Alguien se embolsó casi cuatro millones y medio

-Alguien se embolsó casi cuatro millones y medio

-Golpe de Maru a la 4T en Chihuahua

-Los trapecistas de Palacio de Gobierno

-Ríen y se toman la foto con ‘el fiscal pachangas’

La diputada reelecta juarense, Marisela Terrazas, ha hecho discretísimo mutis, pero su nombre aparece entre los legisladores víctimas de lo que parece un potencial robo de cuatro millones 400 mil pesos en el Congreso del Estado.

Se ha desatado una gran polémica en dicho órgano legislativo por la existencia de una cuenta bancaria creada por exfuncionarios del órgano legislativo, utilizada exclusivamente para los ahorros de quienes fueron diputados en la pasada legislatura; algunos de ellos, como Marisela, reelectos.

Ese dinero debió ser entregado a todo mundo al finalizar el anterior período del Congreso. Algunos recibieron unas cantidades, otros muy poco o nada. Nube para el despiste.

Un exdiputado, Alejandro Gloria, anda buscando cerca de 200 mil pesos; también el exlegislador priista-corralista, Jesús Velázquez, más o menos la misma cantidad.

No queda duda que la cuenta estuvo a cargo del exadministrador, Jorge Issa, y tampoco hay duda que el faltante es por casi cuatro millones y medio.

No tarda el asunto en convertirse en penal.

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Nada felices anduvieron ayer en Chihuahua las huestes de la Cuarta Transformación por las atenciones que tuvo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández con Maru Campos. Hasta flores le echó con eso de que la gobernadora es “buena para hacer política y sabe tejer fino”.

Esas expresiones fueron la cereza de un pastel que Maru obtuvo del alto funcionario federal. La parte esencial radica en los acuerdos alcanzados tanto en el aspecto político como el económico.

De ser concretados esos compromisos poco quedaría de plus para ser enarbolado por los seguidores de la 4T en el estado. Desbloqueo de la presa “La Boquilla”, mil 500 millones de pesos en apoyo para los productores chihuahuenses y la liberación de los agricultores presos en el conflicto por el agua.

Esa detención, ese conflicto por el agua; el pésimo manejo federal en tales temas, fue vital en la derrota de Morena por la gubernatura. Su exabanderado, Juan Carlos Loera, apenas daba sutiles señas de regreso a la vida.

Ahora resulta que su contrincante en aquella campaña, la mismísima Maru Campos, ha desatado los nudos gordianos que ningún operador moreno pudo desatar cuando lo requerían con urgencia en la campaña electoral. Insólito. ¡Inaceptable!

La solución a los tres puntos: liberación de los productores, apoyo económico y desbloqueo de La Boquilla estaba por completo en manos del gobierno de la república. ¿Por qué no lo resolvieron cuando necesitaban resolverlo? Enigmas como tales incomprensibles.

Volvió ayer con más dolor el sufrimiento a Loera y a su equipo, y con ello el desafío de superarlo no solo para retomar el camino de futuros proyectos electorales en el estado, sino para impedir que Maru siga metiéndose como cuchillo en mantequilla en nuevos territorios electorales, hoy hasta la Presidencia de la República.

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Es sorprendente la manera en que ciertos personajes de la política brincan de un régimen de gobierno a otro con tanto éxito como un acróbata en un espectáculo circense de la mayor complejidad física y mental.

Tenemos noticias de que el fiscal general del Estado, Roberto Fierro, ha convertido en hombre de sus confianzas a Gerardo Oyervides Benítez, un exjefe del Cisen en tiempos priistas que luego también llegó con éxito a la administración de Javier Corral. Ahí fue colocado por el antecesor de Fierro, César Augusto Peniche Espejel.

La supuesta especialidad de Oyervides es el “trabajo de inteligencia” aunque en realidad solo es bueno para el rollo, el choro. Con eso disuade, convence y se mantiene a salvo en las nóminas gubernamentales.

Peniche lo contrató y lo metió al círculo de Corral Jurado tras ser ejecutado su jefe de “Operaciones Especiales”, Óscar García. Le alcanzó la cuerda para saltar hasta Fierro.

Otra que ha sido salvada por la campana de aptitudes circenses es quien era jefa de protocolo y de ceremonias con el mismo Corral Jurado, pero que estuvo con César Duarte y hasta con Reyes Baeza.

Se trata de Miriam Sandoval, quien reapareció el jueves en un evento público en la ciudad de Chihuahua, donde la gobernadora, Maru Campos, encabezó el arranque de un operativo policiaco que se encargará de proteger la cosecha de nuez en la región centro y sur del estado.

Para algunos asistentes fue notorio el sobresalto de Maru cuando escuchó la voz de la presentadora. Ella tuvo su propia maestra de ceremonias desde que fue presidenta municipal. ¿Entonces?

Es obvio que atrás de cada personaje como Sandoval, o como Oyervides, hay intereses lo suficientemente fuertes como para sobreponerse en cada cambio de administración y continuar adelante con tareas formales... e insospechadamente informales.

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Hubo una nueva fiesta entre funcionarios de la Fiscalía zona norte, pero ahora no fue amanecida ni hubo la presencia de personajes “extraños” o con intereses fuera de la institución; o quizá sí, pero adentro de la nómina oficial.

Se trató de un humildísimo convivio entre todo el personal solo para la presentación del nuevo fiscal general, César Fierro. Estuvieron presentes agentes investigadores y del ministerio público; oficinistas también, por supuesto.

A la hora de la foto general no aparecía el nuevo fiscal de zona, Jesús Manuel Carrasco Chacón, así que ordenó Fierro buscarlo; lo hallaron rápido, se unió al grupo y dijo el jefe mayor riendo junto con todos: “no podíamos tomar la foto sin el fiscal pachangas”. Carrasco también rió sin mortificación alguna. Así se  fue el pequeño convivio por algunos minutos más.

Cada quien rompe el hielo como puede. Fierro lo consiguió de esa manera.

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El primer llamado a tribunales para el secretario de Hacienda del corralismo, Arturo Fuentes Vélez, fue apenas una probadita de las causas que sobre su persona tienen el fiscal general del Estado y la fiscal de Combate a la Corrupción, Roberto Fierro y Gema Chávez.

Pesan más carpetas de investigación sobre el exsecretario, aparte de la que le dieron carpetazo a finales del quinquenio pasado y que un juez de control resolvió reabrir a petición del demandante, el Fideicomiso para la Competitividad y la Seguridad Ciudadana (Ficosec).

Pronto se espera en las oficinas de Gestión Judicial de los tribunales locales que se pidan más comparecencias del panista, por los casos acumulados que dejó el que fuera responsable de las finanzas estatales, cuya situación es crítica por una muy deficiente administración.

Se pudiera decir de entrada que la primera acusación fincada es de las menores, porque se reclama un retraso y “puenteo” de dinero entre cuentas gubernamentales, que no es desvío de recursos, aunque sí representa un manejo indebido.

En otra carpeta en vías de judicialización se habla de Fuentes Vélez como responsable de manejo irregular de pagos a proveedores del Gobierno del Estado en tiempos de Corral, por obras ejecutadas y no pagadas.

Una más lo vincula a cursos “fantasma” comprados por dependencias estatales, de los que no existe evidencia alguna, salvo los pagos que salieron de la tesorería autorizados y gestionados directamente por el entonces secretario.

En este último punto hasta parece que Fuentes Vélez habría copiado el modus operandi del sexenio duartista; qué ironía. La Fiscalía le entró con descarado entusiasmo a esos cursos impartidos extrañamente por una universidad privada, la Regional. Fueron operados invariablemente por una maestra-funcionaria de dicha institución educativa.

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Fuera del obligado gasto educativo y de salud, es Pensiones Civiles del Estado (PCE) el área que más recursos demanda mes a mes, entre 350 y 400 millones nomás para mantenerla con respirador artificial.

El pasivo real y actuarial de la dependencia -dedicada exclusivamente a dar servicios de salud y seguridad a un limitado universo de burócratas estatales- habrá de crecer los tres años siguientes a niveles inauditos, que harán imposible la estabilización del déficit con el que carga el Estado.

Es más, hará imposible que con lo poco que queda del presupuesto tras la inercial repartición de cada año, se logre superar la crisis que persiste hasta el momento, producto de la desatención del quinquenio pasado y de la agudización de sus problemas estructurales.

De ahí que el director de PCE, Hugo Gutiérrez, esté de tiempo completo en el estudio de la institución para ver la nueva reforma y modificaciones que le hacen falta, porque no hay de otra que cambiarla para que siga existiendo.

Por ahora se manejan como opción única el cobro de las deudas que tienen con el fondo todas las dependencias estatales que le deben, por las cuotas no cubiertas durante años dada la pésima gestión de la Secretaría de Hacienda.

Pero ni eso sería suficiente si en el paquete de cambios que ya se avizoran, se contemplan alzas a las cuotas individuales y esquemas de autofinanciamento del fondo de PCE. La era de los subsidios del presupuesto estatal, pues, llegó a su fin y no hay para dónde hacerse.