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Opinión

Presupuesto Participativo

El pasado domingo 22 de abril, se llevó a cabo en nuestra localidad, la jornada de votaciones relativa al presupuesto participativo 2024 en el que se presentaron proyectos de suma trascendencia para todos los que vivimos en Ciudad Juárez

Óscar David Hidalgo Ávalos
Analista

martes, 23 abril 2024 | 06:00

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El pasado domingo 22 de abril, se llevó a cabo en nuestra localidad, la jornada de votaciones relativa al presupuesto participativo 2024 en el que se presentaron proyectos de suma trascendencia para todos los que vivimos en Ciudad Juárez.

En el listado se apreciaban proyectos que van desde la forestación y rehabilitación de parques -cuya conservación es una obligación ciudadana en conjunto con la dependencia de gobierno correspondiente y que buena falta le hace a la ciudad-, así como la pavimentación y recarpeteo de calles -obligación inherente a un ente de gobierno-, el apoyo a organizaciones de la sociedad civil organizada, hasta la construcción de infraestructura dentro de centros escolares de los diferentes niveles educativos.

A diferencia de otros años, las casillas se vieron sobre saturadas, máxime aquellas que se encontraban al interior de centros educativos que, con tiempo presentaron sus proyectos y que, además, aleccionaron a sus alumnos para que, a cambio de algunos puntos que pudiesen ayudar en su calificación, acudieran en compañía de familiares y amigos a votar por el proyecto que beneficiaría al grupo en el cual se desenvuelven. Esta estrategia, tuvo mucho éxito, pero más que mostrar interés por empezar a formar parte de los diferentes mecanismos de participación ciudadana que existen, se cumplió con un requisito que los centros escolares impusieron al alumnado.

La Ley de Participación Ciudadana del Estado de Chihuahua, define en su artículo 75 el presupuesto participativo como “un mecanismo de gestión y participación social mediante el cual quienes habitan e cada municipio, deciden sobre el destino de un porcentaje del presupuesto de egresos municipal de cada año, a través de consultas directas a la población”, siendo el monto mínimo de aportación el equivalente al cinco por ciento de los ingresos de los ayuntamientos y que sean de libre disposición.

La misma ley hace referencia a que, los recursos del presupuesto participativo deben encaminarse a satisfacer necesidades colectivas como: obras y servicios públicos, seguridad pública, actividades recreativas, deportivas y culturales, infraestructura rural y urbana, recuperación de espacios públicos, medio ambiente, seguridad sanitaria y servicios de salud, pero no infraestructura escolar, no estoy en contra de esta, pero insisto, no esta contemplada en la ley.

Se registraron un total de 95 mil 625 votos, de una población censada por el INEGI de 1,512,450 personas, cantidad de votantes nada despreciable, lo anterior se logra gracias a la difusión que realizaron quienes presentaron los diferentes proyectos, empero, a consideración de un servidor, existe una gran desventaja en dicho proceso, pues como ya he referido, los centros escolares prácticamente obligaron a la población estudiantil a acudir a las urnas y elegir los proyectos que su plantel educativo había presentado.

En otro orden de ideas, para referir que un instrumento de participación social, como lo es el presupuesto participativo, tuvo éxito, deberíamos hacer a un lado las malas prácticas políticas que imperan en nuestro país -en este caso, el ofrecimiento de puntos extra a cambio de la votación-, pues me tocó presenciar filas interminables en los centros escolares y es donde nace la interrogante: ¿qué pasó con los proyectos presentados por ONG’s? o bien, por vecinos de determinadas colonias, que no tienen un grupo cautivo al que se le puede ofrecer incentivo alguno a cambio del voto.

Por lógica la balanza se inclina hacia aquellos que saben de política y que tenían bien organizada a la población estudiantil para favorecer su proyecto; habrá entonces que analizar bien la estrategia para que la población tenga confianza y esta buena práctica -me refiero a la de salir a votar- no se termine, pero que su desarrollo sea diverso, encaminando a que dentro del mismo proceso de votación, existan dos vertientes, una encaminada a las escuelas para que éstas compitan entre sí y otra a las organizaciones de la sociedad civil y a los comités de vecinos, que son quienes más afectados ven sus proyectos en este proceso.

Te invito a no desistir en estos mecanismos, ya que, conforme vaya madurando el proceso mayor beneficio colectivo podrá llegar a apreciarse.

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