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El Paso

Albergan en El Paso a mil 200 haitianos

Se les permitió quedarse en EU; esperan reunirse con sus familias al interior del país

Ivanna Leos / El Diario de El Paso

martes, 28 septiembre 2021 | 06:00

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Desde el jueves, Casa Anunciación, una organización de apoyo a inmigrantes que coordina una red de refugios temporales en el área de El Paso y Las Cruces, ha recibido a más de mil 200 migrantes provenientes de los campamentos a orillas del Río Grande, entre Ciudad Acuña, Coahuila, y Del Río, Texas, donde permanecieron por una semana, dijo Rubén García, director de la organización. 

De acuerdo con García, Casa Anunciación recibió una llamada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la Patrulla Fronteriza para informarles que los miles de migrantes serían removidos de sus campamentos debajo del puente.

“Nos llamaron para preguntarnos si podríamos ofrecerles albergue. Desde el jueves mil 203 refugiados han llegado a los diferentes albergues de Casa Anunciación”, dijo García. 

“No nos habían avisado y comenzamos a recibir. Y así ha continuado jueves, viernes, sábado y domingo”, añadió. 

El director de la organización aseguró que 798 migrantes provienen de Haití; 144 de Chile; 43 de Brasil; 26 de Cuba; 23 de Venezuela y 169 de diferentes países como Ecuador, República Dominicana, Turquía, Nicaragua, Guatemala, incluso, uno originario de Francia. 

García explicó que el perfil de los migrantes es igual al que se vio en la oleada que se vivió en 2014 donde miles de migrantes, de diferentes nacionalidades, llegaron a esta frontera. 

“Este perfil es principalmente de familias. Hay algunos individuos solteros, pero la mayoría son miembros de familia que tienen patrocinadores en los Estados Unidos, ya sea un hermano, tío, papá, mamá, amistades (…) y que tienen los recursos para comprarles los pasajes”, comentó. 

El director de Casa Anunciación, aclaró que los migrantes solamente “se quedan de 24 a 48 horas”, y así sucede en toda la red de albergues que son parte de Casa Anunciación. 

Explicó también que no todos los albergues pueden recibir cada día, así que el cupo cambia.

“El día más difícil fue el viernes, cuando llegaron 500 personas. Si tuviéramos tiempo podríamos recibir más, el problema es que no hay aviso anticipado”, dijo. 

“Los refugios dependen de los voluntarios y debemos reclutarlos. Es muy difícil. Esta mañana recibí una noticia de que íbamos a recibir 325, pero ayer (el domingo) por la noche no lo sabía”, comentó García. 

“Ahorita hasta este momento estamos trabajando con 3 iglesias principalmente y otros albergues en Las Cruces, Nuevo México. Dos iglesias son de El Paso y Casa Anunciación tiene cuatro sitios de albergue”, añadió.

Pruebas, comida y transporte

García dijo que los albergues y centros de hospitalidad han podido funcionar gracias a la hospitalidad de diversas organizaciones y recursos de la Ciudad.

“Aparte de las iglesias con albergues, también contamos con el Ejército de Salvación que son los que han tenido todas las comidas para los albergues y para el hotel que hospeda a aquellos que están en cuarentena”, dijo.

“Proyecto Amistad y Sun Metro nos ayudan con los vehículos para transportar de los refugios a los aeropuertos, a las estaciones de autobuses y a los refugios. Y la Oficina de Manejo de Emergencias (OEM) se ha encargado de una parte muy grande para realizar las pruebas de Covid-19” comentó. 

Añadió que todos los migrantes mayores de 2 años se realizaron una prueba de Covid-19 y que aquellos que resultaron positivos fueron puestos en cuarentena de 10 días en un “hotel filtro”.

El número de personas que resultaron positivas fue de entre 50 y 60 y ahora están en el hotel filtro para la cuarentena. A todos se les ofrece la vacuna, pero la decisión es de ellos”, dijo. 

“Eso nos demuestra el esfuerzo que se está haciendo. La dedicación y la entrega de estos voluntarios en los diferentes sitios es increíblemente admirable. Lo que ellos hacen es lo que hace que esto sea posible”, añadió. 

Hablan de su experiencia

Tres padres de familia, dos haitianos y uno venezolano contaron su experiencia desde que llegaron a Del Río, Texas, hasta que Casa Anunciación les proporcionó un hogar temporal. 

“Tenía poca esperanza abajo del puente, cuando llegué allá era increíble. Había mucha gente y no había espacio para mí”, dijo Jimmy, un migrante haitiano quien tiene un hijo de 4 años que lo acompaña. 

“Tuvimos que dormir en el piso, encima de los cartones y del polvo. No había nada qué comer, había mucha gente y fue muy difícil para nosotros. Con mi familia lo superamos durante 5 días hasta que llegó la Policía y el Gobierno de Estados Unidos y nos sacaron del puente. Fue gracias a ellos que estamos aquí en esta casa”, añadió. 

Michaelson, otro migrante de Haití, también contó su experiencia:

“Mi bebé tiene ocho meses y dormía en el polvo. A veces no podía respirar y no teníamos para comer. Yo sí tuve que cruzar el río para buscar comida y cuando llegó el Gobierno empezaron a ayudar y a darnos algo de comer”, dijo. 

Jimmy dijo que, además de las dificultades, tenía miedo de ser deportado al enterarse de las noticias.

Abajo del puente no había señal tampoco. No había teléfono. Decían al salir de aquí los que estaban deportando y no sólo son personas solteras, también familias. Vi las imágenes y son horribles. Nadie sabe lo difícil que es lograr llegar, es lo peor. Cruzamos la selva caminando, cruzamos ríos y escalamos montañas y al llegar aquí, a algunos los deportaron de vuelta a su país. Uno sólo busca lo mejor para su familia y sus niños” dijo. 

El migrante haitiano dijo que cumplió su meta al finalmente llegar a un albergue en Estados Unidos. 

“Me siento excelente. Duré dos meses para llegar aquí. Hay algunos que duran 4 o 5 meses. Nunca me había sentido tan bien. Nunca habíamos dormido y comido tan bien”, señaló. 

“Viví en Chile 5 años, pero trabajaba por muy poco y no tenemos un futuro así. Tengo que mantener a mi familia y en Chile no podía, duramos 5 años sin nada. Es difícil dejar a mi familia. Tengo 5 años sin ver a mi madre, pero vale la pena dejar al país para mantenerlos; lejos de la familia, pero tienen para comer”. 

Los migrantes explicaron que algunos de ellos cuentan con un geolocalizador en el tobillo, además de verse en la obligación de reportar su presencia en el albergue diariamente hasta su procesamiento en el que se decidirá su estatus migratorio. 

“Vale la pena. Hay más posibilidades de empleo y con eso espero lograr un mejor futuro para mis hijos, para que aprendan otro idioma, todo es por mi familia”, finalizó. 

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