Criminal venta de agua en ‘Los Kilómetros’

• Criminal venta de agua en ‘Los Kilómetros’

• Prepara Biden nueva sacudida a México 

• A punto de la tragedia rutera con niños

• Nomás en Juárez sufrieron los Baeza  

Nomás empiezan los calores y resurgen las quejas, cargadas de realidad, de que hay una criminal venta de agua de las pipas que envía la Junta Municipal de Agua y Saneamiento a la zona de “Los Kilómetros”.  

Hace unos días, según lo han reconocido los propios titulares de la dependencia estatal, fue despedido un empleado sorprendido en esta práctica, pero ni por eso disminuyen los reclamos de los vecinos, que viven a expensas de los mil 500 litros por semana que les llevan los piperos. 

Para dar abasto a ese sector, según estimaciones al interior de la descentralizada, haría falta el doble de pipas y por lo tanto de personal, pues es real que las unidades no completan sus recorridos, a veces se terminan antes el agua que llevan o no pasan los días programados. 

Si a eso se le suma que algunos venden y otros compran sin importarles que hay otras familias muriéndose de sed y sin un peso para adquirir el vital líquido, esto se vuelve un delito de lesa humanidad. 

Pero si el director de la JMAS difícilmente entiende la diferencia entre abasto y desabasto, es muy probable que jamás comprenda la naturaleza jurídica y política de la función que tiene encomendada en Juárez; por lo tanto, es imposible que pueda corregir las fallas. 

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Es muy probable que esta semana o a más tardar la próxima, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, salga públicamente para hacer anuncios relacionados con la política migratoria, con los que de nuevo habrá de sacudir a México, inmóvil ante una crisis humanitaria de gigantescas proporciones. 

En el alto nivel de la cancillería mexicana, a cargo del presidenciable Marcelo Ebrard, la previsión es que el vecino demócrata se ponga duro ante el próximo fin –el 11 de agosto- de la vigencia del famoso Título 42, mediante el cual EU podía expulsar ipso facto a cualquiera que violara sus fronteras. 

Este es el gran tema que podría desencadenar problemas incluso más graves que los registrados en septiembre de 2021, cuando las oleadas de migrantes pusieron a temblar en el bordo a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), al grado de alertar al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y a la Guardia Nacional norteamericana. 

El fin del Título 42, se ha dicho hasta el cansancio, es la gran crisis que viene, porque entre los grupos de migrantes, “polleros”, redes de ayuda legal e ilegal, abundan versiones ridículamente falsas de que a partir de esa segunda semana de mayo EU va a recibir con los brazos abiertos a todos los que quieran ingresar al país. 

Las directrices migratorias selectivas del país vecino, orientadas a privilegiar a migrantes de Venezuela y Haití por razones humanitarias y políticas, son en buena medida la causa de que el problema de la llegada de extranjeros a México se haya agravado las semanas recientes. 

Los rumores y confusiones -alentados dentro del país por grupos que promueven el negocio el tráfico de personas, del que forma parte el Instituto Nacional de Migración- son los que pondrán a reventar la frontera mexicana de migrantes engañados con la idea de que podrían tener cobijo y asilo en el primer mundo. 

Por esto mismo, en los círculos diplomáticos comienzan a hablar de que hay desesperación en el canciller Ebrard ante la aparente pasividad de Andrés Manuel López Obrador, que lo ha mantenido dentro, pero a la vez fuera; haciéndolo responsable, pero atado de manos, en el tema de la migración.  

No ha de ser por ingenuo que el presidente mantenga la actitud de “no-pasa-nada” ante la grave crisis que tiene enfrente y le reclaman alcaldes, legisladores, gobernadores y sus propios secretarios.  

Pero él prefiere mantenerse como ajeno, hablando nomás de lo que le conviene y tachando de conservadores, corruptos, vendidos y provocadores a quienes lo cuestionan por la ausencia total de una política migratoria y de acciones concretas ante la crisis. 

De ahí que la aparición de Biden -para aclarar de qué forma podría recibir migrantes mediante condiciones y cómo habrá de endurecer las expulsiones cuando acabe el Título 42- podría ser la sacudida que le haga falta a Palacio Nacional. 

A ver si de una vez le cae el veinte de que vienen cosas peores. 

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El choque del tren con un camión repleto de niños, registrado el pasado viernes, estuvo a punto de convertirse en una tragedia mortal a causa de ese descontrol añejo que existe en el sistema de transporte.  

La unidad nada tenía que hacer llevando niños y maestras de una escuela a La Rodadora, pues el permiso era para transporte de personal de las empresas maquiladoras, renglón donde está el gran negocio de las concesiones para ruteras y que sigue sin ser tocado con las reformas recientes.  

En este caso, el responsable material fue el chofer de la unidad, que traía su licencia en regla junto con la documentación del camión, pero trató de ganarle el paso al ferrocarril cuando circulaba por la calle Elías Torres y buscaba incorporarse a la Ponciano Arriaga.  

El impacto fue menor, pero de todos modos generó lesiones en tres de los casi 30 niños que se quedaron con las ganas de ir al museo y a cambio recibieron el susto de sus cortas vidas, sólo porque al conductor del camión de TRJ, con número económico 1020, le pareció buena idea arriesgarse a pasar las vías cuando estaba tan cerca el tren. 

El conductor quedó a disposición del Ministerio Público por las lesiones de los niños y los daños a los vehículos, mientras que el camión quedó suspendido por tres meses, según la instrucción firmada por el subsecretario de Transporte del Estado, Luis Manuel Aguirre. 

Pero el tema de fondo sigue siendo el descontrol del sistema de transporte, intervenido en la parte del servicio público de pasajeros, pero no en cuanto a las concesiones utilizadas para el traslado de empleados de empresas privadas, principalmente maquiladoras. 

Tampoco está regulado el transporte escolar, que representa otra gran vertiente de negocio, aunque no tan grande como el de personal.  

El accidente que pudo ser peor es ocasionado, finalmente, por ese limbo en que se encuentran esas ramas del transporte, evidentemente necesarias si las escuelas deben recurrir a camiones para sus traslados extraordinarios como el que se les echó a perder a los pequeños. 

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Los Baeza exgobernadores, José Reyes y su tío Fernando, sí sufrieron en Juárez para lograr una buena convocatoria a la visita de la senadora priista Claudia Ruiz Massieu, una de la docena de presidenciables que buscan la nominación por la alianza opositora PRI-PAN.  

Como ya se reseñó el fin de semana, fue poca, casi pobre, la afluencia de priistas o panistas a escuchar las propuestas de la legisladora, que ha sido de las principales promotoras del “Sí por México” y otros esfuerzos plurales serios para hacerle frente a la 4T.  

Aquí quedó claro que el dominio pleno es de Morena. Pero no sólo eso, también quedó claro que en la frontera han sido incapaces los partidos opositores de fraguar un proyecto con aportaciones albiazules y tricolores. Lo ocurrido en Juárez fue muy distinto a lo vivido por Ruiz Massieu en Chihuahua y Delicias, el día previo a la gira por la frontera. Allá sí hubo regidores y liderazgos partidistas que la apoyaran, acá ni de floreros sirven.

En la capital, además de Fernando y Reyes estuvo el exgobernador Patricio Martínez en dos reuniones de alto nivel encabezadas por la senadora, en La Casona con empresarios y en la Universidad La Salle, ante un grupo muy nutrido de jóvenes, maestros y líderes representativos de la sociedad. 

La recepción de la senadora por cortesía de la Confederación Patronal de la República Mexicana, contó con respaldo de Palacio de Gobierno, dada la buena relación de Maru Campos con “su comadre” Claudia; y de la administración municipal de la capital, encabezada por Marco Bonilla. 

Luego en Delicias, los exgobernadores concretaron un encuentro de la senadora con el alcalde panista Jesús Valenciano, antes de llevarla a un evento con unos 300 invitados, donde igual estaban el secretario municipal priista del gobierno deliciense azul, Enrique Díaz, que líderes partidistas de ambos colores y actores políticos diversos. 

Total que en la capital y en el sur del estado, contrario a lo que pasa en Juárez, ya es funcional y práctica esa coalición PRI-PAN que sólo falta signar en el papel.