él para que él mire y se ponga al menos un instante de parte de nosotros”, dijo antes de cruzar el río internacional para vender el café, pese al frío que se vivió ayer en Ciudad Juárez, con una temperatura mínima de un grado centígrado. 

Flujo seguía por la noche

Por la noche de ayer, lentamente eran ingresados los migrantes que se encontraban formados para solicitar asilo a los Estados Unidos pero el flujo de extranjeros continuaba y la fila no cedía.

A pesar de las bajas temperaturas, varios grupos pequeños de centroamericanos llegaban para hacer fila con la esperanza de conseguir asilo.

Agentes norteamericanos acudían cada hora a la puerta donde comienza la fila para ingresar a unas 40 personas, a quienes subían a camionetas.

La fila de extranjeros se extendía a los largo de unos 300 metros.

Junto al bordo agentes de la Comisión Estatal de Seguridad permanecían vigilando y brindado seguridad en la zona. (Con información de Josué Serna)

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