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Opinión

OPINIÓN

El narcopanteón entregado a La Empresa y Mexicles

La semana pasada hacíamos el recuento de cadáveres, osamentas o restos humanos de cuerpos incompletos encontrados en El Sauzal, por el fraccionamiento Portal del Valle, que hasta entonces sumaban 14 víctimas halladas entre los meses de septiembre del año pasado y el actual marzo

LA COLUMNA
de El Diario

domingo, 17 marzo 2024 | 22:46

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-El narcopanteón entregado a La Empresa y Mexicles

-No tiene prisa Cruz para pedir licencia 

-Llegan a Juárez los hilos morenos de Chihuahua 

-El “no me ayudes, compadre” de Pinedo 

La semana pasada hacíamos el recuento de cadáveres, osamentas o restos humanos de cuerpos incompletos encontrados en El Sauzal, por el fraccionamiento Portal del Valle, que hasta entonces sumaban 14 víctimas halladas entre los meses de septiembre del año pasado y el actual marzo.

No pasaron cinco días cuando, en nuevos rastreos vigilados de cerca por el fiscal de la Zona Norte, Carlos Manuel Salas, aparecieron más restos. Otras tres personas, o lo que quedaba de ellas, aparecieron el jueves y la instancia investigadora, con todos los recursos del Servicio Médico Forense, elaboró un plan para avanzar en estos operativos por varias semanas más.

El narcopanteón de El Sauzal, todo apunta a ello, estaba entregado a un grupo de “La Empresa” que opera de cerca con Los Mexicles  y su jefe en la zona, Gerardo L. G., alias “Tokio” o “Cumbias”. 

Ahora La Empresa domina grandes extensiones y colonias completas en ese sector de la frontera, incluso hacia el Valle de Juárez, territorio con fuerte presencia de los rivales.

No, no hay novedad alguna ni en los hallazgos de fosas clandestinas, donde los grupos criminales desaparecen por meses o años a sus víctimas, ni en que haya territorios enteros de la urbe fronteriza donde la autoridad en general ha sido rebasada.

Por esto, en la Fiscalía Zona Norte hablan de dos interesantes e importantes fenómenos criminales que no pueden pasarse por alto, en el caso de las fosas clandestinas y la operación descarada de casi todas las facciones delincuenciales.

El primero es que van al alza las desapariciones de personas, sin encontrar a las víctimas hasta pasados los meses, inhumadas ilegalmente en alguno de los miles de predios baldíos.

El segundo, más importante aún, es que las unidades involucradas en los rastreos parece que pasaron por alto, durante meses, ese panteón clandestino que desde medio año estaba detectado y supuestamente monitoreado directamente por el jefe de la Agencia de Investigaciones en el Estado, Arturo Zuany, que al final no concretó el hallazgo de los cuerpos, sino grupos dentro de la propia corporación auxiliados por el FBI.

Alcanzan a percibir dentro de la misma instancia que hay algo de falta de coordinación entre las unidades de investigación de la Zona Norte, así como con las corporaciones preventivas estatal, municipal y federal.

¿O cómo explicar la cantidad de cadáveres (17 hasta el fin de semana) prácticamente en un mismo punto, por más extenso que sea, detectados en un lapso de seis meses? Ojo, no sólo son osamentas, hay restos de homicidios recientes y desaparecidos de pocas semanas que podrían ser identificados en estos hallazgos.

De seguir así, sin acciones coordinadas, no pasará el Ministerio Público de levantar muertos de El Sauzal y otros territorios negros, que nadie vigila y de los nadie se hace responsable, por algún interés extraño dentro de las mismas corporaciones.

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En la administración municipal dicen que el alcalde Cruz Pérez Cuéllar no tiene prisa por pedir licencia, pues la veda electoral actual, impuesta por el comienzo de las campañas federales, le relajó un poco la agenda pública y le permitió avanzar en los proyectos de su gestión y pensar bien a bien la estrategia de la reelección.

Sobre todo, nos aseguran, el presidente municipal ha soltado a sus allegados que este período en el que no puede hacer campaña y están limitadas sus apariciones porque no puede haber difusión de logros, le sirve para definir el camino a su licencia y próxima campaña.

Aunque pareciera que la tiene fácil, por la ventaja de tres o casi cuatro a uno en comparación con el PRIAN, el morenista debe cuidarse de no cometer errores, como vía efectiva para continuar su proyecto sin contratiempos.

En eso de no cometer errores, está la medición de los tiempos para dejar la administración municipal y dedicarse a hacer campaña, para lo que todavía falta más de un mes, pues el arranque oficial es hasta el 25 de abril.

Es un tiempo importante para preparar una campaña corta (del 25 de abril al 29 de mayo), dejar el gobierno sin perder los hilos ni el rumbo, a la vez de garantizar que continúe la marcha de la administración municipal, porque de sus resultados va a depender también la elección.

Esa tarea pendiente es tal vez por lo que no tiene apuro por pedir licencia.

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Por cierto, son dos piezas del proyecto de Cruz Pérez Cuéllar las que contienden en la capital del estado por la alcaldía y uno de los distritos electorales federales, el expanista Miguel La Torre Sáenz y el exalcalde de origen priista, Marco Quezada Martínez, respectivamente.

El extricolor tiene ya dos semanas en campaña, con varios tumbos y sobresaltos porque hay facciones de Morena que lo rechazan, como a muchos de los arribistas que obtuvieron candidaturas en este proceso electoral.

El expanista apenas quedó registrado para la campaña local. Enfrenta el mismo rechazo de los radicales morenistas que se asumen como los químicamente puros, merecedores de las candidaturas arrebatadas por los recién llegados.

Es en parte fabricado el rechazo y la anticampaña que ambos enfrentan, porque el otro grupo morenista en las pugnas internas, el del candidato a senador, Juan Carlos Loera de la Rosa, terminó marginado en el reparto de la capital, dada la cantidad de enemigos con los que carga en la estructura del poder.

Eso, pues, ha definido a los abanderados de Chihuahua, quienes no están nada lejos de la administración de Pérez Cuéllar: uno, La Torre, con intereses fuertes en las áreas deportivas municipales, pues también trae la cachucha de promotor del deporte-negocio del box; el otro, Quezada, bien representado por su esposa Lucía Chavira, directora del DIF Municipal de la frontera.

Así los hilos con Juárez y la gestión del alcalde aspirante a la reelección, su meta no es tanto ganar en la todavía impenetrable plaza capitalina dominada por el PAN reforzado con sus aliados, pero sí avanzar unos pasos en el proyecto crucista, que no acaba en 2027.

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El abogado José Luis Contreras, defensor privado del excoordinador de Comunicación Social de Javier Corral, Antonio Pinedo, dio involuntariamente una cátedra de la famosa advertencia judicial “todo lo que diga puede ser usado en su contra”, en la audiencia a la que fue llevado el exfuncionario por una nueva acusación.

La noche del viernes pasado le fue dictada otra medida de prisión preventiva por haber recibido un cheque de 160 mil pesos como liquidación en 2018 pese a haber renunciado a su cargo en medio del escándalo de corrupción que lo mantiene preso, por la primera causa iniciada en su contra. Esta semana será definida su situación jurídica por ese segundo proceso.

La audiencia inicial de esta otra causa fue marcada por el hecho inaudito de que el defensor puso a hablar a su cliente en un interrogatorio, para argumentar en contra de la prisión preventiva solicitada por el Ministerio Público. Obviamente no hizo más que hundirse solo, con la ayuda de su abogado.

Entre otras cosas, soltó ante la jueza de control que no tenía casa en Chihuahua ni en Juárez, que viajaba mucho y que, con un celular y una computadora, podía trabajar en cualquier parte, “hasta en China”, comentarios que en nada abonaron a la intención de demostrar arraigo en un lugar para no tener que recibir la cautelar de prisión preventiva. 

Entre risillas de los agentes del Ministerio Público por la ocurrencia del litigante de poner a hablar a Pinedo, cuando es casi norma aconsejarles no declarar, a la jueza Ericka Alvez no le quedó de otra que ordenar la reclusión. Como último argumento, el litigante ya nomás pidió no imponerle la prisión preventiva como cautelar, si ya tenía otra encima.

Ante la cara de “no me ayudes, compadre” que el imputado le puso a su defensor, el abogado nomás se hizo el occiso, pues además había llegado más de dos horas tarde a la audiencia y para nada, porque salió peor que uno de oficio. Como era de esperarse, el personal judicial y acusadores salieron de la audiencia riéndose.

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