Nuevo Casas Grandes

Adelitas, protagonistas de la Revolución

Con las “soldaderas, adelitas o valentinas”, se pudieron llevar a cabo los eventos más relevantes del movimiento

Manuel Quezada Barrón

miércoles, 20 noviembre 2019 | 19:15

El estado de Chihuahua es Cuna de la Revolución por ser la primera entidad donde se registraron los primeros enfrentamientos armados y manifestaciones abiertas de rechazo a la dictadura de Porfirio Díaz, entre el 14, 17 de noviembre y 19 de diciembre, y durante todo su desarrollo la mujer tuvo una participación clave, fundamental.

Rubén Beltrán Acosta, historiador y cronista de la ciudad de Chihuahua, dijo que con la participación de las  “soldaderas, adelitas o valentinas”, se pudieron llevar a cabo los eventos más relevantes del movimiento revolucionario que inició formalmente el 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde, como lo exhortó Francisco I. Madero en el Plan de San Luis Potosí.

Observó que la participación de las mujeres fue tan importante que lograron altos grados militares entre los revolucionarios.

En este tema se tienen opiniones muy incultas, porque se cree que la mujer en la época de la Revolución únicamente servía “para el metate y petate”.

Muchos creen que sólo hacía la comida y soportar a los garañones aquellos, pero eso es falso totalmente.

Gracias a las mujeres se pudieron llevar a cabo los eventos más relevantes y “las viejas” iban acompañado al novio o el esposo, hay mucho material fotográfico donde éstas iban con todo y niños en brazos, cargando el metate, trastes, balas, rifles.

Beltrán Acosta dijo que se sabe que lo mismo cocinaban, curaban enfermos y levantaban el rifle de su compañero muerto para seguir en la bola.

Hay muchos ejemplos de mujeres revolucionarias que lograron fama por su participación ay arrojo en batalla y organización de los contingentes de lucha.

El historiador dijo que hay un ejemplo de una maestra muy querida de Ojinaga, de la cual dijo no recordar su nombre,  que llegó muy temprano a caballo a la escuela y le dijo a sus alumnos “hoy no hay clases, hay revolución” y se fue a la contienda donde fue un excelente elemento de correo.

Hay varios ejemplos de la participación de la mujer recogidos por grandes historiadores y escritores, como fue el caso de Elena Poniatowska que escribió el libro “Las Soldaderas” donde rescata la participación de las mujeres en el movimiento armado.

En su libro, la escritora señala que borrosa es la imagen que tenemos de las soldaderas, los rostros indiferenciados de un coro que realza, por contraste, las bien iluminadas batallas y atrocidades de sus hombres. 

Sin embargo, ellas también fueron protagonistas de la Revolución Mexicana: sustento físico y moral de los ejércitos, arrojadas a las turbulencias de la guerra por su lealtad, su valentía o un futuro hecho pedazos tras el rapto y la violación, sin ellas quizá habrían sido otras las páginas de nuestra historia.

Elena Poniatowska, siguiendo el rastro de mujeres guerreras que inicia con la gesta de la Coyolxauhqui, rescata del polvo y el ninguneo la historia viva de las soldaderas, cientos de Adelitas y Valentinas cuyo destino no sería tan ideal como los corridos que las cantan y que, valientes, rabiosas, leales y trabajadoras, se sumaron al atroz himno de sangre y muerte con que se construyó la historia de nuestra revolución, se dice en la presentación de la obra.

Sobre el tema, la autora ha comentado en foros públicos que las mujeres de ese tiempo eran robadas o violadas y no tenían otra alternativa que volverse soldaderas, sin gozar del reconocimiento de los héroes de la revolución ni de la historia.

Ellas también fueron protagonistas de la Revolución Mexicana; sustento físico y moral de los ejércitos, arrojadas a las turbulencias de la guerra por su lealtad, su valentía o un futuro hecho pedazos tras el rapto y la violación, manifestó.

Las soldaderas, refirió, caminaban todo el día cargando lo mismo a los hijos que las balas en sus rebozos porque los caballos eran para los hombres, y éstos se robaban a la bien parecidas, a las feas y a las viejas también.

Sin estas mujeres, sostuvo, los hombres no habrían comido, bebido, no habrían subsistido a esa lucha cruenta, aseguró.

Documentales de México Desconocido, resaltan que durante el proceso revolucionario, los ejércitos se conformaron mayoritariamente por hombres que abandonaron sus hogares y relegaron a las mujeres a la protección de las casas, tierras y familias. Sin embargo, hubo quienes se rebelaron contra los roles de su época; así surgieron las soldaderas.

Plantea que es común pensar que el papel de las mujeres en la Revolución Mexicana fue pasivo o secundario, ya que en el imaginario popular es fácil reconocer la figura de las adelitas: mujeres guerrilleras que asistieron a los batallones masculinos como cocineras, enfermeras y amantes.

Debido a ello, las soldaderas, quienes bajo ambiciones militares e ideológicas tuvieron un papel admirable, fueron invisibilizadas por el modelo tradicional de su época. Algunas lograron crecer dentro de las estructuras militares y otras fueron relegadas.

Al mencionar algunas de ellas, citó a  “Adela Valverde” originaria de Chihuahua, quien se dice nació en 1900 en el seno de una familia acomodada. 

Contra la voluntad de sus padres, a los trece años se unió a las  revolucionarias como enfermera. Poco tiempo después conoció al sargento Antonio Gil de Río Armenta de quien se enamoró, y a quien se le atribuye el corrido de “Adelita”, mundialmente conocida como marcha de las mujeres valientes revolucionarias.

Asimismo se dice que algunas de ellas tuvieron que pasar como hombres para participar de manera activa en el ejército revolucionario como es el caso de Petra Herrera alias “Pedro Herrera”, quien inicialmente optó por travestirse, aunque después lo hizo abiertamente como mujer.

Se unió a las filas de Pancho Villa y participó en diversas batallas de forma exitosa

Su hazaña más sobresaliente fue la batalla de Torreón, Coahuila, junto al general Villa, quien se negó a darle crédito en el triunfo por tratarse de una mujer. Se independizó y formó un batallón de mujeres soldado o soldaderas cuyo número se estima de 25 a 1,000. 

La leyenda cuenta que Petra o Pedro solía levantarse en la madrugada para fingir rasurarse. Sus compañeros le tenían respeto y estima, por lo cual consideró que podía revelar su identidad sin que esto afectara su trayectoria, pero la realidad le fue adversa y terminó por ser discriminada. El día que quiso dar a conocer su verdadera identidad gritó: “¡Soy mujer y voy a seguir sirviendo como soldadera con mi verdadero nombre!”.

México Desconocido, también cita a otras mujeres revolucionaras destacadas como Doña Encarnación Mares “Conchita”; Carmen Parra “La Coronela Alanís”, Rosa Bobadilla “La Coronela”; Margarita Neri, Doña Ramora R. Viuda de Flores “La Güera Carrasco”, Amelia Robles Ávila y Valentina Ramírez “La Leona de Norotal”, entre otras.

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