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Juárez

Fotos y video: Rodará de nuevo el vocho artesanal

Padre e hijo restauran el Volkswagen de 1967 que fue ícono del Pronaf

Luis Carlos Cano
El Diario de Juárez

viernes, 14 mayo 2021 | 11:33

Omar Morales / El Diario de Juárez | Jesús y su hijo tienen la tarea de echarlo a andar Tomada de Facebook | Así lucía en el Pronaf Omar Morales / El Diario de Juárez | Los restauradores llevan dos años trabajando en él Omar Morales / El Diario de Juárez | Algunas partes se mandaron pedir a Alemania Omar Morales / El Diario de Juárez | El motor, pieza fundamental Omar Morales / El Diario de Juárez | Únicamente el chasis se ha conservado en óptimas condiciones

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Hace poco más de cuatro décadas que Jesús Rosales se dedica a restaurar automóviles Volkswagen, y desde hace dos años, junto con su hijo Jesús, se encarga de un trabajo que considera especial: regresar a las calles un auto que también es especial, ya que sólo tiene el chasis original, pero el resto está hecho de varilla y tubular.

Se trata de un Volkswagen modelo 1967 que hace 50 años fue transformado totalmente; le quitaron la cabina, asientos, defensas, prácticamente toda la carrocería y accesorios, sólo quedó como base el chasis, pero con lo mecánico para que funcionara y pudiera circular por la ciudad, con una cabina de varilla.

Sin embargo, por la forma en que unieron el chasis y la carrocería, no se le podía dar mantenimiento al motor ni a la transmisión, por lo que al paso del tiempo fue imposible moverlo y por muchos años se quedó al frente de un negocio en la zona del Pronaf, luciendo como una artesanía más de las que ahí se vendían.

“Este carro es un ícono de Ciudad Juárez, durante muchos años estuvo en exhibición frente a ese negocio en el Pronaf y aunque tenía motor, transmisión, frenos, acelerador y todo para que se moviera, la falta de mantenimiento le afectó, ya no podían moverlo y lo dejaron ahí parado”, comenta.

En compañía de su hijo Jesús, el señor Rosales se encarga ahora de la restauración de este vocho, tarea en la que dice, ya llevan dos años, pues se trata de un trabajo que debe hacerse con esmero y cuidando cada detalle, tanto en la carrocería, que es de estructura metálica, como en el motor, la transmisión, la suspensión y todas los demás partes que le permitirán moverse de nuevo.

“Este carro va a quedar como cualquier otro vehículo que anda circulando en las calles, también podrá manejarse igual que los demás, sólo que es totalmente diferente en lo que es la cabina, los asientos y el tablero, entre otras partes, pero quedará totalmente nuevo”, dice don Jesús, al tiempo de que muestra cada detalle en el que trabajaron en su taller “Auto Bahn”, en la colonia Eréndira.

Pero no fue fácil llegar a la condición actual de este singular auto, para lo cual se le han dedicado muchas horas de trabajo y de pasión por hacerlo, pues tanto el padre como el hijo afirman que restaurar un vehículo es una tarea que hacen con gusto y sin pensar en el tiempo para ello, pues el objetivo es acabar con lo viejo, lo usado y dejarlo nuevo.

Restaurar este vocho ha sido en unas partes algo lento, como fue quitar varias capas de pintura que tenía en lo metálico, ya que sólo lo fueron pintando una capa sobre otra; lo trabajamos hasta que se le quitó toda la pintura y después fue preparado para pintarlo de nuevo, explica don Jesús.

“Antes la cabina era una sola pieza, ahora se le puede abrir el cofre y la cajuela, además de las puertas que ya se abrían, por lo que será fácil darle el mantenimiento al motor, llevar su llanta extra al frente y trabajar en lo que sea necesario para que siempre luzca y funcione bien”, indicó.

Aparte de eso, Jesús hijo se encargó de fabricar un nuevo tablero, con todo y su velocímetro, le restauraron las chapas de las puertas para que sean las mismas que tiene desde hace 50 años, le reemplazaron las llantas, todo el sistema de frenos, la suspensión, amortiguadores, la caja de la dirección y se restauraron los pedales del freno, el embrague y el acelerador para que tenga los originales de 1967.

Este nuevo vocho considerado una artesanía, debe lucir como tal, por lo que el volante y los asientos son también de metal, es como sentarse en la banca de un parque, en la silla metálica que algunos tienen en el patio de la casa, no es incómodo, es seguro, afirma don Jesús.

“El siguiente proceso será montar la cabina en el chasis, para después trabajar en el sistema eléctrico, en las luces delanteras y traseras, que fueron enviadas desde Alemania, pues debe ser lo más original posible en las partes que no sean metálicas”, señaló.

Hablar de la inversión para dejar este automóvil nuevo es difícil, dicen sus restauradores, pues algunas piezas ya cuestan más que antes, otras no fue necesario comprarlas, lo que importa es que será entregado a su dueño, José Flores, como la pieza funcional que tenía su abuelo hace 50 años.

“Este carro es un ícono de Ciudad Juárez, hasta en las tarjetas postales salía; quién no lo recuerda estacionado en el Pronaf, a todos nos llamaba la atención y ahora que circule de nuevo en las calles, posiblemente el mes que entra, de nuevo será un atractivo de la ciudad”, dice Jesús Rosales padre. 

lcano@redaccion.diario.com.mx 

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