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Juárez

Ha visto morir a migrantes engañados por los 'coyotes'

Son parte de las historias que ha atestiguado Mario Escalante, agente de la Patrulla Fronteriza de EU en el Sector El Paso

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

lunes, 15 marzo 2021 | 10:37

Cortesía Cortesía Cortesía | Varios elementos de la Patrulla Fronteriza rescatan a un indocumentado en el Río Bravo Cortesía Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez | Un agente ayuda a una mujer y a un menor Cortesía Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

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Jóvenes diabéticos que han muerto en sus brazos por falta de medicamentos durante su camino, madres que han dado a luz en el desierto y personas lesionadas tras caer del muro fronterizo, son parte de las historias que ha atestiguado Mario Escalante, agente de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos (United States Border Patrol) en el Sector El Paso.

Con 20 años en la corporación, el paseño de sangre mexicana está convencido de los valores que deben tener los agentes de la Patrulla Fronteriza al trabajar todos los días con personas vulnerables, en la mayoría de los casos engañadas por el crimen organizado, así como el conocimiento de sus leyes para evitar que estos grupos sigan operando. 

“Son las organizaciones delictivas las que buscan la ganancia a costa de cualquier cosa, no les importa si la persona no tiene dinero, si es de mayor edad, si viene con familia, si son mujeres; ellos solamente les ven el signo de pesos”, lamentó el agente de 47 años de edad. 

Originario de la comunidad de Bella Vista, cerca del barrio Duranguito, pero criado en ambos lados de la frontera, Escalante descubrió desde niño que quería ser policía luego de conocer el trabajo de sus primos dentro de la Policía Municipal y Estatal en Juárez. 

“Como a los 5 o 6 años me dio por ser policía, tengo primos mucho mayores que yo que fueron parte de la Policía Estatal y de la Policía Municipal en Ciudad Juárez, y siempre me alentó mucho estudiar leyes, me gusta mucho el aspecto criminológico de la carrera y se me dio la oportunidad y la seguí. Y es algo que me gusta mucho  después de 20 años sigo representando a esta agencia y estoy muy contento por mi decisión , recordó el agente orgulloso de portar su uniforme verde. 

Aunque la mayor parte de su carrera laboral ha sido en Arizona, suma ya más de dos años en El Paso, donde fungió hasta el pasado 12 de marzo como vocero del sector, en el que según los datos oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) durante el año fiscal 2019 (de octubre de 2018 a septiembre de 2019) fueron detenidos 182 mil 143 migrantes; en el año fiscal 2020 sumaron 54 mil 397 aprehensiones y de octubre de 2020 a febrero de 2021 (primeros cinco meses del año fiscal 2021) sumaron 52 mil 347 detenciones.

El último gran flujo migrante en El Paso se había vivido en 1996, pero después se movió a San Diego, luego al Sector Centro, después a Arizona y luego a McAllen,  siempre ha habido un flujo, pero obviamente el cambio ha sido la organización de los grupos delictivos”, de acuerdo con sus operaciones a lo largo de los 3 mil 200 kilómetros (2 mil millas) de franja fronteriza entre Estados Unidos y México, explicó. 

“El flujo se mantiene según la necesidad del aspecto lucrativo que ven ellos, en relación a las personas que cruzan, por dónde las cruzan y qué objetivo o qué método se facilita más en esa región de la franja fronteriza”, apuntó uno de los más de 2 mil agentes con los que cuenta la Patrulla Fronteriza en el Sector El Paso. 

Escalante alertó a quienes piensen en migrar a Estados Unidos a que se informen y que busquen hacerlo de una manera legal, la cual a veces es más fácil que ir con los traficantes de personas.  

“Puede ser que a veces tengan un método más fácil, sin tener que recurrir a las organizaciones delictivas que los ven como un signo de pesos, y que también los dejan abandonados, se aprovechan de ellos, los roban, abusan de las mujeres. A veces separan a las familias, por querer cruzar a los niños por el puente y al padre y a la madre por el desierto… ellos son los que a final de cuentas controlan quién llega a la frontera y cómo cruza la persona”, lamentó. 

De acuerdo con la información difundida por Gloria Chávez, jefa de la Patrulla Fronteriza en el Sector El Paso, durante el primer trimestre de año fiscal 2021 (es decir, durante octubre, noviembre y diciembre de 2020) el mayor aumento de detenciones se registró en las fronteras de Fort Hancock y El Porvenir, el cual fue 500 por ciento mayor respecto a octubre, noviembre y diciembre de 2019 (el primer trimestre del año fiscal 2020). 

Esto se debe a las estrategias de los “coyotes” o “polleros”, quienes trabajan principalmente en las dos áreas más alejadas de la ciudad (Anapra y el Valle de Juárez), ya que “en cualquier ciudad fronteriza las afueras siempre son las áreas más activas para estas organizaciones delictivas, porque son las áreas en donde hay menos infraestructura y obviamente pueden ellos hacer cosas sin ser detectados, y hacerlas sin que haya mucha oportunidad de que sean capturados”, explicó el agente. 

Muchos migrantes ingresan de manera ilegal a Estados Unidos a través del río internacional, que en México es llamado Río Bravo y en Estados Unidos Río Grande, engañados por los “coyotes”, quienes les hacen creer que solamente deben cruzar la frontera y solicitar el asilo político a los agentes de la Patrulla Fronteriza para poder lograr el llamado “sueño americano”. 

Pero al cruzar la frontera, además de los peligros que esto representa, muchas veces los migrantes ni siquiera reconocen quiénes son los agentes de la Patrulla Fronteriza. 

“A veces nos ven y siguen corriendo, pero no porque quieren huir de nosotros, sino porque no saben quiénes somos o temen que seamos alguien que les va hacer daño. Cuando platicas con estas personas, lo primero que tenemos que hacer es explicarles que hay un proceso y que ese proceso no va por parte de nuestra cuenta. Nosotros lo único que hacemos es la detención y hacemos el proceso inicial para que empiecen su proceso migratorio ante un juez y posiblemente el asilo, pero les avisamos que esa no es una determinación que hacemos nosotros”, narró el agente fronterizo. 

Al detenerlos se dan cuenta que “la gente no está muy al tanto de cuál es el proceso, ellos piensan que al pedir el asilo es inmediato (que lo consigan) y más que nada piensan que nosotros, la Patrulla Fronteriza, tenemos la autoridad para otorgar el asilo”, agregó. 

Entre Juárez y El Paso, los migrantes cruzan el río en el que la mayor parte del año no se mojan más allá de las rodillas, para luego entregarse a los agentes fronterizos; sin embargo, en las áreas más alejadas los “coyotes” los hacen subir el muro de acero de casi 10 metros de altura, caminar por el desierto del Valle de Juárez o Santa Teresa o recorrer los cerros entre Juárez y Nuevo México, en donde Escalante ha atestiguado desde nacimientos hasta la pérdida de vidas.

“Sí me ha tocado desde jóvenes que han muerto en mis brazos porque son diabéticos y no han tomado sus medicamentos, igual madres que han dado a luz en el desierto y en el momento no se le ha proporcionado al bebé la atención médica o lo necesario para que ella esté en buena salud. Me ha tocado ver a adolescentes que mueren, que son abandonados, que a veces los usan como ‘polleros’ o los usan para cruzar drogas y luego los dejan en el abandono cuando las cosas se ponen difíciles, y no hay agua, no hay métodos de comunicarse, y los encuentras moribundos, al punto que no puedes hacer nada por ellos, nada más estar a su lado”, recordó. 

Otras veces le ha tocado ver a migrantes con huesos quebrados tras caerse de la malla o muro fronterizo, por lo que tienen que solicitar ayuda médica. 

“Desafortunadamente he tenido todas las experiencias en relación a situaciones de personas que se lastiman, ya sea quebrándose alguna parte de su cuerpo, fallecen en el desierto, bebés que encontramos en malas situaciones en el desierto. Hay cosas que nos tocan mucho el corazón”, confesó. Muchos migrantes intentan cruzar la frontera acompañados por un menor, porque los traficantes de personas les hacen creer que así será más fácil lograr el asilo político, por lo que las autoridades de Estados Unidos buscan hacer llegar hasta Centroamérica el mensaje de los riesgos que existen.

“Hay maneras más formales, dentro de esos países, de llegar y pedir el asilo, sin tener que hacer ese recorrido o hacer ese viaje hasta la frontera de México y Estados Unidos. Que se informen en las embajadas, o por medio de comunicados, cuáles son los pasos o qué se requiere. Que no pongan en riesgo a menores de edad”, pidió a las familias. 

También destacó que en algunas ocasiones los niños no migran con sus padres, por lo que les pidió a “las familias que a veces proporcionan al menor de edad, que no crean que es así tan fácil, que se le va a respetar al menor de edad su situación. No saben a lo que los exponen y pueden suceder muchas cosas. A mí me ha tocado ver menores de edad que mueren en el desierto y nunca los podemos identificar. Algo como eso sería muy horrible para una familia, tener que vivir que dejen ir a su hijo menor de edad (solo), o se lo presten a alguien y nunca más vuelvan a saber de él. No queremos que nadie, en ninguna situación, se ponga en esa posición”, apuntó. 

En el Sector El Paso, durante febrero fueron aprehendidos mil 949 niños no acompañados, 78.15 por ciento más que los mil 94 detenidos durante enero; aunque el incremento en el promedio diario fue del 97.22 por ciento, al pasar de 35.29 a 69.6 detenciones, en promedio al día, de menores que cruzaron la frontera sin la compañía de un adulto. 

“Siendo de una edad muy vulnerable y nosotros no tenemos la capacidad, ni tenemos la manera de procesarlos, tratamos que lleguen a nuestras manos y lo más inmediato pasarlos a la oficina de los refugiados”, destacó. 

Para Escalante, lo más importante de un agente de su corporación son los valores, que les guste y respeten su trabajo, para poder dar respeto y recibir respeto. 

“La mayoría de los agentes de la Patrulla Fronteriza que he visto en mi carrera son de la frontera; son muchachos que tienen los valores que tenemos todos los que nos criamos en frontera y (eso) le da un gran apoyo para entender más que nada lo humanitario. No es que tengamos que trabajar para ser humanos, es algo que nos nace”, destacó. 

También señaló la importancia de “reconocer que estas personas vienen a buscar el  sueño americano’, pero a la misma vez saber identificar que hay personas que se están tratando de aprovechar del sistema y se están tratando de aprovechar de estas personas que sólo buscan ese sueño”. 

Es ahí donde deben identificar “cómo nace el aspecto criminal y qué tan pronto se puede salir fuera de control si no estamos al tanto y si no ejercemos las leyes asociadas con nuestro trabajo”, apuntó. 

Mientras el Gobierno de Joe Biden mantiene una migración ordenada y segura para los miles de personas que tienen un caso abierto bajo los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), el agente le pidió a las personas que están buscando migrar que busquen hacerlo de una manera legal y eviten que los traficantes de personas se aprovechen de ellos, a veces sólo quitándoles el dinero y abandonándolos en el desierto.

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