Juárez
domingo, 15 septiembre 2019 | 06:00
Ciudad Juárez— Cargando a su bebé de un mes de nacida, Briseida García pasó la noche en las inmediaciones del puente internacional Santa Fe al lado de su esposo de 20 años y su cuñada de 16, luego de llegar del estado de Michoacán, desplazados por la violencia.
“Llegamos ayer, venimos de Michoacán porque a mi esposo lo amenazan, lo amenazan con nosotros si no entrega a su hermana”, mencionó.
“Lo que pasa es que mi jefa se juntó con uno de la maña (narcotráfico), se la llevó a la fuerza, usted sabe cómo trabajan ellos, y me amenazaron que si no la entregaba a ella (su hermana) irían por mi esposa y mi niña, por eso es que andamos aquí; y luego ella así chiquita, no podemos estar allá”, agregó Antonio Bosio, esposo de Briseida.
Ellos tres y la recién nacida llegaron en camión a esta ciudad y desde el viernes han permanecido en el cruce fronterizo en busca de una entrevista de asilo político en Estados Unidos.
La comunidad de la que provienen se encuentra a un lado de Morelia, poblado en el que aseguran no se puede vivir a causa de la violencia.
En la banqueta que se encuentra frente a las casetas de cobro del puente, la familia se unió a la lista de casi 250 mexicanos provenientes de estados como Zacatecas, Guerrero y Michoacán, quienes pernoctan en el lugar.
La mañana de ayer sábado seguía llegando al lugar cajas con botellas de agua purificada y alimentos enlatados por parte de organizaciones como la Red de Apoyo Humanitario, Grupo Beta, Cruz Roja, Derechos Humanos del Municipio, la Secretaría de Bienestar, la Organización Mundial por la Paz y la Policía Federal.
Ellos duermen en colchonetas que les fueron prestadas por la Casa del Migrante.
En el lugar también se encuentran decenas de niños pequeños quienes pasan el tiempo dibujando y realizando otras actividades escolares mientras esperan poder cruzar a El Paso, Texas.