Owen Diaz, un ascensorista que trabajó para la empresa entre junio de 2015 y mayo de 2016, demandó a Tesla, alegando un ambiente de trabajo hostil y acoso racial, y dijo que en la fábrica se usaban "epítetos racistas diarios", como la palabra n, donde su hijo, Demetric, también trabajó. La demanda inicial de Díaz, quien es afroamericano, alegaba que los trabajadores se encontraron con una escena "directamente de la era de la ley Jim Crow", donde los trabajadores fueron sometidos a frecuentes abusos racistas y los supervisores no tomaron ninguna medida.
"La imagen progresista de Tesla era una fachada que cubría su trato regresivo y degradante a los empleados afroamericanos", dice la demanda.
El abogado Lawrence A. Organ del Grupo Legal de Derechos Civiles de California, confirmó el veredicto este lunes, diciendo que el jurado otorgó 6.9 millones de dólares en daños por angustia emocional y 130 millones de dólares en daños punitivos.