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¿Es malo sentarse con las piernas cruzadas?

Es una práctica que podría traer consecuencias negativas para la salud, según un experto en anatomía

El Diario

martes, 28 marzo 2023 | 12:28

Tomada de Internet

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Sentarse con las piernas cruzadas es una práctica que podría traer consecuencias negativas para la salud, según un experto en anatomía, asegurando que esta posición podría aumentar la desalineación de las caderas, siendo una más alta que la otra. Es por eso que debería evitarse pese a ser una postura cómoda y común.

Existen dos formas de sentarse en una silla y cruzar las piernas, una en la rodilla y la otra en el tobillo, siendo la segunda un poco menos perjudicial que la primera, según precisa Adam Taylor, profesor y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica, Universidad de Lancaster, Reino Unido, en colaboración con el medio “The Conversation“.

“De hecho, sentarse de esta manera puede causar un aumento en su presión arterial debido a la acumulación de sangre en las venas y su corazón tiene que trabajar para contrarrestar esto. Y esto puede aumentar el riesgo de daño a los vasos sanguíneos, por lo que cuando te toman la presión arterial debes tener los pies bien apoyados en el suelo”.

Cuanto más tiempo y con mayor frecuencia se siente una persona con las piernas cruzadas, es más probable experimentar cambios a largo plazo en la longitud de los músculos y en la disposición de los huesos de la pelvis. Y debido a la forma en que su esqueleto está unido, cruzar las piernas también puede causar una desalineación de la columna y los hombros.

Entre las afectaciones al cuerpo humano causadas por sentarse con las piernas cruzadas están las siguientes:

  • La posición de la cabeza puede desalinearse debido a los cambios en los huesos del cuello, ya que la columna compensa para mantener el centro de gravedad por encima de la pelvis.
  • El cuello también puede verse afectado debido a que un lado del cuerpo es más débil que el otro.
  • La pelvis también puede desalinearse debido al estiramiento prolongado de los músculos de los glúteos de un lado, lo que significa que se vuelven más débiles.

Por otro lado, se genera un aumento de la rotación de la columna vertebral, y se modifican la longitud y la fuerza de los músculos de la espalda y pelvis. Esta postura genera una asimetría en la posición del tronco pudiendo causar dolor si se mantiene durante un período de tiempo largo, según el fisioterapeuta Oriol Escuer de Fisioforce.

La investigación detallada por Adam Taylor también muestra que sentarse con las piernas cruzadas puede poner el nervio fibular, en la parte inferior de la pierna en riesgo de compresión y lesión, manifiestándose como una debilidad cuando se trata de levantar el lado del dedo meñique del pie, así como la caída del pie, colgando completamente.

Aunque en la mayoría de los casos del daño al nervio fibular, los efectos son de corta duración y vuelve a la normalidad en unos minutos, existen otros padecimientos causados por esta posición:

Aumenta la probabilidad de escoliosis (alineación anormal de la columna) y otras deformidades.

Puede causar el síndrome de dolor trocantérico mayor, una condición común y dolorosa que afecta el lado externo de la cadera y el muslo.

También hay evidencia de que cruzar las piernas podría afectar la producción de esperma. Esto se debe a que la temperatura de los testículos debe estar entre 2 °C y 6 °C por debajo de la temperatura corporal estándar, según el experto en anatomía retomado por “The Conversation“.

“Estar sentado aumenta la temperatura de los testículos en 2 °C y cruzar las piernas puede aumentar la temperatura de los testículos hasta en 3,5 °C. Y los estudios sugieren que un aumento en la temperatura del escroto o de los testículos puede reducir tanto el conteo como la calidad de los espermatozoides“, precisa el especialista.

Pese a los perjuicios que conlleva sentarse con las piernas cruzadas, Adam Taylor también precisa que podría ser benéfico para algunas personas, ya que un estudio de 2016 encontró que para las personas con una pierna más larga que la otra, sentarse con las piernas cruzadas puede ajustar la altura de ambos lados de la pelvis, mejorando la alineación.

Por otro lado, también parece reducir la actividad de algunos músculos, particularmente aquellos debajo de la piel donde se ponen las manos en las caderas en comparación con sentarse con las piernas hacia adelante. Esto puede ayudar a relajar los músculos centrales y evitar el esfuerzo excesivo.

Finalmente, el especialista en anatomía precisa que existe evidencia de que sentarse con las piernas cruzadas mejora la estabilidad de las articulaciones responsables de transferir el peso entre la columna y las piernas.

Por esta razón, el veredicto de Taylor es que lo más recomendable es evitar sentarse con las piernas cruzadas, aunque los factores de riesgo asociados con esta práctica en realidad tienen más que ver con problemas subyacentes como la obesidad y el sedentarismo.

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