‘Mejor con el wevón que acá con su gente’

• ‘Mejor con el wevón que acá con su gente’

• Arrancó envidias helicóptero sanitario

• Ven con malos ojos la reforma en el IEE

• Los asegunes de la maquila Covid

Ya nada tienen qué perder los exgobernadores priistas José Reyes Baeza, Fernando Baeza Meléndez y Patricio Martínez García.

Han asumido por ello todos los riesgos que implican sus encuentros con el actual gobernador, Javier Corral Jurado, a quien públicamente se han unido como “asesores en materia económica”.

Nadie concibe espíritu comunitario y buena fe con esa unión, menos el grueso de los priistas que han sido y fueron agraviados por Corral y su antecesor del mismo partido –PAN–, Francisco Barrio. Hayan sido las razones que sean pero las peleas tocan el grado de encarnizadas.

Bajo esos antecedentes, ahora ha reaccionado la infantería tricolor con enojo, ironía e inclusive burla: “No sé si estoy mal, pero a mí no me ha parecido bien que ellos mejor tuvieran cercanía con el wevón de Corral que acá con su gente. Mi humilde opinión”, les asestó en red social una de las lideresas importantes en el Revolucionario Institucional, Evangelina Márquez.

Como esa hubo por centenas en grupos abiertos y cerrados. No les quitará el sueño a los susodichos. En su tiempo requirieron a “las bases” para casillas y territorios electorales. Ya no. Los gramos de adrenalina y testosterona restantes han decidido quemarlos en esa última aventurilla sin temor a lo que diga su partido.

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Desde su bien aprovisionado con dinero público cuartel de boots, el corralismo mostró un extraordinario e inexplicable enfado contra la estrategia de sanitizar desde el aire algunas zonas de Ciudad Juárez.

Fue ubicada como operadora del plan la vicegobernadora, Leticia Corral Jurado; desde luego con sus gentes en la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado en la Zona Norte, a cargo de Aracely Mercado Aguirre.

No tuvieron gran éxito en demeritar esa actividad que sigue desarrollando la Presidencia municipal con su alcalde, Armando Cabada, al frente, pero quedó claro que intentaron ponerle entredicho al plan.

Nombres impronunciables (por falsos la mayoría) “criticaron” la calidad del líquido lanzado desde un helicóptero; señalaron la posibilidad de alergias, y otras tantas supuestas consecuencias para la salud humana. Su eco fue cero; fueron cerca de mil comentarios respaldando la estrategia y pidiendo su aplicación para el 100 por ciento de la ciudad.

El detalle sobresaliente es la desmesura, el exceso en la reacción del cómodo corralismo que mantiene su ataque contra el coronavirus sólo en discursos, promesas y conferencias de prensa virtuales.

Pero además inexplicable el ataque salvo que lo haya impulsado la reprobable envidia, ese sentimiento que convierte en desgraciados a muchos por estar pensando sólo en poseer lo que otros tienen, o en buscar sin conseguir lo que otros logran. La envidia es sello emblemático, distintivo de Palacio de Gobierno.

El alcalde Cabada ha desarrollado por años ya acciones permanentes de gobierno coordinado con Javier Corral. Sorprendió por ello el hecho.

Y posiblemente así continúe esa buena relación. Esto del helicóptero parece más bien un intento de jalón de orejas a través de la vicegobernadora que una pretensión de ruptura. No sería para tanto.

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No lo van a decir oficialmente, por ahora, pero los consejeros electorales que encabeza Arturo Meraz González ven con malos ojos la reforma electoral que trae apasionados a los oportunistas de Palacio de Gobierno y de algunos partidos.

Pasa lo mismo con los magistrados del Tribunal Estatal Electoral, pues es una cuestión de primaria intentar una reforma que no va en línea con la normativa federal. Ni se diga el hacerla en medio de una contingencia sanitaria, eso rebasa toda lógica y hasta el mínimo de moralidad política que se espera de cualquier régimen.

Los expertos en materia electoral observan las deficiencias en las elecciones primarias, la segunda vuelta, la distribución de prerrogativas y especialmente la parte operativa de las modificaciones.

Les preocupa además que administrativamente les cargarían la mano a los organismos electorales, dotándolos de más atribuciones sin el debido sustento presupuestal.

Así lo hicieron ya el gobernador Javier Corral y la pasada Legislatura con la famosa Ley de Participación Ciudadana, esa especie de guillotina política cuyos costos aún se siguen pagando con procesos tortuosos de plebiscitos y revocaciones de mandato a modo.

Reformar la Ley Electoral sobre las rodillas y sin un proceso serio de análisis de sus implicaciones traería un proceso caótico en 2021, que en realidad comienza en octubre de este año, en seis meses.

Porque seguro irían muchos millones más a las bolsas de los partidos a fin de que se hagan sus procesos internos... pero el “pagano” de la organización sería el IEE y de la sanción el TEE, sin aumentarles un peso el gasto y exigiéndoles que hagan todo sin recursos.

Lo peor sería que entraría la norma en un proceso de desgaste jurídico innecesario, pues si bien el Congreso del Estado en su soberanía puede disponer lo que le venga en gana, no faltará quién recurra sus decisiones ante la justicia federal. El solo hecho de hacer reformas fuera de lo establecido en la legislación nacional en la materia es motivo suficiente de impugnación.

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Avanza el acuerdo para convocar a sesión del pleno del Congreso del Estado la próxima semana. Será una reunión sin público por las restricciones sanitarias ya conocidas y muy probablemente sin las curules en su acomodo habitual.

Al interior de la Junta de Coordinación Política por ahora es lo más que se ha concluido, el aspecto meramente técnico de la sesión.

Así, los lugares para los visitantes en el salón de sesiones, que se distribuyen en una planta baja y una planta alta, se destinarán a los diputados para conservar la sana distancia debido a que van a encontrarse vacíos, como se encuentra prácticamente toda la torre legislativa ubicada en el centro de la capital.

Además se planea la trasmisión en vivo de la sesión para dejar la puerta virtual abierta y no haya quejas de que se reunieron en lo oscurito.

La lista de asuntos pasará por una depuración obligada, dado que en un mes de inactividad la cantidad de pendientes es enorme, pero no mayor a los que había desde antes de decretarse la famosa jornada de sana distancia.

Llevarán mano con dos o máximo tres temas los principales coordinadores, Fernando Álvarez del PAN, Miguel Colunga de Morena y Rosy Gaytán del PRI. A ver si se miden y no hacen de la sesión un buen circo que se alargue por horas.

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La intención es buena. Merece aplausos en toda la municipalidad particularmente por el momento crítico ocasionado por la pandemia del coronavirus.

Se trata del anuncio que hizo el lunes el empresario inmobiliario Jesús “Chuy” Otero.

Junto con el gobernador, Javier Corral, dijo que facilitará una nave industrial para que sea habilitada como hospital Covid.

De esos ejemplos se requieren muchos para las actuales circunstancias. Ahí es donde aparecen los héroes que toda sociedad busca para superar problemas gigantescos como es el presente.

Solamente un pelillo en la sopa enviaron ayer para La Columna algunos observadores; objetivos, realistas. Señalaron que el edificio efectivamente está nuevo pero literalmente pegado a una planta de tratamiento de aguas residuales cuyos olores pasados de fétidos hacen la vida de cuadritos a los miles de vecinos que se han ido asentando en la zona.

Es por el entronque Francisco Villarreal y Juan Pablo II, o Cuatro Siglos.

Piden quienes hicieron notar el dato revisar ese aspecto. Entre nave industrial y planta tratadora median unos pasos.