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Opinión

Cuando falta voluntad política

No sé si por falta de tiempo o de interés el propio Plan de Desarrollo Urbano del Estado de Chihuahua, que data de 1998, no se ha actualizado

Elvira Maycotte
Escritora

miércoles, 21 julio 2021 | 06:00

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“… el respeto por el bien común. Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses solo particulares y a corto plazo”.

Jorge Bergoglio

La reunión inicia: lo primero que se escucha por parte de las personas que tienen el poder es que están ahí para apoyar el desarrollo de Juárez, y seguimos a la espera de que los hechos lo confirmen.

Los momentos son coyunturales y el tiempo está llegando al límite. En este mismo espacio he compartido que durante los últimos cuatro meses del 2020 se realizó el Plan Municipal de Desarrollo Urbano Sostenible respaldado por la participación ciudadana, se invitó a organizaciones de la sociedad civil, representantes de grupos ciudadanos, especialistas de instituciones académicas y funcionarios de diversas dependencias a nivel local y estatal. Con el documento en mano y siguiendo las pautas que dicta el proceso para su formalización, el pasado mes de febrero se hizo llegar a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología del Estado de Chihuahua la versión final que se tenía hasta el momento, previo a las sesiones de consulta pública, la cual, como lo marca el proceso establecido, consistió en un período de 60 días durante los cuales se llevaron a cabo dos sesiones en las que los ciudadanos acudieron de manera presencial y a través de YouTube y Facebook. Por estas vías se dio entrada a preguntas y observaciones; posteriormente se desarrollaron sesiones de trabajo con las organizaciones que manifestaron inquietudes, esto con la finalidad de enfatizar, y en su caso incluir en el Plan, todas las propuestas que llegaron desde la voz ciudadana. Hubo acuerdos con los ciudadanos.

Llegado el momento del último paso, su publicación en el Diario Oficial del Estado, el proceso está detenido pese a que el Gobierno municipal solicitó el dictamen de congruencia hace casi un par de meses. Las primeras observaciones que se emitieron no pasaron más allá de errores de dedo, comentarios sobre información demográfica y otros de menor complejidad que fácilmente fueron sufragados; eminentemente se trataba de forma, y no de fondo; pero al permanecer la negativa por parte del Gobierno del Estado para que el proceso siga su cauce, más bien pareciera que hay un empeño por encontrar los “cómo no”, a cualquier costo, que buscar acompañar a los juarenses para lograr un instrumento que impulse los proyectos que requerimos. 

Quien revise el Plan se dará cuenta de que el centro de él son las personas, tal como lo define la metodología que el Gobierno federal propone -nueva por cierto- y respalda la percepción de los ciudadanos con los análisis técnicos. Ya dijimos que deseamos vivir en un municipio seguro e incluyente, con escuelas y hospitales y estamos actuando en consecuencia: pero tenemos un Plan de 1984 que por sí mismo no es malo y hasta visualiza desde entonces temas importantes como la necesidad de construir una región y diversificar la economía, sin embargo, tiene límites, toda vez que en él no se habla de temas que han aparecido desde aquel entonces tales como la inclusión a personas con discapacidad, la atención a adultos mayores y mujeres en situación de violencia, la crisis del medio ambiente, y no habíamos  vivido en carne propia los errores del crecimiento disperso; después de 37 años lo hemos dejado caer en la obsolescencia. 

No sé si por falta de tiempo o de interés el propio Plan de Desarrollo Urbano del Estado de Chihuahua, que data de 1998, no se ha actualizado. Tampoco en él se abordan aspectos que se han tornado importantes para el desarrollo de los municipios y, ahora que Juárez ha dado los primeros pasos para caminar hacia ello, lo menos que se puede hacer es no poner obstáculos que emergen cuando se sufragan los que anteriormente se colocan. La publicación del Plan lo eleva al nivel de ley y eso es lo que esperamos: tener un instrumento actualizado para que quienes se sienten en las sillas ya en pocos días tengan elementos para elaborar planes sobre el agua, sobre fuentes de energía, para tener recursos y destinarlos a mejorar la infraestructura, para que nuestras calles sean funcionales y seguras, para conservar el patrimonio natural y edificado, para no negar la presencia de la población migrante, para atender las zonas de mayor pobreza y no se carezca de escuelas y guarderías, para aminorar las brechas de la segregación y marginación, para que haya continuidad entre las administraciones gubernamentales, para que no nos vuelva a pasar… 

Hay mucho detrás del Plan como para que se quede en un cajón por la falta de voluntad para publicarlo en el Diario Oficial. Juárez y los juarenses han hecho su parte, toca al Gobierno estatal hacer la suya.

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