Muy ‘tesonera’

Atleta de alto rendimiento, cinta negra en artes marciales finas y danzar con matachines fueron parte de las actividades que realizaba Luz Elena Gutiérrez Amaya, cuando era muy joven. Todo eso le ayudaba a no pensar en la situación económica tan difícil que había en su familia. Llenarse de actividades era su refugio.

El llevar una vida tan dinámica marcaría el resto de sus años porque nunca se ha detenido para alcanzar un sueño o una meta.

Lucy, como le dicen en su casa y sus clientas, adoptó fielmente el consejo de sus abuelos, “si quieres lograr algo, debes ser muy tesonero” y con tesón y mucho trabajo fue que ella logró construir Elena’s Clínica de Belleza, Salud y Spa, un lugar con 17 años de servicio donde tiene un espacio para aquellas mujeres que quieren destacar su belleza.

Lucy desde niña se impresionaba con el trabajo que el barbero de la esquina realizaba y quería aprender de grande lo que él hacía. También quería ser ‘licenciada’. Y lo consiguió.

Paso a paso

Luz Elena se caso con su ‘príncipe azul’, su novio de la universidad con quien procreó tres hijos, Luna Sofía, Ximena y Jesús. Fue el nacimiento de Luna que interrumpió su carrera en Derecho, posteriormente lo retomó y culminó sus estudios, logrando litigar por ocho años.

Pero las oportunidades llegan y hay que saber esperarlas y aprovecharlas. 

Un día mientras trabajaba en la UACJ, recibió un curso de regalo para cultora de belleza, y aunque no pensaba aceptarlo porque implicaba gastos que no podía darse el lujo de hacer, su esposo la animó y la apoyó para que lo tomara. Esa decisión cambiaría su vida.

A partir del momento que se involucra en el mundo de la belleza se da cuenta que le gusta mucho, lo disfruta, le llena. Entonces toma diplomado tras diplomado y se profesionaliza cada vez más. Incluso por necesidad de su nuevo trabajo estudia auxiliar de enfermería en la Cruz Roja.

Así llega a ser terapeuta en desintoxicación iónica, hepática y renal, además es especialista en fibrolax, dermaplanning, regeneración celular, atiende pieles delicadas o con acné severo e infeccioso, entre muchas cosas más.

No es dermatóloga pero si, especialista en la piel.

Mancuerna con su pareja

Encontrar lo que al final sería su forma de trabajar y vivir le ha dado múltiples satisfacciones, mismas que hacen balance con lo demandante que es su actividad, pero que ha podido compaginar perfectamente con su función como madre y esposa, gracias al apoyo de su esposo y de sus hijos.

Lucy inició con una silla y un espejo su negocio, cortando el pelo en su casa. Después su marido le regaló un banco que aún conserva por el valor sentimental que tiene, pero que ya ha tenido tapizar dos veces, hoy es parte de la decoración de su casa, pero en los primeros meses de su actividad como cultora de belleza fue fundamental.

Pero dice, así se construyen los sueños, paso a paso, día a día, sin flaquear, trabajando hasta la dos de la mañana y levantándose al día siguiente a las ocho para atender a sus clientas. Hoy continúa con ese impulso que la mantiene y que ha enseñado a otras, entre ellas a su hija, que ya también forma parte de su equipo de trabajo.