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Opinión

Alegoría del gobierno municipal

La ciudadanía juarense logró consolidar un grupo de vecinos que obtuvieron la relación directa entre directivos responsables de la recolección de basura y los líderes de fraccionamientos de acceso restringido

Jorge Breceda
Académico

sábado, 27 mayo 2023 | 06:00

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La ciudadanía juarense logró consolidar un grupo de vecinos que obtuvieron la relación directa entre directivos responsables de la recolección de basura y los líderes de fraccionamientos de acceso restringido. 

Crear canales comunicativos eficientes entre el gobierno y gobernante, pudiera encontrar un punto de conexión con la obra del célebre pintor Ambrosio Lorenzetti, famosos frescos ubicados en la pared norte de la Sala dei Nove del Palacio Comunal de Siena (Italia), cabe mencionar que la obra es conocida como “Alegoría del buen gobierno” en la cual se muestra la convivencia de la ciudadanía en un ambiente de eterna armonía. 

Es así como el buen gobierno conlleva efectos positivos para sus gobernados, para ello, es necesario seguir con lo que se plasma en la obra antes mencionada, para Lorenzetti un buen gobierno conlleva el ejercicio de diversas virtudes, mismas que representa con personajes, como lo son: la sabiduría, la prudencia, la fortaleza, la magnanimidad, la concordia y la templanza. 

Justo decir que el autor no solo retrata en el Palacio público el buen gobierno, sino en la sala oeste del Sala dei Nove pintó el mal gobierno, mismo que se aprecia por un eje central valorado como la tiranía, la discordia, la guerra, el fraude, la traición y la crueldad, todas estas se observan por medio de una pintura con los rasgos característicos de los vicios humanos. 

Atendiendo a lo anterior, se puede rescatar una situación de ambas ejemplificaciones artísticas, el gobierno no solo se basa en normatividad y procedimientos, sino en utilización del alma y espíritu, es decir, los primeros motores que logran una construcción pública justa.  

No es fortuita la representación del artista, ya que la pintura tenia la finalidad de representar una convivencia social cuya base fundamental era la utilización primigenia del alma. 

De esta manera -utilizando el alma y el espíritu-, se pueden eliminar los vicios de los gobernantes, las quejas contraen un sentido humanístico que es imposible articular un contra argumento, he aquí donde surgen de manera legitima las voces que solicitan la eliminación de la mentira, la corrupción o la negligencia gubernamental. 

Resulta importante decir que, un reclamo de la sociedad fronteriza -al unísono- es la recolección de basura de manera eficiente, la petición comunitaria exige se resuelva la problemática. 

Atendiendo a dicha situación, las autoridades municipales utilizando la concordia y la sabiduría -personajes de Lorenzetti- reúno la solicitud ciudadana a un quehacer público, situación que provocó la innovación del quehacer, es decir, ¡se puede solicitar directamente un acto de gobierno al gobierno; con respuesta inmediata!

Todavía más, el canal de comunicación esta al alcance de la mayor parte de la población fronteriza, sin duda, dicha decisión gubernamental estaría en la pared norte de la sala del Palacio público de Siena: el buen gobierno.

En contraste a lo anterior, cuando se promueve el compromiso de respuesta inmediata y no se cumple, el resultado de la política pública se materializa en sus fines de manera contraria, es decir, de admirarse lo positivo, se reclama lo negativo.   

A diferencia de una decisión positiva y llena de virtudes, como es la innovación en política pública, se plantea la ausencia de respuesta, es decir, el crédito por haber tenido la idea -sabiduría en el crear- se diluye con la imposibilidad temporal y material de implementar dicha idea. 

Mirándolo de esta forma, se puede apreciar que la decisión -legitima o no- de ausentarse del dialogo sincrónico se encuentra carente de alma y espíritu, ya que éstos serían los motores que permiten no solo la creación intelectual, sino la instauración material, es decir, la concretización realización y ejecución de la política publica. 

Observar la gran obra multicitada, permite examinar que el quehacer de un buen gobierno no solo consiste en la utilización de las más grandes virtudes a través de la utilización del alma y espíritu, sino en la tomar distancia a esa ala oeste, es decir, al ejercicio de los antivalores. 

 

 

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