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Opinión

Tumbos y bandazos: y el problema de movilidad sigue

Las expectativas del cabal funcionamiento del sistema de transporte BRT se desvanecen a pesar del potencial que este modelo ha mostrado en otras ciudades mexicanas

Elvira Maycotte / Escritora

miércoles, 31 mayo 2023 | 08:20

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Las expectativas del cabal funcionamiento del sistema de transporte BRT se desvanecen a pesar del potencial que este modelo ha mostrado en otras ciudades mexicanas. Muchos, y yo misma, quisiéramos que la propuesta para mejorar la movilidad hubiera sido un metro, no necesariamente subterráneo, más la falta, o quizá la fuente de donde proceden los recursos, la capacidad de los responsables de materializarlo y la voluntad de quienes los operan no lo hubieran hecho viable ni factible. ¿Por qué me atrevo a decir eso? Pues por una simple razón: porque el modelo por el que se optó es menos complejo y mucho más económico que cualquier otro que pudiera impactar en la mejoría sustantiva de la calidad de vida de las personas y en los flujos de la ciudad y, si no se ha tenido la capacidad técnica ni la voluntad política para impulsar hasta su término lo que se tiene avanzado, pretender que un proyecto de mayor envergadura a estas alturas del tiempo y recursos invertidos ya estuviera funcionando, sería pecar por exceso de fantasía.

Insisto: el modelo de transporte público semimasivo BRT funciona mas no se puede negar que su implementación ha dado tumbos desde su diseño hasta su ejecución: no es lo mismo ver la representación arquitectónica de las estaciones, unos renders espectaculares, a constatar la manera en que se construyeron: pedacería de perfiles metálicos mal soldados, concreto aparente mal trabajado, rampas que no cumplen con los estándares…  Y si ciertamente no se espera que el diseño tuviera la magnificencia de un Calatrava, su permanencia y protagonismo ameritaban más calidad en su diseño par que contribuyeran a la imagen urbana de nuestro Ciudad Juárez: nos quedaron debiendo. 

Y eso es solo a lo que a su aspecto se refiere, porque si es innegable que estéticamente se pudiera haber aportado más y que la construcción deja mucho que desear, en el tema de la ubicación de algunas estaciones lo menos que podemos decir es que faltó “sensibilidad”, y la localizada frente a Plaza Sendero, entre Gómez Morín y Francisco Villareal, es un claro ejemplo de ello: vino a complicar aún más un crucero que de por sí ya tenía problemas. De pronto, la gente que tiene la poca fortuna de usarlo, se encontró que la falta de alineación entre los carriles al oriente y poniente del conocido como “Puente del Zorro”, hizo crisis con la “increíble” introducción de un elemento totalmente ajeno a la dinámica del lugar. De manera arbitraria a quienes viajaban de oriente a poniente por la Gómez Morín se les prohibió dar vuelta a la izquierda colocando improvisadas -horribles- barreras de concreto que los obligaba a dar vuelta indirecta unos metros más adelante, ¿dónde? donde cada quién quisiera, pues no se colocó ningún semáforo, señalamiento o bayoneta que indicara un lugar específico como se hizo en otros cruceros en la propia Gómez Morín o la Paseo Triunfo. En otras palabras: se favoreció la anarquía, ley de “arréglensela como puedan”.

Poco después, ya que los angustiados conductores medio se habían acostumbrado al “sálvese quien pueda”, resulta que se abrió la vuelta a la izquierda directa: otro rollo peor, pues eso vino a reducirles otro carril además del confinado, que conjugado con lo desalineado de los carriles solo les dejó uno para cruzar de oriente a poniente. No conformes con los dolores de cabeza ocasionados y los múltiples accidentes provocados por la falta de “sensibilidad” de los especialistas en vialidad, con la buena intención de “ordenar” el tráfico, hace unos cuantos días se pintaron líneas para definir los carriles. 

Bien, se agradece la intención, sin embargo, ahora quienes utilizan ese crucero ya no saben si actuar como han aprendido a sobrevivir, o seguir la dinámica ilógica que las líneas recién pintadas imponen; mientras que unos intentan aprender la nueva manera de sobrellevar el tráfico que de una u otra forma nunca se ha solucionado, otros se aferran a las costumbres que les han permitido sobrevivir a la imposición de “esa cosa” que hasta hoy, no ha servido para nada que no sea complicar la vida, por cierto, también a los peatones.

Este, como muchos cruceros, requieren de una cirugía mayor, no tumbos ni bandazos.

Es muy lamentable que después de tantos meses y la inversión que se ha hecho, una obra de tal magnitud no haya ayudado a nadie… bueno, me refiero a los que debería ayudar. Mientras tanto, a un mes de que se termine el plazo para la renovación de unidades para colocarlas en el BRT, no se ve la voluntad de que se cumpla con el compromiso de hacerlo… ¿Será que se redefinan las rutas? ¿Y el horario será respetado? Pero las tarifas… esas si están vigentes. Señora gobernadora, estamos a la espera. 

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