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Opinión

El voto bien pensado

Si nos detenemos a reflexionar, nos daremos cuenta que los tiempos actuales nos enfrentan a nuevas realidades día con día

Daniela González Lara
Analista

jueves, 02 julio 2020 | 06:00

A menos de un año de renovar distintos cargos de elección popular en todo el país, el Congreso del Estado de Chihuahua, aprobó el dictamen con carácter de decreto, con 25 votos a favor, uno en contra y cero abstenciones, fue presentado por la Comisión de Igualdad, donde se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de la Ley Electoral del Estado de Chihuahua, en materia de paridad de género y violencia política contra las mujeres en razón de género.

Dicho dictamen, prohíbe a las personas presentar candidaturas a gubernaturas, diputaciones, regidurías o presidencias municipales cuando tienen deudas por pensión alimenticia, antecedentes penales o policiales por violencia familiar.

Se dice fácil, sin embargo lo anterior descrito es un auténtico triunfo del feminismo que bien vale la pena comentar toda vez que esta corriente política busca reconocer los derechos de las mujeres que históricamente le han sido negados y de esta forma, equilibrar las fuerzas de poder que al final del día se traducen en bienestar para todos y todas en nuestras comunidades. Afirmo que es un triunfo principalmente para las féminas porque las mujeres que se hacen cargo de su familia por si mismas, ya sea porque se divorciaron, enviudaron o en el mejor de los casos han decidido ser madres solteras, se enfrenta a brechas de desigualdad muy marcadas en comparación con lo que les toca vivir a los hombres en esa misma situación pues son quienes culturalmente se quedan con la responsabilidad de la crianza de los hijos, incluida obviamente la manutención de los mismos. Por lo que en el estado de Chihuahua se estén protegiendo los derechos de los infantes y las mujeres con una ley como esa dice mucho, pues quien no se hace responsable de su familia, mucho menos lo hará en un encargo de compromiso gubernamental. Celebro también que estemos siendo escrupulosos a la hora de elegir a quien nos representa en las tribunas de gobierno, ya sea por mandato de ley o por iniciativa propia o conciencia personal.  

Si nos detenemos a reflexionar, nos daremos cuenta que los tiempos actuales nos enfrentan a nuevas realidades día con día, realidades a las que no solamente debemos adaptarnos sino procurar que estén dentro de la línea del respeto a la ley y la dignidad de las personas, por ejemplo, hoy es menos común solapar el discurso de odio en medios de comunicación.

Ha cambiado el normalizar conceptos peyorativos en contra de las minorías o los grupos vulnerables y pienso que si bien es cierto estos avances se deben en grande medida a los movimientos mundiales que se han venido gestando desde décadas atrás, también es verdad que es gracias a los gobiernos transformadores que han permitido que estos cambios positivos en nuestra comunidad sucedan.

Por mencionar algunos ejemplos ilustrativos, la difusión de la Cartilla Moral que ha repartido el actual gobierno de México, además del decálogo para salir adelante en la cuarentena y enfrentar la “nueva normalidad”, son también nuevos modelos de los esfuerzos de una administración que busca provocar reflexiones sobre los principios y valores que pueden contribuir a que en nuestro país haya una convivencia armónica, respeto a la pluralidad, equidad de género y no violencia.

La tarea del elector será clave en las próximas elecciones pues nuevamente tendrá la oportunidad de participar con responsabilidad en la transformación y reconstrucción del Estado Mexicano o votar por la decadencia que corrompió por muchos años nuestro régimen.

El deber del votante no sólo radica en sufragar el día de la elección, los tiempos que vive nuestra tierra exigen inclusive escudriñar en la vida y la personalidad de quien hace la propuesta de gobierno, conocer sus pensamientos y antecedentes, hoy es importante ir más allá y penetrar al mundo de la espiritualidad del aspirante, sin que esto tenga que ver con alguna práctica religiosa. 

Lo anterior, con el fin de conocer si esa persona que propone es sincera, responsable y capaz de hacer realidad su propuesta política y no seguir viviendo en un mundo de mentiras, pues finalmente la mera palabra, sin concepto o sin entendimiento o sin conciencia, es simple palabrería. Nos toca a nosotros votar por quienes garanticen los valores que necesitamos para construir una mejor sociedad para todos y todas. Gracias por leer, yo soy Daniela González Lara.

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