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Juárez

Padre Javier Calvillo

Termina su ciclo al frente de la Casa del Migrante

Tras 13 años de servicio, el sacerdote se despidió ayer de sus colaboradores; será sustituido por Francisco Javier Bueno

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

miércoles, 17 mayo 2023 | 12:41

El Diario de Juárez | Calvillo Salazar en la puerta del albegue

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Después de 13 años al frente de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, el sacerdote Francisco Javier Calvillo Salazar concluyó su período de apoyo a las personas en situación de movilidad en esta frontera, por lo que agradeció a la comunidad binacional que le permitió acoger a miles de mexicanos y extranjeros. 

Desde hoy, el albergue católico será dirigido por el sacerdote Francisco Javier Bueno Guillén, quien trabaja con la comunidad migrante desde hace un año y medio, y quien también coordinará la pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Juárez, de la cual el padre Calvillo Salazar fue integrante y coordinador por 23 años, informó el obispo José Guadalupe Torres Campos. 

 “Agradezco profundamente al presbítero Francisco Javier Calvillo Salazar… estoy seguro que todos estos años en los que tuvo que enfrentar momentos particularmente significativos en el tema migratorio para nuestra frontera le han dado una sensibilidad particular para con los más necesitados. Sensibilidad que sin duda será un gran aporte para su nuevo destino pastoral en el que seguirá desarrollando su ministerio sacerdotal”, dijo el obispo a través de un comunicado. 

El padre Calvillo Salazar apoyó a la comunidad migrante desde que era seminarista, y durante 13 años dirigió el albergue que en 2019 llegó a alojar hasta a más de mil 500 personas, sin apoyo gubernamental. 

Durante su gestión se enfrentó a distintas políticas migratorias de Estados Unidos, en acuerdo con México, las cuales significaron diferentes retos para esta frontera, como la llegada masiva de connacionales deportados, centroamericanos, cubanos, brasileños, haitianos y venezolanos. 

Debido a políticas como el “Quédate en México” y el Título 42, alojó hasta por más de dos años a personas y familias en busca de asilo en Estados Unidos. 

“Uno siempre tiene que buscar el bien de los migrantes, desgraciadamente han pasado cosas muy dolorosas que no se han resuelto, como el incendio en el INM en el que murieron 40 personas, como todos esos acuerdos que hacen México y Estados Unidos por debajo del agua, y el silencio por el que siempre la llevan los migrantes”, destacó el religioso al agradecer a las familias, voluntarios y empresarios que lo apoyaron a mantener el albergue. 

Después de haber sido testigo de la migración que tuvieron que vivir muchos fronterizos durante los años de mayor violencia en Ciudad Juárez, recordó además que “todos somos migrantes” y nadie está excento de un día tener que huir de su comunidad. 

“Juárez no se puede olvidar que estamos hechos de gente de muchos lados, así es que los migrantes tienen que luchar por esos sueños, en estos tiempos nos hacen falta esos hombres y mujeres con sueños que los realicen, para que puedan demostrarle a la humanidad que todavía es posible soñar. No se olviden que a pesar de lo que pasa, la iglesia junto con otras organizaciones que cuidan los derechos de los migrantes, siempre estarán ahí para apoyarlos, siempre”, dijo a los viajeros al pedirles seguir luchando por sus sueños. 

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