Para los conservadores católicos de EU, la muerte del papa Benedicto fue como perder a un héroe

La muerte del Papa Benedicto XVI que ocurrió este sábado provocó una amplia oleada de duelo en la iglesia estadounidense. En la Universidad de Notre Dame en Indiana, una campana dobló durante 15 minutos en la Basílica del Sagrado Corazón.

Aunque su muerte tiene un significado especial para el ala conservadora del catolicismo estadounidense: ya que representa la pérdida de su representante no oficial, una presencia discreta cuya influencia siguieron después que renunció en el 2013 y el Papa Francisco se convirtió en el líder global de la iglesia.

Aunque desapareció mayormente de la vida pública desde su inesperado retiro, el ex Papa —cuya reputación inicial como un instigador le ganó el apodo del “Rottweiler de Dios”— siguió siendo un héroe para muchos conservadores teológicos, quienes lo veían como el estándar del tipo de compromiso doctrinal y rigor que consideran que le falta a la iglesia bajo la dirección del Papa Francisco.

En los últimos años, el ala conservadora de la iglesia estadounidense ha estado ganando poder, y se ha enfrentado abiertamente y frecuentemente con el segundo presidente católico del país, Joseph R. Biden Jr., y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sobre el tema del aborto.

Este sábado, durante unas vacaciones en St. Croix, Biden emitió un comunicado que dice que él y su esposa “se unen a los católicos de todo el mundo y muchos más, para lamentar la muerte del Papa Emérito Benedicto XVI”, agregando que el Papa “será recordado como un renombrado teólogo, que dedicó toda su vida a la iglesia, guiado por sus principios y fe”.

Biden recordó los comentarios de Benedicto durante una visita que hizo a Estados Unidos en el 2008 y a la Casa Blanca, en donde el Papa hizo notar “la necesidad de la solidaridad global pues es más urgente que nunca que todas las personas vivan de una manera digna”.

Pelosi, quien es una demócrata de California y que también es católica, expresó su admiración por la espiritualidad de Benedicto y recordó haber recibido al Papa en Washington en el 2008 y visitarlo en el Vaticano al año siguiente.

“Paul y yo nos unimos a nuestros compatriotas católicos para lamentar la muerte del Papa Benedicto XVI, un líder global cuya devoción, preparación académica y mensaje esperanzador alentaba los corazones de las personas de todas las religiones”, escribió en un comunicado.

Los católicos representan aproximadamente el 20 por ciento de todos los adultos estadounidenses. La iglesia ha estado cada vez más polarizada en los últimos años, y la facción que se opone a la agenda del Papa Francisco se ha fortalecido.