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Opinión

Segundas oportunidades: PRI o no PRI

Colocar a Graciela Ortiz como candidata sin presencia en el estado los últimos años, los llevó a entregar lo que podía haber conformado un bastión político

Karen Mora
Política

sábado, 23 octubre 2021 | 06:00

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Me llama mucho la atención lo que hoy se ve como un conflicto de poderes en el Partido Revolucionario Institucional; el problema que han venido manejando a lo largo de los años es que el exceso de autoritarismo e institucionalidad ha dejado de lado a quienes serían sus bases. Bases que por cierto en la actualidad coquetean con diferentes actores políticos con el fin de sacar su propio provecho. Vaya, es parte del quehacer político y es legítimo.

En el proceso electoral vimos una alianza electoral simulada por parte del PRI y del PAN, cosa que siempre fue señalada, pero con la diferencia de que ahora sí fue admitida públicamente. Colocar a Graciela Ortiz como candidata sin presencia en el estado los últimos años, los llevó a entregar lo que podía haber conformado un bastión político. Sin embargo, bajo los intereses de un grupo dejaron de lado al perfil que mal que bien ha estado activo como liderazgo en el estado pública y físicamente con las bases. 

Si en su análisis electoral no les daban los números para ganar la contienda, la mejor decisión que podrían haber tomado era dejar como candidato a quien sí estaba activo, con el objetivo de que las bases y los cuadros de liderazgos siguieran unificados. Pero se equivocaron, como lo hicieron otros partidos. 

El error principal de muchos actores del PRI es haber ganado una contienda, viajar a la Ciudad de México, quedarse ahí y perderse. Pero al paso de los años, cuando la llave se abra, regresan y buscan ser de nuevo dioses del Olimpo de la grilla. Siempre lo he dicho, la clave en la vida política partidaria es estar o como versa el dicho “quien se fue a la villa, perdió su silla”.

Hoy, en la búsqueda de la dirigencia, hice un análisis en mi columna pasada; los cuadros de poder comienzan a confrontarse públicamente por los dolores del pasado. Pero... ¿y cómo no hacerlo si han cometido error tras error por intereses propios y no de un proyecto? Veo justo el reclamo de Omar Bazán, tardado, pero justo. Veo a bien que existan cuadros nuevos que quieran regresarle la vida a un partido que tiene muchos años de vida, y sobre todo que tuvo muchos años en el poder. El PRI necesita perfiles que realmente quieran rescatar el proyecto y no que piensen en sacar provecho personal obteniendo lo más básico y perdiendo lo más bueno. El PRI tiene ante sí el reto de conservar y dar seguimiento a sus 26 alcaldías obtenidas. Si logran trabajar de la manera correcta, podrían recuperar esa fuerza para las contiendas. 

Soy de la idea del relevo generacional, del trabajo coordinado entre cuadros nuevos y cuadros de antaño. Todos merecemos la oportunidad de crecer, y si me preguntaran con quién tengo afinidad, mi respuesta sería que respeto mucho la labor de Alejandro Domínguez y su trayectoria política, pero veo más persistencia e interés en el proyecto a la gente del equipo del diputado Omar Bazán. Es por eso que mi afinidad sería para Ariel Fernández, exalcalde de Aquiles Serdán. Estoy segura que el país y la estructura política que lo conforma requiere sangre nueva.

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