Predican iglesias en la informalidad

En la ciudad hay aproximadamente dos mil asociaciones religiosas sin registro ante la Secretaría de Gobernación, mientras que las formales son 219, dio a conocer el director de Asociaciones Religiosas del Municipio, David Medina Rodríguez.

Aseguró que, aunque la dependencia trabaja en la elaboración de un diagnóstico situacional, en Juárez operan 219 asociaciones religiosas legalmente constituidas, de manera organizada y con registro ante la Secretaría de Gobernación.

Dijo que por datos que se han analizado, se estima que en la ciudad otros dos mil templos de culto funcionan sin ningún tipo de registro, y son de diferentes denominaciones y grupos.

Algunas de ellos operan incluso como asociaciones civiles, por eso es complicado identificarlas.

“Hay unas que operan en domicilios particulares, que no necesariamente es un espacio destinado para el culto público, sino una casa donde se reúnen 20 o 30 personas, y que bueno, también ahí están desarrollando un culto público”, explicó.

Medina dijo que, cuando se detecta a estas agrupaciones, se les da a conocer las bondades de estar operando de manera regular.

“Nuestra labor como autoridad evidentemente no es ser los perseguidores de quien hace un culto público en la ciudad, porque evidentemente ése es un derecho humano que tiene cualquier ciudadano, poder ejercer su fe, poder desarrollar un culto público con toda libertad”, aseguró.

Afirmó que de acuerdo con el último censo de Población y Vivienda del 2020, el 66 por ciento de los habitantes de Juárez se identificó como católico; un 19 por ciento, cristiano sin una denominación en lo particular, sino como cristiano en lo general.

Además, un 19 por ciento se declaró creyente de Dios, pero sin ningún tipo de religión: “esta nueva corriente holística que ha surgido en los últimos años en la ciudad ha crecido un 9 por ciento en los últimos 10 años”.

Aparte, expuso que hay un 5 por ciento de ciudadanos sin ningún tipo de religión o fe.

Dijo que la Dirección de Asociaciones Religiosas está llevando pláticas con las autoridades federales para firmar un convenio y convertirla en una oficina de Atención Única en Ciudad Juárez para agilizar los trámites con la Secretaría de Gobernación.

Afirmó que es complejo registrarse ante la dependencia federal porque, por ejemplo, se pide conformarse de manera legal “y no todos los ministros de culto tienen la capacidad económica de pagar un abogado o un bufete de abogados que los ayude a armonizar toda la parte técnica o legal”.

También deben presentar una declaración de principios, una definición teológica de su fe, y la parte más compleja es la parte estatutaria, es decir, que de manera formal deben presentar los estatutos de la organización.

“Esos tecnicismos hacen que el proceso pueda alargarse dos o tres años para obtener un registro como tal”, mencionó el director de Asociaciones Religiosas.

Sin embargo, indicó que una de las ventajas de estar registrados es la protección que otorga el Estado a los ministros de culto, ya que adquieren una personalidad jurídica distinta a todas las personas.

“Las faculta a abordar temas de asistencia social, educación y salud, permite utilizar los recursos que entran a la organización religiosa para ejercer acciones de este tipo, y les permite poder establecer contratos, convenios de manera legal con instituciones públicas para poder ejercer las tareas que está desarrollando”, expuso Medina Rodríguez.

Dijo que también cuentan con Registro Federal de Contribuyentes como persona moral, pueden obtener una cuenta bancaria y tener propiedades a nombre de la organización.

El funcionario explicó que muchas de las asociaciones religiosas realizan una labor social en la comunidad.

“Empezamos a ver el trabajo tan importante, más que el trabajo religioso, muchos están enfocados en el trabajo social y comunitario”, añadió.

Apuntó que, por ejemplo, la Asociación Regional Bautista tiene 26 comedores comunitarios que operan con recursos propios desde hace más de 10 años.

La Iglesia Presbiteriana atiende a migrantes con recursos e instalaciones propias, las asociaciones religiosas también tienen casas hogar, albergues y centros de rehabilitación, entre otros.