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Temer al Ómicron pero no entrar en pánico

Hasta el momento no hay registro de muertes por la variante Ómicron ni siquiera de enfermos graves, pero con su descubrimiento de inmediato cayeron algunos de los principales indicadores financieros, como el Dow Jones en 1.34, S&P 1.18 y Nasdaq 1.83

LA COLUMNA
de El Diario

domingo, 05 diciembre 2021 | 06:00

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Las imágenes que acompañan el incesante bombardeo de noticias, representando miles de contagios propagados en muy poco tiempo en Sudáfrica y otras naciones, hacen temer a la nueva variante del virus por su mala fama de muy rápida propagación, como no la ha tenido hasta el momento ninguna de las variantes preocupantes del SarsCov2.

Es infinito el luto en esta frontera y grandes los daños económicos y emocionales como para no advertir y traer el tema en su justo contexto.

Detectado el Ómicron apenas la última semana de noviembre, en unos cuantos días provocó tal inquietud que impulsó una reunión inmediata del Grupo Consultivo en la Organización Mundial de la Salud, con la consecuente alerta generalizada.

No es para menos. Es de tal magnitud la cantidad de mutaciones generadas por la nueva variante, que provoca justificado temor, porque todavía se desconoce a ciencia cierta la efectividad de las vacunas para enfrentarla e inclusive, si serán efectivos los tratamientos de última generación que se han ensayado con mucho éxito en Estados Unidos e Inglaterra.

Hizo temblar a los expertos, con más ganas a los ciudadanos comunes; hasta Wall Street se sacudió.

Debemos temer porque precisamente en las últimas semanas ha ido subiendo la enfermedad en el Estado, no solo en cantidad de contagios, sino en la ocupación de camas, intubados y la tétrica cifra de fallecimientos.

Estamos al 50 por ciento de ocupación general y abajito, con 37 por ciento, las camas con ventiladores. La capital del Estado con las estadísticas al tope, casi cinco veces más contagios que en esta frontera en las últimas 24 horas (134 frente a 35).

Juárez ha padecido casi cuatro mil muertes desde que llegó el Covid y casi 40 mil contagios. El Estado poco más del doble de muertos con ocho mil 300 y casi 90 mil infectados, cifras que por el tamaño de la población lo colocan en los primeros lugares a nivel nacional.

Hay que tenerlo en cuenta, pero no entrar en pánico y cometer errores como los del corralato porque si bien Ómicron es todavía bastante desconocida, la vacunación en el Estado y en Juárez casi ha alcanzado el 100 por ciento, y ello debe generar confianza.

La población infortunadamente ha relajado las medidas, en particular el uso del cubrebocas y la sanitización de manos de manera continua. Son esas las medidas que se deben reforzar en las campañas masivas de información en los distintos medios. Uno de los errores terribles en el pasado inmediato fue ignorar esa alianza estratégica con los medios, por el contrario, fueron atacados de manera inclemente.

En resumen, no es tiempo de tirarse en brazos del exceso de confianza, pero tampoco entregarse a la desesperanza y golpear más el estado emocional y económico de la ciudad con medidas drásticas y de dudosa efectividad.

Aún se respiran las ruinas del apocalíptico 2020, edificado irresponsablemente desde uno o varios escritorios, en el capricho de quien se regodeaba de efectividad, pero se batía en el lodo del error continuo y falta de oficio para atender mínimamente el despacho de asuntos cruciales como la pandemia. Usó las redes sociales para lucirse como influencer y acarreó la desgracia a los chihuahuenses.

Es indispensable evitar dejarnos llevar por información tendenciosa que ha corrido como reguero de pólvora a nivel mundial, con acciones irracionales como el cierre de fronteras, con restricciones al turismo.

Si el dato de Ómicron hubiera llegado antes del 8 de noviembre, con seguridad los puentes hubieran seguido con telarañas en las plumas que controlan el tránsito terrestre, en una de las principales fronteras del mundo en términos de intercambio comercial y flujo de personas.

En ese contexto inclusive añadir restricciones como solicitar una prueba de Covid junto con la vacuna para viajes internacionales, se antoja aceptable, en lugar de echar cerrojo y cerrar la puerta al flujo mundial.

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Es Ómicron la décima quinta letra del alfabeto griego, y la quinta variante del coronavirus. Antes que ella surgió Alpha, Beta, Gamma y la terrible Delta.

Tiene como característica Ómicron su alta capacidad de contagio y reinfección, incluso en los vacunados con Pfizer, Moderna o Johnson, las vacunas que gozan del mayor prestigio. De hecho, el primer caso detectado en México –que debe confirmarse oficialmente hoy con los resultados de la secuenciación- es un sudafricano de 51 años con su esquema completo de Pfizer.

Por ello en cuanto se tuvo conocimiento de una nueva variante, el Grupo Consultivo Técnico de la OMS convocó de inmediato a reunión de análisis que detonó en la declaratoria como variante preocupante de Ómicron emitida por la OMS el 26 de noviembre pasado.

Presenta un total de 50 mutaciones en general y más de 30 en la proteína spike, usada por el virus SARSCoV-2 para adherirse a otras células.

Ante una propagación del tipo Sudáfrica, cobra relevancia la mayor apertura y claridad en los datos, pero a estas alturas es todo lo contrario.

Hay ausencia de información, más con la resolución de la Corte que clasificó como reservada por seguridad nacional toda la información referente a las vacunas, ¿cuántas y dónde se han aplicado? ¿Cuáles son los lotes? ¿Cuántos contagios o muertes se han dado en inmunizados?

No es menor la importancia de dar a conocer esta información, que reservada no sirve para nada y solo provoca mayor confusión, miedo y malas decisiones particularmente en los niveles bajos de gobierno que tampoco cuentan con esos datos, pero sí castigan con medidas draconianas y sin más sentido que el lucrativo.

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Algo positivo trajo la nueva variante, muchos que se habían resistido a la vacuna han corrido a los centros de vacunación, superando su resistencia a la inmunización. El miedo no anda en burro, hay verdadero temor.

A nivel estatal tenemos datos de que se han aplicado cuatro millones 100 mil dosis, alcanzando a dos millones 300 mil personas, el 89 por ciento de la población.

Los operativos de aplicación continúan, AstraZeneca en Cuauhtémoc, Cansino en Ignacio Zaragoza, Gómez Farías, Chínipas y otros municipios. Se va a aplicar la Pfizer en Balleza, Guachochi y Guadalupe y Calvo, por mencionar tres de los cinco municipios serranos.

Estos días, incluido ayer, en Juárez hubo segundas dosis a personas rezagadas 18+ con Pfizer, cerrando así los esquemas de aplicación, pero seguirá con adolescentes con comorbilidades.

La Federación frenó por meses la inyección del biológico en esta frontera aunque luego cumplió con segundas dosis de Pfizer y promete concluir en las siguientes semanas con la segunda también AstraZeneca y el restante hasta conseguir el 100. En cualquier momento surgen los anuncios sobre horas y lugares.

El porcentaje de inmunización aquí ha sido logrado a través de 130 operativos en centros de vacunación.

El 6 de diciembre inicia el operativo de primeras dosis del grupo 15-17 donde se espera cubrir más de 77 mil dosis.

Hay buenas condiciones entonces para alejar cualquier intentona de teñir en naranja el semáforo, mucho menos en rojo.

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Hasta el momento no hay registro de muertes por la variante Ómicron ni siquiera de enfermos graves, pero con su descubrimiento de inmediato cayeron algunos de los principales indicadores financieros, como el Dow Jones en 1.34, S&P 1.18 y Nasdaq 1.83.

Están presionando los mercados financieros porque apenas empezaba a existir una recuperación y ahora toca a la puerta una variante que apenas estamos conociendo. El riesgo que existe en detener el trasiego de personas y bienes por la frontera de manera terrestre debe ser impensable.

Con Corral no existió cabeza fría, se adoptaron decisiones precipitadas, como ir a un cierre prematuro en marzo del año pasado, cuando Chihuahua apenas tenía casos que no se contaban ni siquiera con los dedos de una mano.

Vino el manipuleo de los colores y tonalidades a capricho con cierres y aperturas precipitadas y sin ningún rigor epidemiológico, peor cuando estuvo a cargo “El Higadito” Eduardo Fernández, que no conocía la “o” por lo redondo.

El temor fundado en el desconocimiento de Ómicron es aceptable, hasta en tanto no sea terror, arrastrando personas, negocios, estabilidad macro, al país entero en una espiral descendente cuyo piso casi conocimos el año pasado.

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