Así las cosas, con las propuestas para el campo

El campo es fundamental para el desarrollo económico y social de nuestro país, por eso, el impulso a este sector económico forma parte importante de los ejes de trabajo de Claudia Sheinbaum. Durante la época revolucionaria, Emiliano Zapata defendió los intereses de los campesinos desde una filosofía que se esclarece en una sola frase, “La tierra no se vende… se ama y se defiende”; y digo que se pone en claro, porque existen muchas maneras de “vender” la tierra; ya que durante muchos años, se ha mantenido fuera de los intereses de la población y por eso algunos gobiernos han estado desarticulado los beneficios sociales del campo, para dar paso a los negocios privados de algunos cuantos… claro, a costa de la mayoría de los mexicanos.

Desde el punto de vista meramente económico, el desarrollo agrícola es crucial para la estabilidad financiera del país. Cabe aclarar que cuando hablamos de desarrollo agrario, no me estoy refiriendo a esa frase añeja de los viejos políticos del viejo régimen, quienes solo lo utilizaban como un instrumento de manipulación para mantener sus cuotas de poder. Invertir en el campo es atender las necesidades de la población rural, pero también es asegurar la atención a la seguridad en alimentos para todos y la autosuficiencia económica. El sector agrícola tiene un impacto importante en el PIB, donde los programas y proyectos que implementó la presente administración han logrado el incremento de 2.2 por ciento en 2019 al 2.7 por ciento en 2022.

También, los políticos de todos los colores deben partir del hecho que el campo es un bastión para la biodiversidad, por lo tanto, debe protegerse para la sociedad actual, pero también para las generaciones venideras. En este punto resuenan las palabras de la ambientalista y premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchu, “La tierra es nuestra madre; cuidémosla como tal”. Esto presupone que todas las prácticas que se desarrollen deben buscar el mínimo impacto ambiental y la sostenibilidad ecológica.

Con base en el contexto planteado en los párrafos anteriores, vale la pena analizar las propuestas que la doctora Claudia Sheinbaum y el doctor Julio Berdegué, coordinador del eje de Desarrollo Rural y Autosuficiencia Alimentaria, presentaron el pasado 15 de marzo en Campeche, bajo el nombre de República Rural, Justa y Soberana y que contiene cinco puntos: soberanía alimentaria, atención a la mujer en el campo, programas de bienestar en el campo, impulso a productores y plan Campeche.

En cuanto al punto de soberanía alimentaria, este se mantiene como el eje rector de la política rural, esto significa que todo el esfuerzo del estado se enfocará en lograr que los mexicanos puedan acceder a alimentación sana y suficiente a precios accesibles mediante la producción agrícola nacional. Aquí vale la pena destacar la búsqueda de la autosuficiencia en maíz blanco sin transgénicos. A esta necesidad la doctora Sheinbaum lo define como “Sin maíz no hay país”.

Sobre el punto de la atención a las mujeres en el campo, se está garantizando que 150 mil mujeres puedan ser titulares de derechos agrarios, pero también que existan programas especiales para mujeres jornaleras agrícolas y pesqueras, para que tanto ellas como sus hijas e hijos puedan tener seguridad social y todos los beneficios de ayuda nutricional y centros educativos.

Respecto a mantener y profundizar los programas sociales en el campo, comenzaré diciéndoles que actualmente 3 millones de mexicanos son beneficiarios de algún tipo de programa de apoyo al campo como Sembrando Vida, Producción para el Bienestar, Precios de Garantía y Fertilizantes Gratuitos. Quiero puntualizar que gracias a esta estrategia que la oposición ha criticado duramente, se ha logrado detener el deterioro rural, pero además se ha llevado a incrementar la importancia de esta actividad en el Producto Interno Bruto del país.

En cuanto al impulso a los productores, se está proponiendo el aumento en la producción los principales alimentos que componen la dieta del mexicano; es decir, el maíz, el frijol, la leche y el trigo. Para esto, se apoyará a los pequeños productores a través de la tecnificación de riego, financiamiento, precios de venta justo y acceso a mercados de venta, salud animal y vegetal a través de procesos agroecológicos.

Sobre el Plan Campeche, se propone trabajar en tres áreas: el apoyo a los pequeños y medianos productores de leche en la búsqueda del abasto regional; el trabajo cercano con los productores de arroz para recuperar la producción arrocera y por último, utilizando el programa de compra de leche de LICONSA, de los precios de garantía y el financiamiento, se fortalecerán las labores rurales y su producción.

Estas propuestas de la doctora Claudia Sheinbaum son claras, específicas y sustentadas en el trabajo de gente del campo y bajo la coordinación de Julio Berdegué, que fue representante de la FAO en México y es una autoridad en la materia rural y agrícola. Estas son las características de lo que los mexicanos esperamos de las y los candidatos, propuestas claras, sustentadas y con viabilidad.