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Opinión

¿Puede meter Maru a la cárcel a Corral?

Aunque parece una pregunta fácil de responder, no es tan sencilla, y es que aunque se piense que así como Corral metió a la cárcel a César Duarte, Maru también puede hacer lo mismo con Corral, pero no es tan fácil

José Luis Contreras Cruz
Abogado

viernes, 12 agosto 2022 | 06:00

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Aunque parece una pregunta fácil de responder, no es tan sencilla, y es que aunque se piense que así como Corral metió a la cárcel a César Duarte, Maru también puede hacer lo mismo con Corral, pero no es tan fácil. Y es que recordemos que si César Duarte está en la cárcel no es tanto por un capricho de Javier Corral ni por una persecución sin sustento, César Duarte está en la cárcel porque fue una exigencia de las y los chihuahuenses, de hecho, esa fue la única razón por la que Javier Corral ganó la gubernatura. Hubo un hartazgo de la sociedad de la manera autoritaria y corrupta de gobernar del exgobernador Duarte, que identificó y supo capitalizar Javier Corral quien se convirtió en el enemigo público número uno del exgobernador chihuahuense priista, que sumado al hartazgo que ya había del PRI, Javier Corral capitalizó. De hecho, si usted recuerda estimado lector, estimada lectora, la única promesa de campaña de Javier Corral fue precisamente esa: meter a la cárcel al ahora celebre preso del Cereso de Aquiles Serdán de la ciudad de Chihuahua. Es decir, Corral sólo fue el medio para lo que los chihuahuenses queríamos: que César Duarte pagara por sus robos y excesos y sacar al PRI de la gubernatura, y por eso se le dio el voto a quién prometió hacerlo y hay que decirlo, cumplió, porque César Duarte está privado de la libertad desde antes que Javier Corral terminara su mandato (recordemos los meses que duró en una cárcel de Estados Unidos esperando su extradición a México). Por ello, al margen de lo que se pueda decir del exgobernador Javier Corral, la gente no lo tiene identificado como corrupto, ni es tampoco una exigencia de la ciudadanía verlo en la cárcel, sino sólo de los exduartistas, duartistas, agraviados y presos por Corral y ahora maruistas, que aunque no son pocos, no son suficientes para apoyar a la gobernadora. No se duda que algunos colaboradores de Corral pudieran haber realizado actos de corrupción, pero para que alcanzara a Javier tendrían que imputarlo ellos mismos dicha acción y que se viera acompañado de datos de prueba que destruyeran su presunción de inocencia, no legal, sino de la sociedad. Podrán acusarlo de omiso o negligente, pero ello no constituye voluntad, que es lo que requieren los tipos penales de corrupción. Podrán investigarlo, por lo tanto, por faltas administrativas, pero difícilmente (difícil aunque no se descarta) alcanzará para una causa penal. Y más porque quien sería su persecutora sería la gobernadora, quien está señalada y carga con el estigma de ser cómplice de César Duarte y por lo cual incluso fue vinculada a proceso antes de ser electa gobernadora, y una vez que ganó la gubernatura, la Fiscalía de Chihuahua se desistió de la investigación contra ella (lo que era lógico sucedería). Y aunque no se descarta, el costo político y la distracción sería muy grande para Maru, pues se vería como revanchismo por la investigación en su contra, y abonaría más a la idea popular de una alianza con César Duarte. Sobre todo porque la exigencia de Chihuahua no es ver en la cárcel a su antecesor, sino generar resultados en bienestar y seguridad para los chihuahuenses. ¡Ah! Y que no se repitan las mismas prácticas de corrupción y excesos que con el exgobernador César Duarte, beneficiándose ellos mismos y a terceros. Porque ya vimos que la sociedad chihuahuense si se da cuenta, juzga y castiga, como lo hizo con César Duarte. O usted qué opina.

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