Ven a Parada con un cártel y ‘La Nutria’ con otro

-Ven a Parada con un cártel y “La Nutria” con otro 

-Lo del polvorín viene desde agosto

-Calladitos con Presupuesto Participativo Estatal 

-Sumas del PRIAN dan para más de dos distritos 

Desatención federal cada vez más notoria, baja efectividad de las operaciones militares, fragmentación de los cárteles con pugnas internas frecuentes y colusión de las corporaciones policiacas, aparecen como los principales factores o señales de alerta que mantienen muy elevados los niveles de violencia.

Tal como anticipamos hace unos días, la incidencia de homicidios dolosos en este mes de enero va al alza día con día y semana tras semana en los comparativos con los meses previos, tanto en Juárez como en Chihuahua y en el resto de la entidad.

Pues bien, de esos factores reseñados que surgen de los análisis y comentarios de los jefes de la seguridad municipales, estatales y federales, ha comenzado a resurgir con fuerza y a generar preocupación el de la colusión de mandos o policías de todos los niveles con las bandas que pelean cada plaza de la entidad. 

La vinculación de los jefes policiacos con los grupos criminales no es algo poco probable ni tampoco infrecuente; no es novedad, pues, que entre la tropa y también desde los escritorios de los altos funcionarios empiecen las sospechas.

Al margen de la innegable indolencia federal, los resultados poco exitosos en la obligada labor de prevenir delitos para caminar a escenarios de paz empiezan también a apuntar a la Subsecretaría de Despliegue Policial de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, que desde Juárez dirige Simeón Esparza Peinado. 

El motivo es un constante señalamiento -hasta ahora no público, ni siquiera en la tímida narcomanta de los “simples delincuentes” encontrada el sábado pasado- que liga al comisario jefe de la Policía Estatal en Juárez, Hugo Parada, con varios líderes de pandillas y grupos alineados a un cártel.

El comisario a cargo de la frontera es vinculado a la organización asentada aquí, pero que pelea a sangre fuego varios territorios del estado.

Ello se complementa con señalamientos a otro jefe de la Estatal, al que comanda el trabajo en la ciudad de Chihuahua, Carlos Gutiérrez, mejor conocido como “La Nutria”, cuyos supuestos compromisos oscuros estarían con otro cártel, que tiene varias células en pugna, pero todas llenas de intocables.

Esto es un referente de las sospechas que privan al interior de la SSPE, por la clara vinculación que existe entre los grupos criminales de la capital y la frontera, pero debe multiplicarse por los demás mandos que tiene en la entidad la Policía Estatal, en la zona sur, la sierra, el noroeste, etc. 

Porque hay nexos claros entre las organizaciones criminales de las dos ciudades principales del estado, pero también, aunque sean poco visibles o confusos, los hay entre los grupos que operan en la sierra, con los de Juárez; los de Jiménez con los de Nuevo Casas Grandes y Ascensión, entre otros, nomás como ejemplo.

El supuesto de la colusión de los mandos operativos de la Policía Estatal con esos grupos es gravísimo si se da con el permiso del subsecretario Esparza o más arriba; estarían jugando con fuego porque esos compromisos pasan facturas muy altas. 

Si es sin sin permiso, lo mínimo que requiere la SSPE es una sacudida a su estructura operativa. 

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Algunos legisladores tomaron la bandera del Presupuesto Participativo para promoverse en varios municipios, ya fuera para criticar a los alcaldes o para presentarse ante sus electores como los grandes promotores de la participación ciudadana, la transparencia y la inclusión.

Hay varios ejemplos de diputados que se montaron en el tema, pero en el caso local fue la panista Marisela Terrazas, con aspiraciones de seguir en la nómina pública, la que armó una campaña contra el alcalde juarense Cruz Pérez Cuéllar, cuestionándole el manejo de dicho programa a nivel municipal.

No había mucha materia para el ataque, pues finalmente el Presupuesto Participativo en Juárez fue manejado por un consejo que hizo la convocatoria, validó proyectos, organizó el procedimiento electivo y dio seguimiento a la ejecución de los ganadores.

Pero el tema vuelve a tener relevancia porque en el Congreso del Estado, nos aseguran, se ha mantenido una soterrada pugna porque, desde noviembre que fue promovido como el gran salto en la materia, ha quedado olvidado el Presupuesto Participativo Estatal.

Es decir, la siguiente reforma en la materia ya no sería para que los municipios sometan a concurso abierto proyectos ciudadanos, sino que obligaría al Gobierno del Estado a hacerlo, claro que con una dinámica propia y organizada.

A lo mejor desde el Ejecutivo les pusieron un bozal o les metieron el freno a esos diputados y diputadas que no se les caía de la boca la participación ciudadana, por algún cambio de estrategia en la planeación del gasto, pero desde luego se ven mal de estar tan calladitos ahora.

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En el reporte electoral de la semana, aseguran en el bloque opositor que los estrategas del PRI y el PAN a nivel estatal ven factible sacar de Juárez y la región norte algo más de los dos distritos que actualmente tiene el albiazul en su poder,

Las cuentas en la cúpula partidista, basadas en encuestas actuales y los registros históricos de las votaciones, le dan a Acción Nacional para retener los distritos uno y cuatro, con cabecera en Nuevo Casas Grandes y la frontera, respectivamente. El PRI le garantizará el refuerzo para no perderlos ante Morena.

Además, hay volado en otros tres distritos, sumándole varios factores: mala gestión morenista, intención de voto detectada en esas encuestas que no se publican y la alianza tripartidista hecha en cada región de la entidad y del país con precisión matemática.

Si de ese volado sale un distrito más; y si del resto del estado no se voltean los caprichosos resultados electorales, tendría el bloque opositor la mayoría legislativa necesaria que requiere la administración de Maru Campos Galván para la segunda parte del sexenio.

Así van las cuentas que les han vendido a los dirigentes que conforman el frente opositor, Gabriel Díaz del PAN, Alex Domínguez del PRI y Nohemí Aguilar del PRD, cuyas cabezas van de por medio en los resultados que arroje la estrategia puesta en marcha.

Morena, por su lado, asegura tener ya 12 distritos asegurados, incluido uno de la capital Chihuahua. De ser cierto golpearía en su centro la gobernabilidad buscada por Palacio en el Congreso.

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Lo retratado por el diagnostico en reclusorios femeniles que realizó personal de la CEDH, trajo a la memoria de manera inmediata el informe que en agosto del año pasado divulgó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, bajo la óptica de tortura en todos los centros carcelarios del estado de Chihuahua.

De dicho informe de la CNDH no debe dejarse pasar desapercibido, no solo que nada ha cambiado al interior de los reclusorios, en este caso femeninos, sino la advertencia particularmente del polvorín en que sigue convertido el Cereso 3.

Los factores de riesgo explican por qué utilizar la palabra polvorín, ya que todos ellos vulneran de manera permanente a los internos, generando condiciones de graves violaciones a derechos humanos y caldo de cultivo para los brotes de violencia.

Están debidamente enumerados dichos factores en el informe de la CNDH, y consisten en problemas con la  alimentación; la comunicación con el exterior; las condiciones materiales de las instalaciones; la atención y servicios médicos; el hacinamiento y sobrepoblación; la separación y clasificación; las medidas disciplinarias; el personal y la capacitación; la supervisión de los centros penitenciarios y las condiciones de gobernabilidad.

Estas mismas condiciones, que -acepta la CNDH- existen en otros muchos centros penitenciarios en el país, no sólo pueden derivar en actos de tortura o tratos crueles inhumanos o degradantes, sino que se convierten en los elementos clave que propician los hechos de violencia al interior de los centros penitenciarios y que, eventualmente, pueden derivar en acontecimientos como los que se han presentado en el Cereso 3, en 2009, 2011, 2019 y 2022.

Lo delicado, es que no han sido atendidas, ni en dicho centro penitenciario, ni en los otros donde existe, los cuales son componentes fundamentales en la aparición de los brotes de violencia al interior de los centros penitenciarios.

Van para seis meses de este informe, con este dato que había pasado desapercibido, y las cosas continúan igual, sino es que peor, como puede observarse en el informe que esta semana dio a conocer la CEDH, en lo que respecta al área femenil.