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Juárez

Gigantesco olmo es el corazón del hogar

El árbol de 60 años fue respetado por familia al construir su casa en la colonia Melchor Ocampo

Luis Carlos Cano C.
El Diario de Juárez

martes, 06 abril 2021 | 12:58

Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Dolores Parra junto al árbol que ha hecho famosa su vivienda Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Parte del interior del lugar Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | La vivienda se adecuó a la estructura del árbol Carlos Sánchez / El Diario de Juárez | Recibieron opiniones de todo tipo por su idea

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Juárez— Para la familia formada por Salvador Armendáriz y Dolores Parra, levantar una construcción implica no atentar contra las plantas y el medio ambiente, pues cuando decidieron ampliar su casa en lo que era la cochera, no tiraron el enorme árbol que ahí se encontraba, lo dejaron y ahora la vivienda es única en la ciudad, con un olmo que nace en la entrada de la vivienda y la cubre casi toda con su sombra.

Y es que en ninguna otra parte de la ciudad se ve una casa donde salgan por el techo y las paredes las gruesas ramas de un árbol y se extiendan por varios metros hasta cubrirla casi en su totalidad; así es la morada que Salvador y Dolores habitan junto con sus hijos en la colonia Melchor Ocampo, en donde el tronco del árbol es parte de la decoración del inmueble.

Para lograr la ambientación adecuada, Salvador, que se dedica a la construcción, creó un diseño especial en la vivienda, con bordes y detalles hechos con azulejo color café claro, para que combine con el tronco de este árbol, que dice la señora, tiene alrededor de 60 años y aún florece cada primavera, como lo está haciendo estos días, para darle sombra a quienes lo cuidan.

“Yo no estaba muy convencida de dejar el árbol si construíamos en la cochera o la cerrábamos para proteger el carro, pues ya estaba muy grande y ancho, además de que tenía muchos años de vida, pero un día en que me fui a la alberca con mis hijos, mi esposo se puso a trabajar en la ampliación de la casa, pero no quitó el árbol”, dice Dolores.

Cuando la mujer y sus hijos regresaron, luego de ir a la alberca, Salvador ya había avanzado suficiente en la construcción de los cuartos de lo que sería el segundo piso de la casa, los que construyó rápidamente con tablarroca que luego cubrió con otros materiales para protegerla.

Levantar una segunda planta no implicaba para el padre de familia derribar la planta que a pesar de tantos años, aún seguía creciendo y ofreciendo su sombra a los moradores de esta vivienda, quienes se dicen orgullosos de tener una construcción única, no sólo en la conocida Melchor Ocampo, sino en toda la ciudad.

Al ampliar el hogar de la familia, Salvador tuvo cuidado de dejar el espacio para que las ramas del árbol no chocaran con el techo o las paredes en los tiempos de aires, pero que a la vez estuviera cerca para aprovechar su sombra.

Orgullosa de la obra de su marido, Dolores mostró cada una de las ramas que luego del enorme tallo salían hacia distintos puntos; dos pasan por las habitaciones de sus hijos y salen por el techo en el lado sur y norte de la casa, otra más sale al oeste y una más al frente, pero por la pared.

Para no frenar el crecimiento del árbol, Salvador construyó la ampliación de la vivienda sin cortar una sola rama, les dejó el espacio suficiente para que salieran por el techo o las paredes, de tal forma que la vivienda queda unida en varios de sus puntos por esta planta.

Cada año, comenta, se le cortan algunas ramas que dan a la calle, o algunas otras pequeñas en el techo, para que no roce con la construcción, pero es todo.

Asimismo, dentro de la casa, Salvador construyó con concreto y luego cubrió con mosaico, la fosa que almacena el agua para el riego del árbol, una parte está del lado de la entrada principal, y la otra en otra habitación, pero nunca le falta el agua y el cuidado, asegura Dolores.

“Este árbol nos refresca la casa, en el verano siempre está fresca, y también mantiene con sombra el frente”, dice la mujer, quien aprovecha el espacio sombreado para colocar los artículos que ofrece en venta todos los días y con lo cual ayuda al sustento económico de la familia.

Para ella y el resto de la familia, dice, ver el árbol dentro de la casa es un escenario al que ya se acostumbraron y no se la imagina sin esta planta, la cual hace única este inmueble, a pesar de que cuando ampliaron y el árbol quedó integrado a la vivienda, no faltaron las críticas de vecinos, amigos y familiares, pero también el apoyo de aquellos que lo vieron como una buena y única idea.

“Convivimos directamente con la naturaleza, compartimos el espacio con el árbol y no tuvimos que derribarlo, algo en lo que nunca hemos pensado, menos mi marido, él lo quiere tener siempre”, dice Dolores, orgullosa de este hogar que es único en la Melchor Ocampo, entre otras cosas, por este árbol que inicia en la planta baja para llegar más alto que el techo, y que se aprecia de inmediato al circular por la calle Simona Barba.

lcano@redaccion.diario.com.mx

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