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Opinión

Lucas, el Médico Querido

Lucas, el apóstol no contemporáneo de Cristo, acompañante de Pablo, fue modelo para agrupar médicos de Ciudad Juárez, en mayo del 2013, creando a Lucas Médico Querido

Gabriela Cisneros Gallegos
Analista

jueves, 01 junio 2023 | 06:00

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Lucas, el apóstol no contemporáneo de Cristo, acompañante de Pablo, fue modelo para agrupar médicos de Ciudad Juárez, en mayo del 2013, creando a Lucas Médico Querido. “Buscar y salvar lo que está perdido”, fue lema de quienes tenían inquietud de servir, como dice el Papa Francisco, hacia las periferias, conocer la filosofía y discutir la bioética médica, con guía en la doctrina católica. Conocer, amar la profesión y practicar como discípulos desde la Vocación y Misión del Médico en nuestra Sociedad, Instituciones y Cultura, era uno de sus anhelos. 

En la historia cristiana vemos el aporte y legado de la medicina griega, recalcando el talante ético que expresa el juramento hipocrático, atribuido a Hipócrates, médico helénico (406-370 a.C.). Llama la atención el lugar puntual que tuvo la labor del Médico, no solo por valor de su servicio, que fue mucha, sino por su vocación en Cristo. La religiosidad popular, siempre percibió en la ciencia y presencia del Médico al mismo Cristo, que se hacía presente en él para acoger las dolencias y sufrimientos de los enfermos, e hizo surgir así la devoción a “Jesús médico”.

En la historia de la Iglesia, es significativo el tiempo, en que los hospitales propiamente eran regenteados por la Iglesia -17 siglos-, como signo de su vocación de servicio a los enfermos en razón de que en ellos, la comunidad de fe veía el rostro del mismo Cristo, el médico está llamado a representar al Buen Samaritano, esto es, Cristo mismo que toma a su cuidado a la humanidad doliente, para ver en el enfermo al ‘Cristo paciente’ y en el médico se reconozca al “Cristo Siervo”. También, la Iglesia percibe los dilemas éticos que fueron surgiendo al paso del tiempo en el avance de la investigación médica.

Actualmente, hay congregaciones cuyo servicio médico es con inspiración religiosa, así, la experiencia de instituciones sanitarias administradas directamente por esas congregaciones, refleja el interés de la Iglesia por la vocación y misión médica. 

En el Patrimonio de la Iglesia y su enseñanza respecto a lo médico, el Papa Pío II (1939-1958) es digno de mención: dedicó 30 discursos en los cuales busca orientarles, en aspectos morales jurídicos de la medicina, y en la aplicación de los principios cristianos para su ejercicio práctico. Existía la intención del pontífice de que los médicos, sí, que estén preocupados por los enfermos y que pongan toda su ilusión en aliviarlos y curarlos, pero que no descuiden las obligaciones morales que pesan sobre la propia conciencia; que no se descuiden de sí mismos, en atención a las palabras de Cristo: Médico, cúrate a ti mismo. A Partir de Pio XII, todos los pontífices posteriores se han dirigido a los médicos debido también al asombroso avance que ha desarrollado la ciencia en las últimas décadas.

Pensamos en la maduración de Bioética de los años setenta, con intuiciones del Dr. V. R. Potter, -médico oncólogo- que planteaba la necesidad de una reflexión  entre ciencia técnico-experimental y ciencia ética, del valor de la vida.

En tiempos más actuales, el Papa Juan Pablo II, deja legado en el aspecto moral, que aborda cuestiones decisivas para el ser humano, en un tiempo en que la cultura va imponiendo formas de pensar y actuar –también médicamente- sin tomar en cuenta valores éticos fundamentes propios de la constitución axiológica del ser del hombre: “La misma medicina, que por su vocación está ordenada a la defensa y cuidado de la vida humana, puede caer en realizar actos contra la persona, contradiciéndose a sí misma y distorsiona la dignidad del médico” (Evangelium Vitae). Hay testimonios innumerables de pacientes que víctimas de prácticas médicas sin escrúpulos, van lacerando derechos y principios fundamentales, sin dejar de reconocer a hombres y mujeres de buena voluntad en la noble profesión. 

No se desconoce el influjo ideológico de instituciones públicas y privadas de salud, que con sus objetivos han querido resolver los problemas sanitarios, situándose –en muchos casos- al margen de principios éticos, negándolos, afrontándolos pragmáticamente, o aprovechándolos mercenariamente como botín. Tanto el Estado, como las Empresas privadas tienen su propio interés    

Lucas Médico Querido, surgió con el Padre Benjamín Cadena, siendo el hermano de un médico, desde su misión pastoral, reconocía la necesidad espiritual en un gremio que se desgasta en su deber, física, psicológicamente, y emocionalmente, así pues convoca en el Seminario Conciliar, donde era guía y docente, a un grupo de más de 250 médicos de la localidad, de cualquier especialidad o sin ella, que mes con mes se reunían para estudiar, meditar y hacer trabajo en comunidad. 

Se profundizó la vocación del médico, de cuerpos y almas, para ser signo de vida haciendo presencia familiar, social e institucional. Propiciando la Misión Médica con Espíritu Cristiano, sanear los espíritus, las mentalidades para el bien integral del hombre.

Se armó un equipo médico-laical, como miembros del mundo en el corazón de la Iglesia, y miembros de la Iglesia en el corazón del mundo.

Se suscitó un diálogo fructuoso entre razón y fe, ciencia médica y ética teológica, vida y moral, abordando con criterio, problemas y cuestiones que surgen en el desarrollo de la profesión Médica. Se interactuó con Asociaciones Médicas de corte filantrópico-humanista para enriquecer aporte y visión en bien de los menos favorecidos y los más pobres y -con quien se sintió llamado (a)- el terreno Académico-espiritual se inició una Comisión de Bioética-Teológica. Así, después de 10 años, Lucas Médico, vive aún, en cada uno que fue llamado a buscar y salvar lo que está perdido.

En este contexto, con estas premisas,  y valorando que “ La medicina, impulsada con gran dedicación por investigadores y profesionales, persiste en su empeño por encontrar remedios cada vez más eficaces, y prometedoras perspectivas para la vida naciente, para las personas que sufren y los enfermos en  fase aguda o terminal”, por eso surgió el grupo Lucano, buscando contribuir a un fortalecimiento en la identidad del Médico y que ello contribuya a beneficiar nuestra sociedad, especialmente los más pobres, los privados de salud.

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