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Juárez

Se llevan a la tumba sueños y esperanzas

En medio de la violencia y de las políticas migratorias de México y Estados Unidos, durante los últimos cinco años esta frontera se ha convertido en un sueño que ha terminado en la muerte para decenas de personas migrantes

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

jueves, 02 noviembre 2023 | 15:47

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Con la “esperanza” que llevaba tatuada en el pecho, Víctor Manuel dejó a su familia para migrar a Estados Unidos y poder darles una vida mejor en Venezuela, desde donde ahora buscan recuperar su cuerpo del Servicio Médico Forense (Semefo) de Ciudad Juárez.

En medio de la violencia y de las políticas migratorias de México y Estados Unidos, durante los últimos cinco años esta frontera se ha convertido en un sueño que ha terminado en la muerte para decenas de personas migrantes.

De acuerdo con la documentación de El Diario, de octubre de 2018 a noviembre de 2023, al menos 77 migrantes mexicanos y extranjeros han perdido la vida aquí, 53 de ellos en lo que va de este año.

El mismo tatuaje de “esperanza” que Víctor Manuel Martínez Méndez llevaba en el pecho y que 18 días después de su muerte difundió la Fiscalía de Chihuahua, fue el que permitió que su familia se enterara que el sábado 7 de octubre, dos días después de su arribo a Ciudad Juárez, murió atropellado sobre el bulevar Juan Pablo II, cuando intentaba burlar a las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional de Texas para ingresar a Estados Unidos de manera irregular.

“Tengo aproximadamente 40 días que empecé con lo de la aplicación (CBP One), estoy pidiendo la cita, y la pido todos los días a las 10:00 de la mañana, todos los días a las 10:00 de la mañana, todos los días a las 10:00 de la mañana; no, hasta ahorita que me decidí a entregarme. Sinceramente por tanto inmigrante que hay no nos sale la cita, es un poquito complicado porque hay muchos migrantes”, narró el sudamericano de 31 años de edad a El Diario dos días antes de su muerte, durante su primer intento por cruzar el río Bravo/grande.

Acompañado por Jexabeth Nataly Pérez Díaz, de 26 años de edad, y otro grupo de venezolanos, la noche del jueves 5 de octubre Víctor Manuel intentó entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, pero los agentes de la Guardia Nacional de Texas se los impidieron, por lo que pasaron la noche sobre el bulevar Juan Pablo II, escondidos de los agentes del INM.

Narró que trabajaba como publicista y era estudiante de ingeniería agroalimentaria, pero decidió migrar con la esperanza de llegar a Estados Unidos y ayudar a su familia.

En su camino conoció a Jexabeth, quien con cuatro meses de embarazo también permaneció dos días frente al bordo del río Bravo, buscando ingresar al vecino país, hasta que en su último intento ambos fueron atropellados.

“Yo tengo ya como dos meses esperando la cita (de CBP One), he tenido paciencia, pero la situación económica desespera, por lo menos cuando uno es padre, de verdad que te desespera saber que te llaman de tu casa: ‘no tenemos para comer’. ¡Concha!, te duele porque son tus hijos, tu mamá, tu familia”, relató la venezolana quien dejó a tres hijas con su mamá en su país, y cuyo esposo ahora busca recuperar su cuerpo desde un refugio en El Paso, Texas.

Ruta peligrosa

Ciudad Juárez se ha convertido en una de las principales rutas migratorias hacia Estados Unidos, pero también una de las rutas de desapariciones y muertes de migrantes, señala el estudio “Las rutas migratorias se trazan con la muerte de personas migrantes” del Servicio Jesuita a Migrantes México (Sjm-méxico).

“Los registros han permitido trazar en un mapa las rutas migratorias en la región que tradicionalmente recorren las personas que viajan sin documentos; ya no a partir del trazado de las vías del tren, carreteras, autopistas o espacios de atención como suele hacerse en artículos académicos, notas periodísticas e informes gubernamentales y de la sociedad civil y organizaciones internacionales, sino a partir de las muertes y desapariciones de las personas que las recorren”, indica el SJM.

De acuerdo con la documentación de El Diario, en 2019 perdieron la vida en Juárez al menos cinco migrantes que buscaban llegar a Estados Unidos, dos más en 2020, al menos siete en 2021, diez en 2022 y al menos 53 más durante los primeros once meses de 2023.

El 27 de marzo de 2023 el incendio en la estación provisional de Instituto Nacional de Migración (INM) que provocó la muerte de 40 extranjeros fue condenado por activistas, organizaciones y religiosos de todo el mundo.

“¿Por qué son tan malos con nosotros si nosotros somos seres humanos como cualquiera?, andamos en la calle a pedir porque no tenemos un trabajo estable, porque de verdad no tenemos un trabajo”, reclamó el venezolano Abel Manuel Antonio Ortega, quien fue detenido el lunes 27 de marzo durante un operativo del INM y el Municipio de Juárez cuando limpiaba los parabrisas de los vehículos en un crucero de la ciudad.

Aunque al subirlos a la unidad del INM les dijeron que era para darles un permiso y Jexabeth Nataly, dos días antes de fallecer, durante su primer intento por cruzar el río para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza de trabajo; a él, a su esposa y a sus dos hijos de 2 y 4 años de edad los dejaron ir con una orden de salida del país, mientras que a su hermano Orlando de 22 años lo mantuvieron detenido para devolverlo al sur de México, y horas después se convirtió en una de las 40 víctimas del incendio en el edificio federal. Aunque se trató de un hecho presuntamente provocado por uno o dos migrantes, ese día los trabajadores decidieron no abrir las puertas para que los 58 hombres que se encontraban dentro pudieran salvar sus vidas, por lo que 40 de ellos murieron bajo la custodia del INM.

Apenas a unos metros de una frontera cerrada por programas como el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), la salud pública llamada Título 42 o la aplicación CBP One, hombres, mujeres, niñas y niños han muerto en Juárez víctimas de homicidios dolosos, atropellos, deshidratación, enfermedades, caídas, ahogamientos o caídas del tren, después de salir de comunidades de México o países como Venezuela, Cuba, Haití, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Ecuador y Colombia, con la esperanza de llegar a Estados Unidos.

“Nosotros vamos a pelear siempre que los migrantes puedan tener un lugar seguro para que se puedan resguardar después de lo que han vivido desde la entrada al país, hasta que llegan acá a la ciudad”, dijo el sacerdote Francisco Javier Bueno Guillén, al hacer un llamado a todos los actores para buscar una migración segura.

El director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez pidió a las autoridades que sean más solidarias con quienes mueren lejos de sus hogares, debido a que no existe coordinación con los gobiernos de otros países o permanecen con protocolos rígidos con las familias que se encuentran a miles de kilómetros de Juárez, algunas veces sin siquiera hablar español.

Y es que según datos de la Fiscalía de Chihuahua, al menos cinco migrantes permanecían hasta ayer en el Semefo, entre los que se encuentra Jexabeth, a cuya familia se le dijo que tenía que presentarse en esta frontera, pese a que su esposo se encuentra refugiado en El Paso y su madre a más de 4 mil 600 kilómetros de distancia. También permanece el cuerpo de Víctor Manuel, mientras

El San Rafael –que abrió en 1995 y se ubica al sur de la ciudad, en la carretera Juárez-chihuahua– cuenta con 94 hectáreas; en 23 jardines hay 46 mil 144 personas adultas enterradas y 14 mil 135 niños.

Además, en dos jardines para Covid-19 se sepultó a 651 personas y en la fosa común hay 3 mil 223, indicó la portavoz.

En total, en el San Rafal hay 64 mil 153 personas sepultadas.

Arciniega explicó que desde 1990 se terminó el espacio en La Chaveña para nuevos entierros, pero se realizan servicios de segunda inhumación, lo cual consiste en ocupar el segundo nivel de las fosas ya existentes.

Dijo que este cementerio tiene un promedio de un servicio cada 15 días.

Mientras que en el panteón Colinas de Juárez el espacio se terminó en 1995, pero también se efectúan servicios de segunda inhumación, y se estima que hay tres servicios por semana.

La ampliación del panteón San Rafael se hizo en la administración 2018-2021, y se agregaron 49 hectáreas con una inversión de 45 millones de pesos.

El panteón municipal San Rafael abrió en 1995, y en ese entonces se estimó que su tiempo de vida sería de 30 años, sin embargo en 24 años el número de inhumaciones rebasó esas estimaciones, de acuerdo con datos de la administración local.

En el 2018 había 56 mil 90 difuntos y tenía una superficie de 45 hectáreas. fue el año en que abrió sus puertas el cementerio ubicado al sur de la ciudad que su familia no ha logrado comunicarse con la Fiscalía porque aseguró que nunca les han contestado el teléfono y tampoco han podido contactarse con la Embajada de Venezuela; mientras que la familia de Nazareth o Nazaré Rodríguez, de 24 años de edad, sigue esperando su cuerpo, después de que fue asesinada el 26 de abril en la colonia Partido Escobedo junto a la también venezolana Irianny Yelimar B. R., de 21 años de edad, cuyo cuerpo ya regresó a su país.

Dos haitianos que perdieron la vida el 20 de noviembre de 2022, en dos hechos distintos, en el Centro de Ciudad Juárez, cumplirán este mes un año resguardados en el Semefo, como no identificados.

De acuerdo con el Proyecto Migrantes Desaparecidos (MMP) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las muertes y desapariciones en los desiertos de Chihuahua y Sonora convirtieron a la frontera entre Estados Unidos y México en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo.

De octubre de 2018 a septiembre de 2023, la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, contabilizó además 288 muertes, y en el año fiscal 2023 registró un récord histórico con 148 muertes de personas en situación de movilidad.

“El aumento de las muertes de migrantes no es circunstancial ni puramente accidental, sino que se debe a estrategias y operaciones de control fronterizo mal concebidas que tienen lugar en nuestra frontera sur. La Operación Estrella Solitaria (OLS) del gobernador Abbott es otro ejemplo más de cómo, durante décadas, nuestros gobiernos han optado por abordar los flujos de inmigración con crueldad, militarización y políticas de disuasión inhumanas. OLS ha dejado a nuestras comunidades fronterizas con una pérdida irreparable. Lo que estamos presenciando en la frontera es la total deshumanización de los migrantes y refugiados”, denunció Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.

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