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Opinión

¿Está en juego la democracia?

La inminencia de las elecciones de 2024 en México trae consigo una narrativa polarizante que plantea una pregunta fundamental

Jackie Ojeda / Analista

jueves, 09 mayo 2024 | 06:00

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Ciudad de México.- La inminencia de las elecciones de 2024 en México trae consigo una narrativa polarizante que plantea una pregunta fundamental: ¿Está realmente en juego la democracia? En un escenario político dominado por dos visiones enfrentadas, es pertinente reflexionar sobre lo que realmente está en disputa y los posibles riesgos para el futuro democrático del país.

La política mexicana ha experimentado una polarización creciente en la última década. El proceso electoral de 2024 enfrenta al oficialismo de Morena, liderado por Claudia Sheinbaum, con la coalición opositora encabezada por Xóchitl Gálvez. Las posiciones antagónicas reflejan un país dividido en torno a temas como la economía, la seguridad, la justicia social y el papel del Estado. La administración actual ha sido criticada por un manejo cuestionable de la economía, la centralización del poder y la erosión de los contrapesos institucionales. 

Para evaluar si la democracia está en riesgo, es necesario considerar varios factores como la independencia de las instituciones clave, como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Poder Judicial, ha sido cuestionada por los cambios impulsados desde el Ejecutivo. La reforma electoral propuesta ha generado preocupaciones respecto a la neutralidad del árbitro electoral. Si el INE no logra mantener su autonomía, las elecciones podrían verse seriamente comprometidas. La consolidación del Estado de Derecho está bajo amenaza. La lucha contra la corrupción y la impunidad ha sido desigual y politizada, mientras que el clima de inseguridad ha socavado la confianza ciudadana en las autoridades. El incremento de ataques y presiones contra la prensa es preocupante. La libertad de expresión es un pilar fundamental de la democracia, y su deterioro genera un ambiente de temor e inhibe el debate público. El discurso polarizador del presidente López Obrador ha polarizado a la sociedad. La narrativa "pueblo contra élite" y la descalificación constante de la oposición, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil generan un ambiente hostil hacia el pluralismo.

La relevancia de las elecciones de 2024 también radica en la oportunidad que tiene México de redefinir su rumbo político y social. Con una sociedad cada vez más informada y exigente, el electorado tiene en sus manos el poder de decidir si quiere un modelo de gobierno que profundice las políticas centralizadoras actuales o si busca fortalecer las instituciones democráticas para avanzar hacia un futuro de mayor transparencia, inclusión y respeto a las libertades fundamentales. La participación ciudadana consciente será clave para frenar los intentos de manipulación, desinformación y debilitamiento institucional, y así garantizar que el próximo gobierno sea resultado de un proceso legítimo que refleje las aspiraciones de un México plural y democrático.

Más allá de los candidatos, lo que está en juego es el respeto a las instituciones democráticas y la pluralidad política. La elección de 2024 determinará si México seguirá avanzando hacia un sistema más centralizado y personalizado, o si consolidará su democracia mediante la defensa de las instituciones. Para proteger la democracia, es vital garantizar la transparencia del proceso electoral, fortalecer la independencia institucional y fomentar un debate público basado en ideas, no en descalificaciones.

En las elecciones de 2024, la democracia mexicana enfrenta retos significativos. La posibilidad de un retroceso institucional y la erosión de los contrapesos democráticos son riesgos reales. Sin embargo, el resultado no está escrito. La participación ciudadana activa, la vigilancia de los medios y las organizaciones de la sociedad civil, junto con un INE fuerte, serán cruciales para asegurar que el proceso electoral se desarrolle con legitimidad y que, gane quien gane, el resultado refleje la voluntad popular. La disyuntiva de 2024 no es simplemente entre dos candidatas, sino entre la consolidación de un sistema democrático inclusivo y la centralización del poder que podría debilitar la democracia misma.

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