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Salud

¿Cólicos menstruales intensos? Puede ser endometriosis

La menstruación no tiene que ser dolorosa

Israel Sánchez
Agencia Reforma

domingo, 21 abril 2024 | 07:02

Tomada de Internet

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Doblegarse de dolor cada mes a causa de los cólicos menstruales, lejos de ser algo normal, podría constituir una señal de alerta.

Los propios especialistas médicos ven en este intenso malestar, en ocasiones hasta incapacitante, uno de los síntomas para sospechar que en realidad pueda tratarse de endometriosis, enfermedad tan común y recurrente que se estima que una de cada 10 mujeres en el mundo la padece.

"La menstruación no tiene que ser dolorosa, ése es un concepto muy claro. Las mujeres se acostumbran al dolor, y también eso hace un gran problema", apunta el médico Álvaro Peña Jiménez, especialista en Ginecología y Obstetricia del Centro Médico ABC, quien insiste en que "no tiene que doler la regla".

"Si en la regla tiene incomodidades, hay que acudir con su especialista para que puedan estudiar correctamente el dolor", sugiere el médico.

"Lo más importante es platicarle al doctor cómo son las características del dolor: si son cólicos, si son al evacuar, si son al tener intimidad, si son al inicio o final de la regla. Todos esos datos son muy relevantes y pueden ayudarnos a tener una buena sospecha clínica".

La endometriosis, explica el ginecólogo Ramiro Cabrera Carranco, es una afección en la que tejido similar al que recubre el interior del útero -el endometrio que cada ciclo menstrual se engrosa y desprende- crece fuera de éste.

"Este tejido similar al endometrio lo que crea es un tejido que le decimos fibrocatricial, que en términos no médicos es como una costra. Dependiendo de la locación y tamaño donde nazca o donde esté creciendo, esta costra va provocando síntomas inflamatorios", expone Cabrera Carranco, CEO de Instituto Doyenne, centro dedicado a la salud de la mujer.

El gran riesgo de esta enfermedad inflamatoria sistémica es la disfunción que puede provocar en los órganos afectados, que no sólo son los de la zona pélvica, como ovarios y trompas de Falopio -por lo que las pacientes suelen tener problemas de fertilidad-, sino que en raras ocasiones también puede extenderse más allá.

"Se llama enfermedad extrapélvica cuando afecta el diafragma, el hígado; hemos tenido pacientes donde se afecta el pulmón, corazón, cerebro, fosas nasales", detalla Cabrera Carranco. "Puede haber endometriosis en cualquier órgano".

La forma de prevenir algo así es a partir del diagnóstico y tratamiento oportunos, para lo cual es necesario dejar de normalizar el dolor crónico que se presente mes con mes.

Para casos no severos, además del uso de analgésicos y antiespasmódicos, el tratamiento puede ser de carácter hormonal.

"Como sabemos que es un tejido que depende del útero, tenemos que implementar derivados de progesterona para tratar de que no crezca ni el tejido interno, por supuesto, y en este caso lo que nos interesa es que tampoco el externo", dice Peña Jiménez.

"Entonces, las progesteronas continuas es uno de los tratamientos más importantes que hay ahorita al alcance de cualquier mujer en cualquier institución pública o privada, y que pudiera darnos una paliación o un control de muchos de esos síntomas".

En pacientes con un caso severo o renuentes al tratamiento médico, la siguiente opción es quirúrgica, con una intervención que se ha sofisticado lo suficiente como para remover el tejido enfermo en lugar de sólo quemarlo.

"Mi padre y abuelo hacían ese tipo de cirugías, y al no quitar la enfermedad, teníamos un problema gigante: la enfermedad se perpetuaba; y, además, quemar daña más el tejido. Eso es muy malo porque la paciente quedaba además con doble daño", relata Cabrera Carranco, uno de los pocos médicos certificados en cirugía de excisión de endometriosis que hay en el País.

"Hoy sabemos que lo que tenemos que hacer es quitar la enfermedad, no importa el órgano afectado", refrenda. "Si quitas la enfermedad, y la quitas bien, no importa el órgano, la tasa de recurrencia es menor del 1 al 5 por ciento. Si la quemas, las tasas de recurrencia se elevan hasta el 95 por ciento, o sea, siempre regresa porque nunca se fue".

De ahí que Cabrera Carranco advierta la necesidad de hacer un mapeo de endometriosis, realizado con ultrasonido o resonancia magnética, a las pacientes que usualmente son sometidas a procedimientos quirúrgicos para extirparles un quiste en el ovario, o endometrioma, producto de esta enfermedad.

"Si entran sin diagnóstico de enfermedad profunda, o sea, si (los médicos) no saben dónde está la patología, pues entran subdiagnosticadas a la cirugía, y por ende esa cirugía va a ser incompleta", sostiene el especialista.

Por suerte, en la gran mayoría de las pacientes puede controlarse la afección a través de medidas como una dieta antiinflamatoria, fisioterapia pélvica y medicina del dolor.

Y aunque el diagnóstico suele darse entre la segunda y tercera década de la vida, precisamente a partir de los problemas de fertilidad con que llegan las pacientes a la clínica, lo cierto es que la endometriosis puede presentarse a lo largo de toda su edad fértil; "esto significa desde su primer regla (menarca) hasta la última, en todo este trayecto puede estar presente la endometriosis", subraya Peña Jiménez.

Avances y pendientes

A finales del año pasado, la endometriosis fue incluida en la nueva Tabla de Enfermedades de Trabajo. Y para los especialistas que tratan a quienes la padecen resulta un avance importante.

"Tenemos que darles una ventaja a nuestras trabajadoras que sufren para que sean bien estudiadas y, sobre todo, para que sean bien tratadas. Esto le va a dar una tasa de éxito mucho mayor al patrón o al dueño para que tengan un mejor desarrollo las mujeres", sostiene el médico Álvaro Peña Jiménez.

"Está perfectamente demostrado que una enfermedad inflamatoria sistémica va a afectar a nivel global a la paciente. Entonces, casi siempre van a tener brain fog (bruma mental), esta afección donde tienen una deficiencia de atención", añade, por su cuenta, el médico Ramiro Cabrera Carranco.

El CEO de Instituto Doyenne refiere las dificultades que las mujeres con endometriosis llegan a enfrentar, incomprendidas en lo laboral y hasta mal diagnosticadas por sus servicios de salud; además "las corren, las tratan mal, dicen que exageran".

"He tenido un sinnúmero de pacientes que las mandan al psiquiatra, y el psiquiatra ¿qué le va a ayudar? Es algo triste, y se vuelve un círculo vicioso de mal tratamiento".

Y si bien no deja de ser un acierto el reconocimiento de la endometriosis en la actualización del catálogo de enfermedades y padecimientos laborales, los expertos aún ven algunos obstáculos a superar.

"El problema es que ahorita en México nos están pidiendo para todas las pacientes un resultado histopatológico. Entonces, si hay pacientes que no requieren cirugía, ¿cómo demuestras endometriosis si no están aceptando sólo el diagnóstico de imagen?", cuestiona Cabrera Carranco.

"Tendrías que operar a la paciente, darle el estudio histopatológico, y no todas son (candidatas) quirúrgicas. Ése es el único problema", agrega.

"Ya dimos un buen paso, que es voltear a ver a que nuestras mujeres no trabajan bien si tienen cólicos", prosigue, por su parte, Peña Jiménez. "Pero pasarán los años para que esto sea una realidad".

Cuidado con las seis D

Los principales síntomas de la endometriosis son:

- Dismenorrea: Dolor en la menstruación

- Dispareunia: Dolor durante las relaciones sexuales

- Disquecia y distensión abdominal: Dolor al evacuar o movimientos intestinales dolorosos

- Disuria: Dolor al orinar en la menstruación

- Dolor pélvico crónico: Malestar agudo en varios ciclos menstruales

- Dificultad para embarazarse: La infertilidad se asocia en el 50 por ciento de las pacientes 

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