Juárez

En silencio y solitarios, entierran a 157 en la fosa común

Son víctimas de la violencia o muertas en hospitales de la localidad

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

jueves, 10 octubre 2019 | 12:50

Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez Carlos Sánchez/El Diario de Juárez

Ciudad Juárez— La Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua (FGE) lleva a cabo la inhumación más grande de cuerpos no identificados o no reclamados por sus familiares en Ciudad Juárez, con un total de 157 cadáveres.

Se trata de víctimas de la violencia o muertas en hospitales de la localidad, que permanecían resguardados en el Servicio Médico Forense (Semefo) desde 2017, 2018 y 2019, los cuales mañana terminarán de ser inhumadas en el área de la fosa común del Panteón Municipal San Rafael.

Esta vez, el sacerdote Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez realizó una oración por los cuerpos inhumados, los bendijo y luego roció de agua vendida las cajas de manera en las que fueron enterrados en fosas individuales.

Son 149 hombres y ocho mujeres; 77 fueron víctimas de homicidio dolosos, 78 murieron en hospitales o dentro de sus casas por enfermedades y dos perdieron la vida por intoxicación por monóxido de carbono.

Con esta inhumación sumarán mil 258 inhumaciones en Juárez desde enero de 2008; según datos oficiales y seguimientos periodísticos; 238 de ellos durante 2019.

Una vez que se agotaron todos los mecanismos de identificación “hasta que se logra la investigación en sentido penal o las posibilidades de identificación y el reclamo de sus familiares”, fueron enviados a la fosa común de manera individualizada, informó Jocelyn Guzmán, vocera de la dirección estatal de Servicios Periciales y Ciencias Forenses en Chihuahua.

“Creemos que no los reclaman porque no tienen dinero, porque es gente que vivía sola o por miedo porque fueron víctimas de la violencia”, explicó.

El sacerdote Javier Calvillo lamentó la violencia que prevalece en la ciudad, así como el abandono de quienes no son reclamados por sus familiares.

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