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Juárez

La Revolución en el norte

Toman El Paso como refugio

Durante la batalla entre revolucionarios y federales en 1911, familias juarenses huyeron a la vecina ciudad en busca de protección

Luis Carlos Cano
El Diario de Juárez

lunes, 10 mayo 2021 | 12:49

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La batalla que se libró en esta ciudad entre las fuerzas revolucionarias y las federales del 8 al 10 de mayo de 1911, causó alarma entre los juarenses de entonces, que eran alrededor de 10 mil, y ante el temor de que algo les ocurriera, varias familias decidieron trasladarse a la vecina El Paso, Texas.

Y es que ante la llegada de los revolucionarios con Francisco I. Madero –quienes se establecieron al poniente de la ciudad, en la Casa de Adobe– y el arribo de más federales al mando del general Juan Navarro, así como de combates cerca de la ciudad, los juarenses se empezaron a alojar en casas de amigos y familiares que estaban más retiradas de los cuarteles o las consideraban más seguras.

Tal fue el caso de la familia formada por Pablo Gertrudis Cuarón, quien nació en Villa Paso del Norte el 16 de noviembre de 1866 y Margarita Uranga de Cuarón, nacida en Santa Cruz de Rosales el 16 de julio de 1870, quienes junto con sus ocho hijos –un varón y siete mujeres–, vivieron por 20 días con un amigo, pero después optan por trasladarse a El Paso.

Esta situación enfrentaban los juarenses que por su posición económica o por ocupar cargos públicos tenían miedo de que algo les ocurriera a sus familias, ante una batalla entre federales y revolucionarios, como lo dice Pablo Gertrudis en el minutario que él llevaba y en el que narra la experiencia que tuvieron durante la Toma de Ciudad Juárez.

Estos detalles narrados por Pablo Gertrudis Cuarón, los describe quien fuera el cronista de la ciudad, Ignacio Esparza Marín (q.e.p.d.), en su libro Monografía Histórica de Ciudad Juárez, tomo I, datos que indica, son tal cual los escribió en su cuadernillo.

Gertrudis Cuarón relata que después de los hechos violentos en Puebla, donde el 18 de noviembre de 1910 asesinan a Aquiles Serdán, en Chihuahua, en el Distrito de Guerrero, resultó la revolución encabezada por Pascual Orozco.

De ahí Orozco se vino con 800 hombres a la Estación Moctezuma en las Líneas Nacionales del ferrocarril y detuvo los trenes el 28 de enero de 1911, llegando a Juárez el primero de febrero; entre los pasajeros detenidos estaban Rosa Rodríguez de Escobar y Paco Rodríguez, quienes informaron que los insurrectos los trataron muy bien, no cometieron ningún atropello, lo que captó la simpatía de muchos.

Aquí, como era natural, dice don Pablo en su minutario, las autoridades hacían sus preparativos obligando a hacer guardias en la jefatura de la Aduana y de la iglesia. Fuera de la ciudad había un depósito de pólvora que tenían varios comerciantes, pero fue volado por órdenes de la autoridad, temiendo que los insurrectos aprovecharan estos explosivos.

“Fue el primer susto que sentimos, pues con el estallido se estremeció la tierra, como se esperaba de un momento a otro. Se aproximaron los insurrectos y el miedo fue general”, expresa en su narración.

Narra que el 5 de febrero hubo el primer encuentro a inmediaciones de esta población en la estación llamada Bauché. Durante este tiempo nos salimos de nuestra casa situada en la avenida Lerdo número 8 y fuimos a vivir a la casa de Efraín Escobar, en la calle Progreso, por un período de 20 días, tiempo en que se calmó la revuelta.

Luego arribó el brigadier Juan Navarro con mil 500 hombres de las tres armas, dice Pablo Gertrudis en sus escritos, con esto nos pareció que no había peligro y volvimos a nuestra casa, pero desconfiamos porque está ubicada muy inmediata a la jefatura de armas situada al lado norte, por el poniente cerca de la plaza de toros había otro cuartel y por el lado sur el del Tívoli, cuartel general donde estaba hospedado el general Navarro.

Hubo un intermedio de paz y en este lapso cambiaron de autoridades y vino de jefe político, el señor coronel Rafael García Martínez y jefe de armas el coronel Manuel Tamborel, en sustitución del coronel Emiliano Corella.

Pablo Gertrudis escribió que a fines de abril se acercó Francisco I. Madero con toda su gente a esta población, procedente de la Hacienda de Bustillos, en donde habían acampado después de la batalla en Casas Grandes y ya estando aquí en el punto que está arriba de la presa cerca de la línea de los Estados Unidos de América.

Enterado de lo que ocurría en la ciudad, dice que comenzaron las gestiones de paz con el Gobierno del general Díaz, en las cuales nunca pudieron tener un arreglo favorable; el sábado 6 de mayo a mediodía terminó el último esfuerzo y el lunes 8 a las 11:45 horas comenzó la batalla en toda la ciudad, durando hasta el miércoles (10 de mayo) al mediodía, hora en que se rindió el general Navarro.

Gertrudis Cuarón describe que “durante esta serie de calamidades, nosotros anduvimos errantes, pues es la segunda vez que salimos de nuestra casa que está ubicada en la calle de la Flecha y es la que parte de la calle Del Arco, la cual estaba rentada por José, mi hijo y ahí pensábamos estar seguros de la pelotera”.

Vivimos también quince días y nos regresamos a nuestra casa, pero el coronel Tamborel me hizo el favor de indicarme, y también José Provencio, que estaría más seguro en El Paso, Texas, porque aquí no se sabía cuál sería el punto de ataque, dice en su minutario.

“El sábado 6 me trasladé con mi familia a El Paso y el lunes 8 me fui solo, cuando comenzaba la pelotera, pues yo trabajaba en la Tesorería Municipal y esperé hasta la última hora por estar yo obligado a permanecer en dicha oficina, y estando en El Paso no había ningún riesgo”, expresa.

Indica en su escrito que en El Paso estuvieron en la casa del señor Mauro Luján y dos de sus hijas con Agustín Carranza, pero luego rentó una casa en la calle Main en la que vivieron hasta el 28 de mayo, cuando volvieron a su casa.

Las casas afectadas por la guerra

Pablo Gertrudis describe en su relato que durante el combate en la Toma de Ciudad Juárez, las casas que más sufrieron daños fueron la de Jesús M. Montes, que recibió 14 cañonazos y miles de balazos; la de enfrente por la calle 2 de Abril que es de Santos Bermúdez, habiéndose quemado una parte de ella.

Da a conocer que en una esquina estaba la trinchera que fue la que más guerra les dio a los insurrectos. La defendían los rurales encabezados por el teniente Villar y estaba en la avenida Lerdo, cerca del puente de la acequia madre.

De ahí combatían a los insurrectos que estaban en tres casas de confort, narra Pablo, pero las quemaron los federales, una era la de Francisco Mateus, jefe político de Casas Grandes, quien murió a consecuencia de los sustos que se llevó con los insurrectos un poco tiempo antes del combate.

Otra trinchera estaba cerca de las Líneas Nacionales, en la jefatura y la iglesia. El general Navarro defendió la plaza con 800 hombres y los insurrectos serían como 2 mil bien armados y muy valientes, principalmente la gente que traía Pascual Orozco, hombres de armas a toda prueba, dice en su escrito.

Triunfaron en la lucha y entraron los jefes del ejército libertador Pascual Orozco, José de la Luz Blanco y Garibaldi, y ya una vez adentro renunció el presidente Díaz el 25 de mayo. De comandante militar de la plaza quedó José de la Luz Blanco.

Pablo dice en su minutario que en tren militar salió para los Estados Unidos el general Juan Navarro y los coroneles Zenón Noriega, Manuel G. Pueblita, Ángel Jiménez, el teniente coronel Salvador Ulloa, teniente coronel Alberto Bátiz, teniente coronel Berrocal, el mayor Enrique Pulido, el mayor José Estrada y el capitán Alberto Vallejo.

Conmemoración de la Toma de Ciudad Juárez

Para conmemorar el 110 aniversario de la Toma de Ciudad Juárez, mañana martes en el Museo Casa de Adobe se llevará a cabo una ceremonia breve que será transmitida en las redes sociales.

La reseña histórica estará a cargo del historiador Antonio Ramos, caracterizado como el coronel Rosendo “Chendo” Martínez; después la banda municipal de la Dirección de Educación interpretará el popurrí Ecos de la Revolución, con música de aquella época.

De acuerdo a lo que se ha documentado sobre la Toma de Ciudad Juárez, la batalla inició el 8 de mayo de 1911, siguió el 9 y terminó el 10 de mayo pasado el mediodía, cuando los revolucionarios toman esta frontera al rendirse las fuerzas federales a cargo del general Juan Navarro.

El 21 de mayo de 1911 se firmaron los tratados de paz de Ciudad Juárez en la Aduana Fronteriza, hecho que tuvo lugar en la escalinata del edificio, a la entrada cuando estaba cayendo la noche y se iluminaron con los faros de unos vehículos que estaban cerca.

Esto dio origen a que el 25 de mayo renunciara a la Presidencia de la República Porfirio Díaz y se embarcara rumbo a Francia en el Ypiranga. (Luis Carlos Cano C. / El Diario) 

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