Soluciones de fondo: una causa humanista

Desde el inicio de este gobierno, entendimos muy bien que los grandes problemas que aquejaban a nuestro Estado solo podrían ser atendidos mediante soluciones que atacaran directamente a su raíz, y no solo con simples parches que cubrieran temporalmente las fallas.

De lo que se trata, es de buscar siempre la manera de mejorar las condiciones de vida de las personas, y por supuesto, evitar mucho dolor que sí puede ser evitado. Esa es la labor de un buen gobierno, o mejor dicho, esa es la labor de un gobierno humanista. Por ello, esta semana estuvimos nuevamente en nuestra querida Ciudad Juárez, para dar entrega y arranque a dos obras muy sentidas por la comunidad juarense, especialmente por las personas que viven en la zona de Anapra: la entrega de la presa “pico de Águila” y el arranque de obra de la presa “Filtro II”.

Durante muchos años, generaciones de juarenses tuvieron que vérselas con las inundaciones y el escurrimiento descontrolado del agua de la Sierra de Juárez, sufriendo numerosos daños en sus colonias, así como la pérdida de su patrimonio, o peor aún, la pérdida de la vida de sus seres amados. Ante el dolor de nuestros hermanos, era preciso actuar con soluciones de fondo, y no quedarnos simplemente de brazos cruzados.

Fue aquí donde la construcción de múltiples presas rompe-picos se convirtió en una prioridad. Ellas cumplen una función muy sencilla y la vez fundamental para toda esta zona: impedir el paso desbordado del agua, canalizar su flujo y dosificarlo en cantidades que nunca más signifiquen un riesgo para la población. 

En el caso de la presa “Pico de Águila”, hoy esta obra ya es una realidad, con una inversión superior a los 33 millones de pesos, y que fue posible gracias a la suma de voluntades de la Junta Municipal y de la Junta Central de Aguas. Pero nuestro trabajo no termina aquí; simultáneamente pusimos en marcha el arranque de obra de la presa “Filtro II”, que reunió los esfuerzos tanto del Gobierno Federal como de Gobierno del Estado para evitar futuros accidentes, y que pronto se unirá a la red de presas destinadas a esta labor tan humanista.

Si bien, la generación de este tipo de obras puede leerse en términos de disminución de inundaciones y de peligros causados por el agua, como gobierno aspiramos a mucho más que solo eso; aspiramos a darle mayor reconocimiento a la dignidad humana que toda persona tiene por el simple hecho de ser persona. Pensémoslo de esta manera: sin el desbordamiento del agua, una familia de  esta zona tendrá la certeza de que su casa no volverá a inundarse; tendrá la certeza de que sus pertenencias se encuentran seguras y que puede aspirar a mejorar poco a poco su vivienda sin el temor de que un día todo se pierda en una trágica inundación; tendrá la certeza de que su patrimonio está seguro.

Nuestros esfuerzos para llevar agua potable y drenaje a las colonias de mayor rezago, pavimentar calles que siempre han sido de tierra o prevenir futuras inundaciones con proyectos bien planeados y ejecutados siempre han tenido muy presente este objetivo: que las personas vivan una vida digna y de calidad. 

Así, poco a poco iremos cambiando la realidad de miles de personas en Ciudad Juárez y en todo nuestro Estado, con obras que sí les cambien la vida para bien. Seguiremos trabajando al límite de nuestras fuerzas y capacidades por este objetivo, de manera que  la dignidad intrínseca de toda persona en nuestro Estado sea reconocida.

Termino estás líneas, no sin antes hacerle una invitación a todos los chihuahuenses a que sigamos trabajando juntos por nuestro Estado. Con un año de arduo trabajo recorrido, hemos visto de lo que somos capaces cuando unimos nuestro esfuerzo y voluntades en una sola causa. Porque así como en Ciudad Juárez, aún hay muchas partes de Chihuahua que necesitan de nosotros. Con mucha esperanza entregamos estos proyectos en nuestra querida frontera, convencidos de que muy pronto estaremos llevando obras y proyectos acordes a las necesidades de cada zona. Seguimos trabajando por Chihuahua, porque juntos, sí podemos.