Diario
Estados Unidos
jueves, 01 agosto 2019 | 10:07
Washington.- El lunes fue un miembro de alto rango de la camarilla afroamericana del Congreso, Emanuel Cleaver II, de Missouri. El martes, el cauteloso presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot L. Engel, de Nueva York, rindió su apoyo. Lo mismo hicieron Jennifer Wexton, una demócrata de primer año que les arrebató un distrito de Virginia a los republicanos, y Jason Crow, veterano de la guerra de Irak, quien ahora ocupa otro escaño de Colorado recién asegurado por los demócratas en la Cámara.
El miércoles, la influyente presidente del Comité de Asignaciones de la Cámara, Nita M. Lowey, también rindió su apoyo.
Se esperaba que el receso de verano de seis semanas, al cual la Cámara entró el viernes pasado aligerara las tensiones ante el prospecto de una investigación formal de destitución contra el presidente Trump. Y una inesperada solicitud por parte del Comité Judicial de la Cámara para obtener documentos judiciales, presentada el viernes, sosteniendo que una investigación de destitución ya había sido puesta en marcha, podría haber enfriado aún más las cosas.
Pero la adición a cuenta gotas de congresistas demócratas a favor de la destitución amenaza con convertirse en un aluvión, lo que probablemente aumentará la presión sobre la presidente de la Cámara baja, Nancy Pelosi, a que precisamente convoque a votación lo que ha intentado evitar durante todo el año. Esta semana, más de una media docena de demócratas pronunciaron su apoyo a una investigación, y con al menos 116 partidarios declarados, los demócratas están a más de la mitad por alcanzar los 218 votos que necesitan en la Cámara para iniciar los procedimientos de destitución.