Primero de mayo en un Juárez maquilador

Según Benjamín Franklin, "Time is money" o sea el tiempo es oro o dinero. Para los juarenses, el tiempo invertido en producir, almacenar y distribuir productos de la empresa maquiladora es algo más que eso, es tecnificación, es trabajo, es salud invertida y es un modelo social que acompaña a miles de familias fronterizas y sobre todo es seguir luchando por conseguir derechos laborales. 

Actualmente, existen poco más de 339 mil empleados directos en 340 empresas maquiladoras en Juaritos y su crecimiento en nuestra frontera en los últimos 30 años por lo menos, no sólo ha sido una estrategia de economía regional que ha sido útil para paliar la problemática emergente de contar con fuentes de trabajo en un lugar adónde llegan miles de personas cada año, también es un resultado de las dinámicas globales en las cuales la producción se ha segmentado para reducir costos ante un mercado cada vez más competitivo y es así como surgen estrategias que han trasladado ciertas operaciones del proceso de producción a sitios industriales, como Tijuana o Juárez, que tienen dos características principales: infraestructura adecuada y bajos salarios para su desarrollo. Además de ello este modelo de trabajo se ha culturalizado por así decirlo en nuestra frontera. La expectativa de miles de jóvenes está ahí, ya sea estudiando las ingenierías o adiestramientos técnicos que le permitan desenvolverse en ese entorno o bien ingresando al espacio laboral desde el sector operativo a edades sumamente tempranas, cuando sus fuerzas y capacidades físicas son vastas para soportar las jornadas extenuantes de trabajo.

Pero no solo se invierte el tiempo en producir en las líneas. También en proyectar, planear y administrar. Miles de técnicos e ingenieros invierten en su formación, especialización, tiempo y dinero para encontrar las mejores estrategias para productos que serán de beneficio a sectores industriales en otro país. Lo hacen en la añoranza de un mejor modelo de vida. Cierto es que, si bien sus sueldos pueden superar la media, pueden viajar y aprender idiomas, han dejado el tiempo familiar, de esparcimiento y descanso en ello.

El trabajo en las líneas de producción también es dejar parte de la salud de los más jóvenes, principalmente por lesiones de trabajo, afectaciones posturales, cambios de horarios a los que se someten los trabajadores de las maquiladoras que pueden llegar a causar sobrepeso, obesidad, estrés, problemas de hipertensión, diabetes y envejecimiento prematuro, eso está comprobado científicamente. Además de un aumento en el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas que sumado a la carga de estrés que puede presentarse, somete a las familias a situaciones de violencia intrafamiliar. Las mujeres al estar en la etapa reproductiva de su vida cursan con sus embarazos en condiciones no óptimas para este estadio. Sus hijos serán generalmente dejados al cuidado de terceras personas en la primera infancia sin acceso a nutrición y cuidados de calidad.

También hablamos del tiempo para distribuir la mercancía final o los elementos que servirán para un futuro ensamble en la cadena de producción. Miles de transportistas internos y externos que viajan hasta los lugares más lejanos permanecen horas en los puentes y carreteras. Tan solo estos días de gran afluencia de migrantes, con cierres parciales o retrasos en las revisiones por parte de las autoridades estadounidenses, este flujo se ha retrasado, generando pérdidas millonarias. El trabajo es bien pagado se dice, pero volvemos a la inversión personal de su salud, permaneciendo horas y horas sentados, con dietas altas en sal, carbohidratos y el uso recurrente de fármacos para ajustar sus tiempos de vigilia. El riesgo de estar en carreteras de accidentes o violencia también es latente.

El año pasado a estas fechas, el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C, nos ubicaba como la principal ciudad en el Norte del país en ser productiva, basado en dos objetivos: su capacidad de producción y su eficiencia laboral. Nos hablaba de salarios mensuales rondando los 10 mil pesos, y con índice de desigualdad salarial muy bajo del 0.3 por ciento. Además, nos decía que la población ocupada en esta ciudad superaba el 99 por ciento de población ocupada entre el total de personas que podían hacerlo y con mucha formalidad, según reportes de población afiliada al IMSS, algo así como el 80 por ciento de la población total de Ciudad Juárez. 

Pero durante la segunda mitad del año, se han conjugado diversos factores que han afectado este comportamiento, desde crisis globales o políticas. Los bloqueos temporales en los puentes, la incertidumbre que ocurre al momento de transiciones de gobiernos en ambos países también son parte de lo que ha permitido que las cámaras industriales nos den algunos datos preocupantes que se traducen en la cotidiana pérdida de empleos.

De esta manera, se señaló que, durante la segunda mitad del 2023, la industria maquiladora en Ciudad Juárez estimó una pérdida que va de los 25 a los 30 mil empleos, lo que nos indica una disminución del 9.6%. La proveeduría local también vio afectados sus ingresos, con un 22 por ciento menos, provocando incluso paros técnicos, mientras que se disminuyó un 5.8 por ciento el consumo de bienes y servicios nacionales por parte del sector maquilador. La producción pudo verse afectada hasta en un 10 por ciento. 

En el Día del Trabajo debemos reconocer el gran esfuerzo que se hace desde todos los ejes del sector maquilador, y los gobiernos de todos los países involucrados deben hacer su mejor apuesta por mejorar la inversión, la relación comercial, arancelaria y de aduanas porque hablamos de un sistema en el cual descansa mucha de la tranquilidad de las familias fronterizas. Las condiciones de trabajo y los derechos alcanzados nunca deben ser motivo de regresión o estancamiento. Vacaciones, transporte seguro y cómodo, servicios de seguridad social, sueldos y jornadas justas siguen siendo las consignas para alcanzar.