Opinión

El Banco del Bienestar

Han sido muchos y muy variados los factores que han inhibido el desarrollo en las comunidades rurales de nuestro país

Juan Carlos Loera De La Rosa
Polítco

domingo, 08 marzo 2020 | 10:39

Han sido muchos y muy variados los factores que han inhibido el desarrollo en las comunidades rurales de nuestro país y que por consecuencia han ocasionado graves problemas de desigualdad, uno de ellos ha sido la ausencia de instituciones del Estado Mexicano que deben conducir el rumbo de la economía; pero también ha existido una marcada omisión por parte de las instituciones bancarias y financieras privadas, al no tomar en cuenta la necesidad existente de la prestación de servicios de este tipo en los 67 municipios del estado de Chihuahua.

Hace un par de años, en uno de mis viajes por el municipio de Guadalupe y Calvo, se me terminó el dinero en efectivo que traía en mi cartera, por lo que inicié la búsqueda de algún cajero automático. Cuál sería mi sorpresa al percatarme de que en plena cabecera del séptimo municipio de nuestro estado (en cuanto a número de habitantes se refiere), no existe ni tan sólo un cajero automático…. ¡Mucho menos una sucursal bancaria! La manera de resolverlo fue dirigirme a un establecimiento comercial que aceptara tarjetas y entregar una comisión a cambio del efectivo.  

Pero lo mismo le ocurre a los cientos de trabajadores de la educación, de la salud y hasta de empresas privadas que reciben sus pagos por medio de cheques. ¿Dónde los cambian? Hay que viajar hasta la ciudad de Parral para canjearlos por efectivo, lo cual conlleva no sólo un enorme gasto, sino también una gran pérdida de tiempo y desgaste físico; lo mismo acontece en Chínipas, Guazapares; Maguarichi, Batopilas, Nonoava, Uruachi, Moris, Ocampo y Morelos; además de las localidades que los comprenden, algunas de ellas curiosamente más pobladas que las propias cabeceras municipales.

Al igual que el servicio de Internet y de telefonía celular, a la banca comercial no le ha importado en lo absoluto prestar el servicio en las localidades de menor tamaño porque no les representa mayores dividendos; se les ha olvidado el aspecto social. 

Pero no sólo se trata del uso de un cajero automático o el simple cambio de un cheque; la responsabilidad de la banca debe ir mucho más allá, se trata de la inclusión financiera de manera equitativa, además de promover y fomentar el ahorro, así como muchos otros instrumentos bancarios y financieros; por ejemplo los fideicomisos, que impulsan el desarrollo regional.

La omisión incluyó desde luego a gobiernos anteriores quienes diseñaron un ineficiente modelo de dispersión en los recursos provenientes de los programas sociales, el cual involucra a una gran cantidad de personas, vehículos, gasolina, aparato de custodia del recurso y seguridad de los pagadores, así como un enorme sacrificio de los beneficiarios para llegar a los puntos de pago, precisamente por falta de instituciones bancarias. Dicho modelo, heredado a la actual administración federal, ha tenido mejoras sustanciales, pero sin duda, la mayor de ellas es la apertura de sucursales del Banco del Bienestar en puntos estratégicos, esto no conllevará únicamente un ahorro importante con respecto a la logística empleada para dispersar los recursos, sino que mejorará por mucho el servicio directo a los beneficiarios, que en número importante son adultos mayores y personas con discapacidad de limitada movilidad.

De entrada, el Banco del Bienestar podrá contar con más de 300 mil millones de pesos que están presupuestados para su dispersión en programas de bienestar, educación y  lo concerniente al campo.  A diferencia del pasado, del anterior modelo económico que entre otras instituciones también privatizó la banca, dejando sólo un “banco chiquito” (Bansefi). Ahora el gobierno de México, dentro del Plan Nacional de Desarrollo, se ha fijado la tarea de instalar sucursales del Banco del Bienestar, que sustituirá a Bansefi, es decir, un “banco grandote” que ofrecerá instrumentos y servicios financieros de primer y segundo piso; por otra parte canalizará apoyos financieros como banca social y de desarrollo, fomentará de esa misma forma programas que promuevan el ahorro, la inversión y la adopción de medios de pago electrónicos dentro de las comunidades indígenas y también estará facultado según su ley orgánica para diseñar y ofertar productos de crédito, inversión y ahorro.   

Para algunos, la decisión del Gobierno de México de construir y poner en operación 1350 sucursales del Banco del Bienestar este año, y otras 1350 en 2021 representa una competencia a la banca comercial y una supuesta intromisión del gobierno en un ámbito que -según ellos-, debe permanecer privado, eso es falso ya que no puede representar una competencia en lugares en los cuales la banca comercial ha sido excluyente y falta de sensibilidad social, además de que sí corresponde al gobierno la responsabilidad de propiciar el desarrollo regional, sobre todo en los lugares donde más se requiere.

Cabe mencionar y destacar que la construcción desde su etapa de ubicación y planeación cuenta con todo el respaldo del presidente de la república, de tal manera que son varias las dependencias que participan: Bienestar, Sedatu, Hacienda, Indaabin, Procuraduría Agraria, Registro Agrario Nacional y la Sedena; en esta última, a través  de los ingenieros militares recae la responsabilidad de la obra civil, es decir, una obra en muchos sentidos patriótica y nacionalista.  

En Chihuahua serán 69 las sucursales del banco, dos de ellas ya están en construcción, en Valle de Allende y en Casas Grandes.  A nivel nacional ya están dos  concluidas, en Oriental, Puebla y otra más en Temantla, Estado de México; en total, ya hay cien sucursales en el país construyéndose y se estima que estará entregándose mensualmente la misma cantidad ya concluidas.

Sin duda, el Banco del Bienestar con un modelo centrado en la inclusión y educación financiera (principalmente para personas del segmento de bajos ingresos) contribuirá al desarrollo humano y regional, además de que será sustentable económicamente al ser autosuficiente ya que las comisiones actuales que cobra la banca privada al gobierno por el manejo de los recursos, ahora serán cobradas, pero con costos mínimos por el Banco del Bienestar. Un gran logro del gobierno de la Cuarta Transformación que sin duda le dará un nuevo rostro a los municipios y comunidades que fueron injustamente marginadas del desarrollo.  

Lo mejor está por venir, ya que también se iniciaron acciones en el rubro de las telecomunicaciones, particularmente en el servicio de Internet y en la telefonía celular para proveer de este servicio a quienes han permanecido rezagados preponderantemente por los proveedores que no los consideran un negocio redituable, pero como el gobierno actual no está interesado en la colusión de negocios y política, estos servicios serán eminentemente sociales.

Ya está puesta en marcha la instalación de la infraestructura necesaria en Yokivo y San Ignacio, comunidades indígenas del municipio de Batopilas, uno de los mayormente marginados en el país.

El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho. Wayne Dyer.

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