Juárez

Especial

Viven cubanos el ‘sueño juarense’

Diariamente alrededor de 6 mil isleños se integran a la vida en la frontera; algunos de ellos emprenden exitosamente en el ramo gastronómico

Hérika Martínez Prado/
El Diario

domingo, 09 febrero 2020 | 06:00

Después de una larga travesía, autoridades estiman que entre 5 mil y 6 mil cubanos viven actualmente Ciudad Juárez, donde buscan la regularización mexicana, trabajan, emprenden, se enfrentan al frío y algunos todavía esperan el sueño americano. 

Uno de ellos es Agustín Duvergel, de 48 años de edad, cuya historia ha seguido El Diario de Juárez desde su llegada. El mulato originario de La Habana decidió abandonar la búsqueda del asilo político en Estados Unidos y eligió esta frontera para trabajar emprendiendo su propio negocio, primero de frituritas de maíz o “elotes cubanos”.

A siete meses de vivir en Juárez y cinco de emprender “El Escándalo”, el isleño ya genera 12 empleos en tres puntos de venta ubicados en la zona Centro, donde ya ofrece a los fronterizos sus conocidas frituritas de maíz, tamales cubanos de elote, batidos (licuados) de guanábana y fruta-bomba (papaya), además de tortas de lechón. 

Enrique Valenzuela, del Consejo Estatal de Población y Atención a Migrantes (Coespo), y Dirvin García, coordinador del Centro de Atención Integral para Migrantes (CAIM), calculan que a 15 meses de que comenzó el éxodo hacia Estados Unidos, actualmente viven en Ciudad Juárez entre 5 mil y 6 mil cubanos bajo diferentes fenómenos migratorios. 

Como en el caso de Agustín y sus paisanos de “El Escándalo”, la dificultad para lograr el asilo político en Estados Unidos debido a las políticas migratorias binacionales ha convertido a esta frontera en la primera opción de vida para quienes ya no es una opción regresar a la isla y enfrentarse nuevamente a su Gobierno y a su economía. 

Hasta enero sumaron más de 5 mil cubanos retornados

Según datos del Instituto Nacional de Migración (Inami), hasta enero el Gobierno de Donald Trump había retornado a Ciudad Juárez a más de 5 mil 088 cubanos bajo el programa “Permanecer en México” o “Quédate en México”, de los llamados Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), para que esperen aquí su proceso de asilo político en Estados Unidos, el 26 por ciento de los más 19 mil 300 retornados a Juárez hasta entonces.

Y datos del Coespo indican que al menos el 70 por ciento de los 19 mil 500 migrantes registrados en la Casa del Migrante y el CAIM de octubre de 2018 a diciembre de 2019, para esperar en Juárez su turno de ser recibidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) y solicitar asilo político en el vecino país, eran de origen cubano, es decir 13 mil 650.

Valenzuela explicó que no todos los retornados se han quedado en la ciudad, y no todos los que permanecen tienen la intención de acudir a su siguiente audiencia ante la Corte de Inmigración de El Paso. Además, los tiempos de espera que se vivieron el año pasado para ser recibidos por primera vez por CBP hizo que algunos se fueran a otras fronteras, pero también provocó que muchos cubanos ya no acudieran al llamado cuando les tocó su turno, ante el miedo de ser deportados por Estados Unidos. 

Generan empleos

Agustín fue retornado. Él no cruzó la frontera por Ciudad Juárez, sino por Reynosa, Tamaulipas a McAllen, Texas; sin embargo, después de 30 días detenido en Estados Unidos, en julio del año pasado fue devuelto a México a través de esta frontera, con una cita ante la Corte de Inmigración de El Paso. 

El licenciado en Cultura Física acudió a su primera audiencia, donde solamente le preguntaron su nombre, por lo que al darse cuenta de lo difícil que iba a ser su proceso decidió emprender su propio negocio en las calles Ugarte y María Martínez, frente a la tienda Coppel.

Primero fue al mercado Los Cerrajeros y mandó a hacer su primer carrito con las adecuaciones necesarias, el cual decoró con banderas de Cuba y comenzó a vender cinco frituras de maíz por 20 pesos. 

Siete meses ya tiene 12 empleados, todos cubanos, quienes dan el toque a uno de los platillos tradicionales de su país: el lechón.

Con él trabaja Reinier Rodríguez, de 35 años, también originario de La Habana, y quien desde hace nueve meses vive en esta frontera, donde busca la regularización migratoria en México, ya que después de cuatro audiencias en El Paso, fue citado para una quinta entrevista.

“Ya se me venció el CURP temporal (que entrega el Gobierno de México a los extranjeros retornados tras el acuerdo con Estados Unidos), y de la regularización no nos dicen nada”, comentó preocupado mientras picaba la carne de lechón para prepararlo en tortas a sus clientes. 

“Nosotros tenemos deseos de quedarnos en Juárez a trabajar, pero no nos dan los papeles. (Las autoridades del Inami) nos dicen que ellos no saben, que han dado cosa para hacerles los papeles a los cubanos. Nosotros queremos regularización de México”, pidió el migrante caribeño, quien también invitó a los fronterizos a comprar sus productos. 

Impresionan con su sazón

La venta de la carne de cerdo al estilo cubano comenzó hace dos meses, “la gente no estaba acostumbrada a verlo aquí en el Centro, pero ya se están acostumbrando, y sí les gusta… primero estaban las frituras y los tamales, al innovar el nuevo negocio la gente se impresiona, pero al tiempo que van probando les va gustando”, dijo quien forma parte de “El Escándalo” cubano todos los días de 9:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.

Después del puesto frente a Coppel, comenzaron a vender en la calle La Paz, en el mercado Cuauhtémoc, y luego en la avenida Juárez, platicó Reinier mientras una pareja de cubanos llegó a comprar un “pan con lechón”, como le llaman ellos a las tortas, las cuales sirven con abundante carne, lechuga, tomate y la salsa cubana llamada “mojito”, la cual no pica y es a base de especias, pero también pueden ponerle salsa picosa y mayonesa, a gusto de los fronterizos. 

El caso de Murilio Ajete, de 31 años, originario de Pinar del Río, Cuba, es diferente, “yo no puedo quedarme en Juárez… mi hijo y mi esposa están en Estados Unidos, a ellos los dejaron allá y a mí me retornaron”, explicó. 

“En Juárez hemos podido tener experiencias muy bellas, hemos podido disfrutar de la nieve”, dijo el isleño quien lleva ocho meses esperando en esta frontera proceso de asilo político en Estados Unidos, y quien espera su segunda audiencia para junio.

Otros, como Gael, de 27 años de edad, trabajan en el Centro de Juárez, donde después de haber dejado a sus padres y hermanos, de vivir tres meses de travesía de Cuba a Panamá y luego hasta esta frontera, de sufrir las bajas temperaturas que se han vivido a la ciudad y a las que no están acostumbrados, de esperar su turno de cruzar la frontera, de haber sido retornados y de batallar para conseguir un trabajo, ahora sólo buscan el “sueño juarense” a través la regularización migratoria en el país de la que nadie les ha podido dar respuesta. 

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