PUBLICIDAD

Opinión

El Juglar de la Red

¿El narco llegó al poder?

Ya son varios los trabajos periodísticos que dan cuenta de una presunta relación entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador con grupos del crimen organizado

Rafael Cano Franco
Analista

sábado, 04 mayo 2024 | 06:00

PUBLICIDAD

Ciudad de México.- Ya son varios los trabajos periodísticos que dan cuenta de una presunta relación entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador con grupos del crimen organizado, los cuales habrían aportado sumas de dinero importantes para apoyarlo en sus aventuras electorales desde el 2006 a la fecha e incluso ya como Titular del Poder Ejecutivo Federal.

El influyente periódico “The New York Times” (NYT), en febrero pasado mandó una serie de preguntas al presidente para que las respondiera y todas aludían a una investigación realizada tanto por la DEA como por el propio Departamento de Estado en torno a financiamiento proveniente del narco que habría llegado a manos de operadores políticos de AMLO en la campaña del 2006.

El presidente, en una conferencia mañanera negó todas las acusaciones, pero al periódico en sí no le respondió.

Apenas el miércoles 1 de mayo, ese mismo periódico envió otro cuestionario con cinco preguntas donde le pedía respuesta sobre una investigación, está en proceso en el gobierno de Estados Unidos, donde le señalaba que hay vídeos donde aparecen sus hijos realizando acuerdos con grupos criminales.

También le indica que hay testimonios que indican que operadores, oficiales y extraoficiales, entraron en contacto con grupos criminales, apenas en marzo de 2020, justo cuando López Obrador se reunió en Badiraguato con la mamá de Joaquín Guzmán Loera, los cuales habrían entregado una cifra que ronda los 4 millones de dólares.

Desde la versión del periódico hay pruebas que documentan la participación de funcionarios públicos, de los hijos del presidente, declaraciones de testigos protegidos que dan cuenta de una relación muy cercana de López Obrador con estos grupos del crimen organizado.

El plazo perentorio para responder esos cuestionamientos fue el 1 de mayo a las 5 de la tarde y, al igual que en la ocasión anterior, AMLO respondió en su mañanera negándolo todo, pero al periódico no le envió respuesta alguna.

A la par de esta situación apareció el libro de la periodista Anabel Hernández, donde con argumentos, pruebas documentales, declaraciones grabadas a testigos protegidos, versiones de agentes de la DEA y hasta documentos del propio gobierno de México, va dando cuenta de una relación perversa entre el gobierno de México y algunos grupos criminales, en particular con el Cártel de Sinaloa.

Anabel Hernández es una periodista mexicana que se especializa en temas del narcotráfico y los vínculos que estos grupos criminales tienen con el poder político en México; ha documentado desde hace varios años, incluso sexenios, en diversos libros, estas relaciones pecaminosas.

Cabe destacar que, en su más reciente libro, “La historia Secreta: AMLO y el cártel de Sinaloa”, Anabel Hernández recurrió a los mismos mecanismos de investigación que siempre utilizó para sus otras obras: testimonios de narcotraficantes, documentos de investigaciones de la DEA, declaraciones de testigos protegidos, versiones de agentes investigadores de Estados Unidos.

Es decir, lo normal, lo habitual.

Pero ya no hay halagos, ni repartición de sus libros en el Congreso, ya no hay reconocimiento; lo que ahora recibe es descalificaciones y señalamientos. 

Cierto es que el gobierno de Estados Unidos no actuó en ninguno de estos casos, pero su pasividad obedeció más a una acción de diplomacia y cuestiones políticas que por carencia de información y elementos de prueba. Igualmente, que antes no actuará no significa que permanecerá pasivo en el futuro.

Anabel Hernández, es una periodista que solamente investiga y presenta sus hallazgos para que el lector los valore y considere. No es una enemiga de Morena, en todo caso es una reportera que hace su trabajo, sin importarle el color con que se pinte el gobierno en turno.

Pero está visto que la verdad es dolorosa y más cuando implica tan directamente a un personaje como el presidente López Obrador cuyo eje narrativo se fundamenta en la honestidad y trata de marcar una diferencia con el pasado diciendo que “no somos iguales”.

Lo que el libro expone no solamente es la similitud con los del pasado, sino que mientras López Obrador y los suyos acusaban al gobierno en turno de ser socio de grupos criminales, ellos también extendían la mano pidiendo a esos mismos cárteles de las drogas, con el único objetivo de alcanzar el poder.

En todo este contexto no puede considerarse que la etiqueta de “narco candidata” que Xóchitl Gálvez le endilgó durante el debate del domingo 28 de abril a Claudia Sheinbaum sea producto de la casualidad.

Resuenan entonces las palabras de Porfirio Muñoz Ledo quien poco antes de su muerte no tuvo empacho en declarar que Morena y su gobierno estaban dando cauce a un “narco estado”.

PUBLICIDAD

ENLACES PATROCINADOS

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

close
search