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Opinión

Niños chihuahuenses sin clases por capricho sindical

Ayer lunes, nos amanecimos con la deplorable noticia de un paro magisterial decretado por las autoridades del SNTE en la entidad, tanto de la sección 8 como de la 42 de ese sindicato

Francisco Ortiz Bello / Analista

martes, 17 octubre 2023 | 08:50

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Ayer lunes, nos amanecimos con la deplorable noticia de que, en el sistema educativo básico y medio superior, más de 700 mil niños en todo el estado empezarían esta semana sin clases, debido a un paro magisterial decretado por las autoridades del SNTE en la entidad, tanto de la sección 8 como de la 42 de ese sindicato.

Sí, exactamente, esos mismos que se dolían y exigían a la gobernadora Maru Campos la distribución de los libros de texto gratuitos, para no afectar la educación de los niños, decían ellos, ahora sin el menor escrúpulo ni remordimiento paran clases, sin importar en nada la afectación que eso pueda traer a la educación de la niñez chihuahuense ¿Qué pues?Señores líderes sindicales ¿O somos o no somos?

La incongruencia total en los máximos dirigentes sindicales del SNTE en Chihuahua, llevada al paroxismo más radical, decretan un paro magisterial supongo que, con el respaldo de sus jefes en la CdMx, pero, ante las actuales circunstancias solo se convierte en grilla y de la más corriente y reprobable, en politiquería pura, diría el presidente López Obrador.

Recordemos que, en Chihuahua, las clases del ciclo 2023-2024 dieron inicio como estaba previsto en el calendario oficial, el pasado 28 de agosto, con la única salvedad de que la distribución de los libros de texto gratuitos fue suspendida por una orden del Ministro de la SCJN, Luis María Aguilar, derivada de una controversia constitucional interpuesta por el gobierno de Chihuahua.

En el acuerdo de aceptación de la controversia, el ministro de la SCJN concedió la suspensión provisional del acto reclamado, es decir, ordenó que no se distribuyeran los libros de texto gratuitos, semanas después el mismo ministro concedió la suspensión definitiva hasta en tanto se resolviera de fondo el asunto controvertido.

Una orden judicial no se puede desobedecer, ninguna autoridad puede incumplir con un mandato judicial, o corre el riesgo de ser acusada de desacato a una orden judicial, lo cual es un delito grave que en muchos casos amerita incluso cárcel y la destitución del cargo. Por esa razón no se habían entregado los libros de texto.

Se suspendió la distribución y entrega física de los libros de texto gratuitos, pero nunca se suspendieron clases como hoy sí lo hace el sindicato de los maestros, a pesar de que, durante las semanas que duro el litigio en la SCJN, la exigencia del SNTE para que fueran entregados tuvo como argumento central “no dañar la educación de los niños chihuahuenses”, argumento que hoy parece haber quedado escondido en alguno de los cajones de sus escritorios.

Una vez que la SCJN resolvió desechar de plano la controversia constitucional, el gobierno estatal dispuso la inmediata entrega de los libros, sin embargo, de nueva cuenta dos resoluciones de jueces federales, debido a amparos interpuestos por organizaciones de la sociedad civil, uniones y asociaciones de padres de familia, vuelven a suspender la entrega del material citado.

Estas organizaciones de padres de familia obedecen a objetivos propios y completamente ajenos a los del gobierno estatal, y lo que los líderes sindicales parecen no entender, es que hay un verdadero debate en torno al contenido de ese material impreso, y que hay todo un movimiento nacional de padres de familia que no lo aceptan. Eso es real.

Ante la nueva suspensión dictada por los jueces federales, que de nuevo evita la distribución y entrega de los libros de texto, el sindicato de maestros responde con bravuconadas y grilla torpe, suspendiendo clases y manifestándose frente a las oficinas del gobierno estatal, ignorando que no está ahí la causa de la suspensión.

Pero lo que sí de plano ya no tiene nombre es que, los que exigían que se entregaran los libros de texto gratuitos “para no dañar la educación de los niños chihuahuenses”, hoy, con la mano en la cintura suspenden clases injustificadamente, porque se trata de un litigio judicial, que se debe resolver en los juzgados, no en las calles ni en los medios de comunicación.

Una cosa es que estén a favor de la entrega de esos libros, y que apoyen con todo su causa, pero de eso a suspender clases hay una gran diferencia, están politizando la educación con una medida que por supuesto sí afecta la educación de los niños de Chihuahua.

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