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Opinión

OPINIÓN

‘El Ranger’, desde 2014 en zona de ‘El Chueco’

El comandante de Grupos Rurales de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal se llama Carlos Alejandro Cruz Rangel. Le apodan 'El Ranger'. Es harto conocido en el mundo policiaco y militar, de todas las corporaciones, de todas las instituciones de seguridad

LA COLUMNA
de El Diario

jueves, 23 febrero 2023 | 06:00

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• ‘El Ranger’, desde 2014 en zona de ‘El Chueco’

• Ahora sí ‘La Coneja’ es inocente

• Boom de participación social en Riberas

• La añorada alcaldía en inmejorables condiciones

El comandante de Grupos Rurales de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal se llama Carlos Alejandro Cruz Rangel. Le apodan “El Ranger”. Es harto conocido en el mundo policiaco y militar, de todas las corporaciones, de todas las instituciones de seguridad.

Controla para la Policía Estatal desde San Juanito, en el municipio de Bocoyna, hasta Batopilas y hasta lo más profundo de las barrancas de Urique pegadas con Sinaloa y con Sonora. Su centro de operaciones está en Creel y en el Divisadero Barrancas, pero domina también por Madera hasta el extremo sur, Guadalupe y Calvo.

Sepa Dios cómo le habrá hecho pero ha logrado mantenerse en esa función desde 2014, en el gobierno de César Duarte. Cruzó también los infelices cinco años de Corral, en los que fueron registradas varias masacres de policías estatales por toda la región. Hoy día sigue allá.

Si alguien, entonces, sabe del temible “Chueco”, Noriel Portillo Gil, el mismo que mató a un maestro norteamericano, a dos sacerdotes y a mucha gente más en la región serrana, es nada menos que “El Ranger”.

Su nombre, o su apodo, salió a colación el martes tras un enfrentamiento de policías estatales con supuestos sicarios precisamente en la zona de mayor control de Noriel, un poblado próximo a Cerocahui, donde mató en junio del año pasado a los sacerdotes.

No han quedado para nada claros los hechos. Contrario a casi siempre, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal no emitió pronunciamiento oficial alguno a pesar que hubo tres civiles muertos y dos agentes lesionados que fueron trasladados en helicóptero a la ciudad de Chihuahua. Solo la Fiscalía General del Estado emitió la información respectiva sin detalle alguno, solo generalizaciones.

Hay datos extraoficiales de que los muertos no forman parte de la gavilla de “El Chueco” sino de un grupo recién formado que empezaba a combatirlo. Y peor todavía, que todos los operativos particularmente en esa región, son acompañados por fuerzas militares de la Guardia Nacional, del Ejército con equipos de inteligencia de la Fiscalía General del Estado.

En este caso, “El Ranger” y su grupo de policías acudieron hasta un rancho cercano a Cerocahui sin notificar al resto de los persecutores de “El Chueco” quizá porque consideró que podría atraparlo solo con su grupo o porque desconfió de las otras corporaciones.

Hace falta mayor información para saber lo que realmente pasó allá. No hubo detenidos, y si bien los muertos no hablan, alguno o varios de los policías participantes en la refriega deben explicar o haber explicado ya lo acontecido.

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De forma discreta, un tribunal local acató la sentencia de un colegiado federal para dejar insubsistentes los testimonios que, como evidencia única, fueron presentados por el gobierno de Javier Corral para sentenciar a seis años de prisión al priista Alejandro Gutiérrez, mejor conocido como “La Coneja”.

De la resolución federal habíamos dado cuenta hace unos días. La justicia valoró los argumentos del imputado, exsenador por Coahuila y exsecretario general adjunto del PRI nacional, sobre las acusaciones fincadas para acreditarle un presunto peculado por poco más de un millón de pesos.

Básicamente, el colegiado federal determinó que los testimonios de testigos protegidos aportados por el corralato entre 2018 y 2019 fueron mentiras completas, por lo que no eran prueba para haberlo declarado culpable, como en su momento lo hizo el Tribunal Superior de Justicia, convertido en sirviente del exgobernador aficionado al golf.

De ahí que la orden a la justicia estatal, ya alejado de la influencia de Corral Jurado, era que enjuiciara de nuevo a Gutiérrez en Chihuahua, pero sin tomar en cuenta las mentiras que lo vinculaban a supuestos desvíos del exgobernador César Duarte, a quien jamás trató “La Coneja”.

Al no haber elementos de prueba, la nueva resolución que adoptó la justicia estatal fue declarar inocente de todo señalamiento al coahuilense, quien hasta hace unos días estaba bajo las medidas dictadas hace unos años por los jueces a modo del corralato.

La sentencia es mantenida bajo reserva, únicamente con acceso al imputado y sus abogados, pero ellos seguramente analizan cómo proceder ante no una sino varias violaciones al debido proceso penal al que debió haber sido sometido.

En la causa contra el exsenador fue violada la presunción de inocencia y resoluciones federales para impedir su salida del Cereso de Aquiles Serdán en 2019; hubo mentiras abiertas para torcer la investigación y se mantuvieron restricciones en su contra a pesar de amparos y otros recursos ganados en tiempo.

O sea, material hay de sobra para un contraataque de “La Coneja” contra la justicia de Chihuahua, pero especialmente contra los funcionarios de la administración de Corral y el propio exgobernador, quien era el que daba las órdenes de cuadrar a la fuerza las patológicas ideas políticas propias con la realidad.

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Más allá de los proyectos para el Presupuesto Participativo de Ciudad Juárez que en breve podrán registrarse, ha comenzado a surgir un boom de organizaciones de la sociedad civil en la frontera, alentadas por una política de apertura de la administración de Cruz Pérez Cuéllar.

El registro de asociaciones sociales rebasa las 300 en operación constante y planeada, con objetivos que van mucho más allá de las estrechas mentalidades políticas que abundan en la ciudad.

No todas brillan como algunas que venden más mercadotecnia que resultados, en aras de conseguir más recursos para sus fines, pero son muchas las que aportan a la ciudadanía un apoyo moral y concreto que, en la mayoría de los casos, no pueden otorgar los gobiernos federal, estatal o municipal.

Por eso son aliadas importantísimas de cualquier autoridad que esté dispuesta a brindarles reconocimiento e impulso a su labor, pues son ejemplo de participación democrática permanente y sirven de termómetro social para la administración pública.

De todos los sectores donde operan las asociaciones con sus programas diversos -que van desde la atención a los adultos mayores y los migrantes hasta el auxilio a niños con adicciones- sobresale el de Riberas del Bravo, donde en este periodo que lleva la gestión municipal, han surgido una decena de organizaciones.

Del éxito que tenga la sociedad civil organizada depende en gran medida la viabilidad de la ciudad, por lo que es importante vertebrar y coordinar su crecimiento, sí con injerencia del gobierno, pero no para molestar sino para incentivar la participación social.

***

Anda muy caliente el delegado de programas federales Juan Carlos Loera en busca de la candidatura a la presidencia municipal de Ciudad Juárez para el 2024.

Y cómo no va a andarlo, cuando es Morena el líder en intención del voto en estos momentos, reforzado por el ejercicio de gobierno de Cruz Pérez Cuéllar y la alta aceptación del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Llegó Cruz Pérez Cuéllar con una votación increíble: 213 mil votos, el doble que los obtenidos por Javier González Mocken, que no hubiera ganado ni con los sufragios del PRI.

Esa elección fue tan relevante, que le arrimó decenas de miles de votos al candidato perdedor a la gubernatura por Morena, el mismo Juan Carlos, que ni así logró derribar la fortaleza electoral de Maru Campos, con impulso indudable en la capital y el resto del estado, donde el nivel de votación fue mucho más elevado que el de esta frontera.

No anda entonces tan errado el alto funcionario federal, al pretender la tan ansiada postulación para las intermedias, intención dejada ver mediante pronunciamientos públicos. El problema es que antes deberá vencer la lógica elemental que indica que Cruz Pérez Cuéllar está en mejor posición, por una simple razón, ha sido pieza clave en la consolidación de una opción guinda en la frontera y el resto de la entidad.

No tendría el presidente de la República tan cálida recepción en las diversas visitas a la entidad, si no fuera por Cruz y la operación fina que no ha dejado de trabajar.

Dicen que Brighitte Granados, actual dirigente estatal de Morena, la sobrina de Loera, sabe muy bien eso, y le gana el pragmatismo de sostener la más importante alcaldía de la entidad en términos de sufragios, que arriesgar el bastión moreno por una quimera, por más diferencias reales o inventadas en relación con el crucismo.

Tendría que ir enfilando sus intenciones el delegado al resto de las candidaturas en juego, diputaciones locales y federales, jugársela en territorio para demostrar que ha sido efectiva la operación desde los millonarios programas federales.

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