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Opinión

El golpismo del presidente

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene la idea fija de que Estados Unidos, los grupos empresariales y la prensa están conspirando en su contra

Raymundo Riva Palacio
Periodista

lunes, 10 mayo 2021 | 06:00

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El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene la idea fija de que Estados Unidos, los grupos empresariales y la prensa están conspirando en su contra para impedir que tenga éxito en su gobierno. Afirma que son intentos “golpistas”, y con amenazas, linchamientos, acciones fiscales y diplomáticas, quiere enfrentar lo que ve como una realidad. Su cabeza está anclada desde hace mucho tiempo en el golpe de Estado al presidente chileno Salvador Allende en 1973, donde Estados Unidos jugó un papel central.

Los detalles de esa intervención se revelaron gracias a la investigación de una ONG, el   Archivo de Seguridad Nacional, cuyo trabajo sistemático a través de la transparencia ayudó a conocer la verdad y allanar el camino para que el dictador Augusto Pinochet fuera enjuiciado. La CIA canalizó millones de dólares de 1970 a 1973 para  desestabilizar al gobierno de Allende, a través de la multinacional International Telephone and Telegraph, para distribuirse entre los oponentes de Allende y financiar al periódico El Mercurio, cuyo propietario Agustín Edwards, que pidió personalmente a Nixon derrocar a su presidente, lo puso al servicio de los intereses de Washington. La CIA usó su primera plana para difundir propaganda subliminal, donde injertaron en el subconsciente de los chilenos la correlación gobierno de Allende con muerte, que fue creando condiciones de sosiego, temor e incertidumbre, lo que acompañaron los grupos empresariales con protestas y paros para la desestabilización.

La acusación de injerencia que hizo de Estados Unidos tiene fundamento histórico, pero es insostenible en la actualidad. Lo hizo de forma - no actuó en consecuencia, como llamar a consultas a su embajador en Washington-, y de fondo es contradictorio. La AID, que depende del Departamento de Estado, tuvo en el Ejército mexicano, principal apoyo de López Obrador, su principal receptor de recursos el año pasado, con 46% del total. El Ejército apoya homogéneamente al presidente, lo que no pasó con Allende. Las élites no están quebradas, como en Chile, y para someterlas, no por su activismo, sino para sacarles dinero, López Obrador las amenaza permanentemente con el SAT, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General. Allende no tenía recursos políticos; López Obrador los tiene casi absolutos.

La AID, como otras agencias de gobierno en el mundo, han dedicado sus esfuerzos y recursos en los últimos 25 años a promover la democracia y el Estado de Derecho. Hay figuras en el entorno del presidente, incluso, que recibieron respaldo del Departamento de Estado y de otros gobiernos en su lucha por la democracia. El financiamiento externo que recibió Mexicanos

A López Obrador le ayudaron las ONG’s que enfrentaron a un régimen corrupto por años, a Transparencia, conducto para socializar los abusos y una prensa libre. Pero si el presidente está convencido de que esa ONG, los empresarios y la prensa quieren derrocarlo, que lo documente. Que pruebe que tienen financiamiento para esos fines y que el gobierno de Estados Unidos está involucrado. Que demuestre que no es un disparate lo que dice sino una realidad. Que sea serio y marque distancia de Estados Unidos. Hablar de golpistas es cosa muy seria. Si no tiene evidencias reales, que deje de repetirlo y se ponga a gobernar, que para eso le pagamos.

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