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Juárez

Impacta Covid-19 a mujeres migrantes

Son las más afectadas en cuanto a empleo y acceso a servicios de salud, revela informe

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

martes, 11 mayo 2021 | 12:45

Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Personas de origen extranjero alojadas en un hotel filtro mientras esperan entrar a EU para solicitar asilo político

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Lejos de su lugar de origen, la pandemia por Covid-19 afectó a miles de migrantes que fueron retornados o expulsados de Estados Unidos a Ciudad Juárez, en aspectos como la pérdida de empleo, el aumento en estafas migratorias y la falta de documentación laboral para las personas bajo el Título 42.

Lo anterior, de acuerdo con el reporte “Impacto de Covid-19 en el contexto migratorio de Ciudad Juárez”, de la Matriz de Seguimiento de los Desplazamientos (DTM) de la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (ONU Migración u OIM), en el que se destaca que “las mujeres –migrantes– se han visto afectadas de manera desproporcionada por la pandemia”. 

El Covid-19 acentuó muchas vulnerabilidades ya existentes entre las personas migrantes, agregando a las preocupaciones de la población el estrés por el miedo al contagio, particularmente entre quienes habitan en espacios comunes, como albergues, o que viven en condiciones de hacinamiento, destaca el reporte. 

El cierre de fronteras no solamente complicó el movimiento de las personas migrantes hacia su destino, sino que también limitó las opciones para quienes buscan regresar a sus comunidades de origen. Simultáneamente, muchas medidas implementadas con la finalidad de limitar la movilidad interna han resultado en mayores complicaciones para quienes quieren completar trámites administrativos para regular su estancia en el país.

Para realizar el reporte, OIM llevó a cabo el levantamiento de datos entre el 17 de agosto y el 11 de septiembre de 2020, a través de preguntas abiertas a 14 actores clave, y de la aplicación de entrevistas estructuradas a 201 personas extranjeras, beneficiarias directas e indirectas de programas de OIM, acerca de los impactos más notorios que había tenido el virus en sus condiciones de vida.

Los actores clave entrevistados fueron los directivos de los albergues El Buen Samaritano y San Juan Apóstol; líderes del Centro Integral para el Desarrollo de la Mujer A.C., Derechos Humanos Integrales en Acción, Catholic Legal Inmigration Network, HIAS, Hope Border Institute, Save The Children y Sin Violencia, así como representantes del Centro Integrador para el Migrante Leona Vicario, el Consulado General de El Salvador en Ciudad Juárez, la Dirección Municipal de Derechos Humanos, el Instituto Federal de la Defensoría Pública y el Instituto Municipal de las Mujeres (IMM).

Tras ser entrevistados oriundos de Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela, se encontró que por sus condiciones de vida y las vulnerabilidades específicas que presentan, en esta frontera las personas migrantes se han visto afectadas de manera desigual por la pandemia.

Como medida preventiva, los albergues restringieron la movilidad de las personas alojadas, lo que generó un incremento en las solicitudes de apoyo para rentar un espacio en la ciudad. Después de la asistencia requerida en servicios de salud mental, los apoyos más demandados estuvieron relacionados con necesidades de alojamiento y alimentación, informó OIM.

Por otro lado, la pérdida de empleo originó un aumento en las solicitudes de despensas que apoyasen a la población para cubrir sus necesidades alimenticias. También se mencionó de manera frecuente la demanda de apoyo para acceder a servicios de salud por parte de personas con enfermedades distintas a Covid-19.

Aunque fue menos frecuente, los actores clave explicaron que observaron un aumento en el interés de la población en recibir orientación laboral y asistencia en la búsqueda de empleo. También observaron, de manera moderada, un mayor interés de las personas migrantes en Ciudad Juárez por recibir más información acerca de las distintas formas de regularizar su estancia en México. 

De manera esporádica, los actores citaron otras áreas de interés entre la población, como obtener más información acerca del proceso de retorno, el proceso de reapertura de casos ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y recibir apoyo para acceder a insumos de protección frente al virus, como cubrebocas, gel antibacterial y otro equipo personal.

También aseguraron que, con la pandemia, han visto un aumento en intentos de fraude por parte de abogados falsos o de mala fe, así como un alza en las estafas migratorias, e indicaron que han observado un incremento en casos de amenazas o extorsión por parte de traficantes de personas en la ciudad. 

“De manera ocasional, los actores dijeron haber notado aumentos en incidentes de violencia y la expansión de posibles redes de trata. También hicieron énfasis en la necesidad de mejorar las vías de comunicación con la población migrante, pues muchos de ellos carecen de teléfono celular propio, de ingresos suficientes para adquirir datos móviles, o hablan alguna lengua indígena”, señala el reporte. 

En el área laboral, los entrevistados comentaron que una cantidad importante de personas expulsadas de manera exprés de Estados Unidos a Ciudad Juárez bajo el Título 42 carecía de la documentación necesaria para trabajar en México y que, en general, había una necesidad importante de acceso a asistencia legal.

Las más vulnerables

Nueve de las 14 organizaciones entrevistadas aseguraron que la pandemia ha tenido efectos específicos sobre las mujeres migrantes, enfatizaron la alta vulnerabilidad entre mujeres embarazadas y su bajo acceso a servicios de salud antes, durante y después del embarazo.  En varias ocasiones recalcaron la urgencia con que la población femenina ha requerido acceso a instalaciones de salud y que, como consecuencia del Covid-19, no ha podido recibir la atención médica necesaria. 

También mencionaron las consecuencias laborales de la pandemia en migrantes embarazadas y cómo éstas han perdido sus trabajos “de manera desproporcionada”.

“Con frecuencia moderada, las organizaciones advirtieron un incremento en el estrés y la ansiedad de las mujeres migrantes, como una consecuencia del resguardo domiciliario y la disminución de su movilidad dentro de la misma ciudad. Estos factores también han contribuido al aumento de la vulnerabilidad frente a la violencia de género. Ocasionalmente, los actores entrevistados también comunicaron un aumento en la inseguridad de la ciudad, lo que ha impactado con mayor fuerza a la población femenina; un incremento en las solicitudes de asistencia jurídica, particularmente en los primeros meses de la pandemia, y la pérdida de redes de apoyo como resultado de la Covid-19”. 

Se detectó un aumento en estrés y ansiedad, junto con mayores índices de violencia de género, y se mencionó un aumento en la inseguridad de la ciudad, que afecta con mayor intensidad a la población femenina.

Movilidad limitada

La pandemia también tuvo impactos significativos en la movilidad de la población migrante: un 59 por ciento reportó haber limitado mucho su movilidad como resultado del Covid-19; el 34 por ciento, “algo”, y solamente un 7 por ciento aseguró no haber limitado su movilidad.  Al preguntar acerca de los motivos por los cuales la población salía de casa, un 9 por ciento mencionó no salir bajo ningún motivo, un 44 por ciento la necesidad de romper su resguardo domiciliario para adquirir comida y necesidades básicas, y el 18 por ciento explicó que mantenían un empleo, por lo que debían salir de casa para desempeñar actividades laborales. 

El 10 por ciento dijo que salía de casa para acudir a consultas médicas por razones de embarazo, un 9 por ciento argumentó salir a completar trámites para su proceso migratorio y el otro 10 por ciento indicó salir por otros motivos.

A las 201 personas encuestadas se les solicitó que evaluaran su nivel de preocupación relativa a la pandemia en una escala que incluía: 1) Me preocupa mucho, 2) Me preocupa bastante, 3) Me preocupa a veces, 4) Me preocupa poco y 5) No me preocupa. De los encuestados, un 69 por ciento dijo preocuparse mucho; el 19 por ciento, bastante; un 6 por ciento, a veces; el 4 por ciento, poco, y el 2 por ciento afirmó no preocuparse. 

Entre las personas que afirmaron preocuparse “mucho”, “bastante” o “algo”, el aspecto más angustiante era la posibilidad de contagiarse, en un 63 por ciento. Pero el 22 por ciento también mencionó el miedo a contagiar a familiares más vulnerables, el 4 por ciento las dificultades laborales surgidas a causa del virus y el 7 por ciento las complicaciones en trámites migratorios.

Entre el 43 por ciento reportó haber cambiado de vivienda como respuesta a la pandemia. El porcentaje de personas encuestadas que vivían en un albergue disminuyó del 41 al 34 por ciento, quienes rentaban cuartos del 20 al 16, quienes se alojaban en una casa o departamento del 30 al 28 y quienes contaban con otra opción de hospedaje del 9 al 4 por ciento. 

El 18 por ciento de las personas que dijo haber cambiado de vivienda por razones relacionadas con el Covid-19 identificó al “hotel filtro” como su nuevo alojamiento.

Salud en la pandemia

De acuerdo con OIM, antes de la pandemia las opciones de atención médica preferidas por la población encuestada eran el doctor de la farmacia, los centros de salud y los hospitales. Algunas personas también dijeron haber estado enfermas, pero que no acudieron a ningún proveedor de servicios de salud, o que fueron con un médico particular o familiar.

Después del inicio de la pandemia, siguieron prefiriendo a los doctores de farmacia; la preferencia por los hospitales rebasó la de los centros de salud, y hubo un ligero aumento entre quienes preferían acceder a atención médica con doctores en los albergues, así como en el número de personas migrantes que acudiría con médicos particulares. 

Antes, un 35 por ciento de los encuestados siempre tenía acceso a medicamentos, pero con la llegada del virus, esta cifra se redujo al 7 por ciento. 

El número de individuos que afirmó tener acceso a sus medicamentos la mayor parte del tiempo aumentó ligeramente, del 42 al 45 por ciento. Y las personas que reportaron nunca tener acceso a los medicamentos que requerían pasaron de 0 a 9 por ciento. 

Un 2 por ciento de los migrantes dijo no tener acceso ni a mascarillas ni a gel antibacterial, y un 30 por ciento reportó una disminución en la cobertura de sus necesidades alimenticias; el 41 por ciento dijo que permaneció igual, y un 29 por ciento, que sus necesidades alimenticias estaban más cubiertas durante el Covid-19, que antes del inicio de la pandemia.

Educación y trabajo

En la pandemia aumentó el porcentaje de migrantes en busca de trabajo del 40 al 47 por ciento, mientras que el desempleo aumentó del 43 a 74 por ciento, la población encuestada que trabajaba en empleos informales disminuyó drásticamente del 43 por ciento al 19 por ciento, y la cantidad de personas que trabajaban de manera formal se redujo del 13 al 6 por ciento.

A los participantes que continuaban desempeñando actividades laborales se les pidió identificar el cambio más importante en sus condiciones de trabajo como resultado del Covid-19 y el 13 por ciento dijo que la reducción de su salario había sido la consecuencia laboral más importante; otro 13 por ciento mencionó la reducción de su jornada.

En cuanto a la educación, el 19 por ciento de los niños vio una disminución en la cobertura de sus necesidades educativas, un 65 por ciento no vio cambios, y un 16 por ciento, un aumento.

Hasta el 7 de mayo de 2021, el Gobierno de Estados Unidos había permitido el acceso a 3 mil 925 personas con un caso activo de solicitud de asilo político bajo los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) después de haber permanecido en esta frontera hasta por dos años; sin embargo, ninguna autoridad sabe cuántos migrantes permanecen en Ciudad Juárez con la intención de cruzar la frontera o en busca de regularizarse en México. 

hmartinez@redaccion.diario.com.mx

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