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Opinión

Daños permanentes por falta de oxígeno

La falta de oxigenación para la economía nacional puede provocar daños permanentes en muchas regiones de este país

José Ignacio Gallardo
Analista

miércoles, 27 mayo 2020 | 06:00

Así como ciertas partes del cuerpo se ven sensiblemente afectadas ante la falta de oxígeno, entre ellas el cerebro, de la misma forma ocurre con la economía de un país, o de una región. La falta de oxigenación para la economía nacional puede provocar daños permanentes en muchas regiones de este país, entre ellas Ciudad Juárez. 

Porque para muchos sectores de la economía juarense son ya casi 10 semanas de inactividad comercial, empresarial, educativa, recreativa e incluso social. Desde la segunda quincena de marzo, de manera paulatina pero ininterrumpida, se fueron cerrando todos los comercios, gimnasios, lugares públicos, bares, restaurantes, mercados, plazas comerciales, escuelas, empresas y oficinas públicas y privadas. 

No todas las actividades económicas han cesado, siguen operando farmacias, tiendas de conveniencia, supermercados, ciertos mercados y lo relacionado con la distribución y preparación de alimentos. Ciertas industrias tienen permitido operar. El comercio en línea también se ha visto favorecido. Sin embargo, en esta ciudad no toda la población tiene acceso a esas herramientas tecnológicas y eso está afectando severamente a muchos sectores en esta larga e inesperada cuarentena. 

El comercio informal también se ha visto forzado a cerrar, aunque no en su totalidad. No todos los comerciantes ambulantes han dejado de vender, y las razones son perfectamente entendibles. Si no salen a vender, no tendrán manera de comprar alimentos para sus familias, aun y con todos los riesgos que esto implica. El panorama es complicado. No ha caído una extraordinaria tormenta, ni se ha suscitado un sismo de magnitudes catastróficas, tampoco se ha experimentado un tornado o algo parecido en esta frontera. Sin embargo los efectos de lo que ocurre desde hace varios meses en esta frontera, al igual que en varias partes del mundo, tendrá sin duda alguna efectos devastadores en el corto, mediano y largo plazo. Pocas veces se habían visto durante tanto tiempo las calles vacías, los negocios cerrados, y a la gran mayoría de la población confinada en sus hogares desde que inició la cuarentena en todo el país. Los efectos en la economía serán severos y devastadores, tal vez sean permanentes. El daño ya está hecho y no se puede cuantificar, porque aumenta día con día. 

Tan sólo en dos meses se han perdido casi un millón de empleos formales. El virus destruye muchas vidas, pero también aniquila la economía de muchas naciones, de empresas y de la gran mayoría de las familias mexicanas. 

Para poder subsistir muchas empresas y familias han tenido que disponer de ahorros o prestamos, pero ya también éstos se agotan. A diferencia de otros países, en México los apoyos suficientes para las empresas no han llegado. Mientras que en otros países se está apoyando a la población con el pago de la renta de vivienda o local comercial, el pago de los servicios, o de nóminas, en México no se logra convencer al Gobierno federal para que apoye a los empresarios con la nómina de trabajadores. Esto pudiera impedir el despido masivo de cientos de miles de trabajadores mexicanos, pero los intentos de empresarios para dialogar con el jefe del ejecutivo federal no han sido exitosos. 

Lo más complicado para Ciudad Juárez está por venir, ya que autoridades y empresarios intentan regresar a la actividad comercial e industrial, al mismo tiempo que se incrementan preocupantemente las cifras de decesos y de contagios. Hasta el martes 26 de mayo se tienen cuantificados en Ciudad Juárez 942 contagios y 229 fallecimientos. Pero la realidad es que ni las autoridades federales ni las estatales conocen el número exacto de vidas que se han perdido con esta pandemia que desde el invierno pasado azota al mundo. La alta cifra de decesos diagnosticados simplemente como neumonía atípica, son de tomar en cuenta. 

El desafío seguirá siendo lidiar con el Covid-19 al mismo tiempo que se propicia la reactivación económica. Pero la advertencia del subsecretario de Salud federal Hugo López Gatell, fue muy clara, nada garantiza que no vuelvan los rebrotes, tal y como ya ocurre en otros países. A eso es a lo que se expone México y esta región fronteriza si se regresa precipitadamente a la actividad sin tener las medidas eficaces y los debidos protocolos de protección. 

El reto es muy grande pero ya es imposible seguir viviendo en carestía, en condiciones de estrés y sin apoyos. Para lograr la meta los juarenses tendrán que sobrevivir en un país polarizado y con líderes empeñados en dividir a la nación y al estado en lugar de buscar la unidad. El mayor desafío será que llegue el oxígeno, por medio de rescates y recursos para reactivar la economía, pero a tiempo, de lo contrario todo será inútil. 

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