Diario
Estado
miércoles, 25 diciembre 2019 | 10:43
Chihuahua— Osamentas y 231 cadáveres son parte del rezago que arrastra la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses al no determinar los perfiles genéticos, algunos pendientes desde el año 2007.
Otros permanecen sin identificar, como los cuatro calcinados en 2011 en Cuauhtémoc, además de 5 cuerpos ubicados en una fosa clandestina en una bodega en Aldama a mediados de este año.
Los datos se desprenden de información generada por la Unidad de Transparencia de la Fiscalía General del Estado (FGE) en su oficio número FGE-4C.5/1/2/955-2019.
L
a carga de trabajo para los especialistas en la identificación de los cuerpos ocasiona parte del rezago, reconoció personal de la Fiscalía, además de que “generalmente la genética es un área que tiene muchas peticiones y estos son procesos delicados, ya que si se mezclan los ADN de varios casos se revierte todo el proceso”.
Para el criminólogo José Corral, miembro de la Asociación de Investigación y Capacitación Forense (ICAF), la Fiscalía General del Estado cuenta con el presupuesto suficiente y el personal especializado para la identificación de los cadáveres y restos humanos que se encuentran en calidad de desconocidos, pero no quieren hacerlo.
Mencionó que la omisión obedece a la falta de presión de quienes han reportado algún familiar desaparecido, ya que seguramente varios de los cuerpos no identificados podían ser de personas ausentes.
Recordó que gracias a un chihuahuense es posible rehidratar cuerpos por medio de una fórmula química, con lo que se podría identificar muchos de ellos a través de las huellas dactilares.
Aclaró que hay un presupuesto federal, estatal y municipal para lograr la identificación de restos humanos, por lo que solamente falta la voluntad de las autoridades para llevarlo a cabo.
En el Servicio Médico Forense (Semefo) de la ciudad de Chihuahua se encuentra el cuerpo de un hombre que fue asesinado en Chínipas en el 2007. Aún sigue en proceso la obtención de su perfil genético.
Otro caso es el del 26 de octubre de 2011, cuando la FGE localizó restos óseos calcinados en un paraje del rancho de Dolores, en el municipio de Cuauhtémoc, los cuales corresponden a cuatro cuerpos. En el lugar se localizaron además 32 casquillos calibre 9 mm y cinta canela, evidencia que fue asegurada por los peritos.
El pasado 10 de julio, en una bodega abandonada ubicada a 500 metros de las vías del tren de la carretera Aldama a Ojinaga, se localizaron los restos de cinco personas, cuyos perfiles genéticos no se ha obtenido, por lo cual no están identificados.
En el Semefo de Cuauhtémoc hay tres cadáveres de casos de suicidio que no se ha logrado el perfil genético, uno de ellos de una mujer que se colgó de un árbol en un cerro de Carichí en julio pasado, cuyo cuerpos estaba en estado de descomposición.
El 14 de octubre un hombre originario del estado de Oaxaca murió en la caja de la patrulla de la Policía Municipal número 1268. Según testigos, tenía tres días pidiendo ser atendido afuera de la Cruz Roja de Chihuahua, pero se le negó la atención. El cuerpo permanece en las instalaciones del Semefo de Chihuahua sin ser identificado.
La mayoría de los 231 cuerpos u osamentas sin perfil genético y que no están identificados fueron por muerte violenta con 85 casos, muerte natural 70, hechos de tránsito 25, 21 accidentales, 16 se encuentran en estudio, 10 son indeterminados y cuatro fueron por suicidio.
LAS RAZONES
1– El criminólogo José Corral asegura que la FGE tiene presupuesto suficiente para identificar a desconocidos, pero no quieren hacerlo
2– La saturación de cadáveres se debe también a la falta de presión de quienes han reportado algún familiar desaparecido
3– La falta de voluntad en la FGE es evidente para terminar con este rezago, dice especialista